La hora de la pol¨ªtica
La manifestaci¨®n de reafirmaci¨®n catalanista y contra la sentencia del Estatuto reuni¨® a un n¨²mero ingente de ciudadanos en el centro de Barcelona, con ganas de decir de forma tranquila que Catalu?a existe como naci¨®n pol¨ªtica. Con este exitoso acontecimiento termin¨® la fase de los rituales. Y empieza la hora de la verdad pol¨ªtica. La indignaci¨®n serena que los ciudadanos expresaron en la calle es un sentimiento que surge cuando la gente se siente atropellada y que est¨¢ en el origen de los grandes cambios sociales. La tarea del d¨ªa despu¨¦s es darle traducci¨®n pol¨ªtica. Si la sentencia del Constitucional marca el cierre del Estado auton¨®mico, como es opini¨®n extendida en Catalu?a, ?c¨®mo traducir la respuesta ciudadana en pol¨ªticas adecuadas para la nueva etapa que esta manifestaci¨®n abre? Esta es la tarea que tienen por delante los partidos pol¨ªticos y que debe guiar su comportamiento en la inminente campa?a electoral catalana. Si los partidos, por una vez, fueran capaces de hacer una campa?a electoral m¨¢s pol¨ªtica que propagand¨ªstica, de las urnas podr¨ªan salir las alianzas adecuadas para poner en marcha la agenda compartida que la situaci¨®n requiere.
La tarea del d¨ªa despu¨¦s es dar traducci¨®n pol¨ªtica a la voluntad de cambio expresada en la calle
Hay quien piensa que habr¨ªa sido mejor que la sentencia no llegara en vigilias electorales. No estoy de acuerdo. Es precisamente la gran oportunidad de cambiar las inercias. De constituir mayor¨ªas o alianzas mayoritarias fuertes capaces de tomar la iniciativa. A Catalu?a le ha llegado la hora de afrontar el futuro por s¨ª misma.
Se han o¨ªdo voces en Catalu?a y fuera de Catalu?a que dicen que las manifestaciones son gestos in¨²tiles, expresiones de impotencia. No es verdad. La manifestaci¨®n del 11 de septiembre del 77 est¨¢ en la mente de todos todav¨ªa y sin ella la Transici¨®n probablemente habr¨ªa sido distinta. Las movilizaciones contra la guerra de Irak cambiaron el curso de la pol¨ªtica espa?ola. Y la manifestaci¨®n de este 10 de julio puede tener un papel determinante en el futuro inmediato de Catalu?a. No vale la demagogia de que el lunes la vida volver¨¢ a la rutina de siempre y los catalanes se ir¨¢n de vacaciones como cada a?o. Naturalmente, nadie ha llamado a la insurrecci¨®n. Se trata simplemente de comprometer a los partidos pol¨ªticos a encontrar la hoja de ruta adecuada para que, con decisi¨®n, y sin rodeos innecesarios, Catalu?a pueda alcanzar el autogobierno que se le niega. Lo que requiere mucha pol¨ªtica, mucho pacto entre los partidos catalanes para la acumulaci¨®n de fuerzas, mucha confrontaci¨®n ideol¨®gica, en el sentido m¨¢s noble de la palabra, hasta la configuraci¨®n de las mayor¨ªas necesarias para emprender cambios de envergadura.
Se nota en algunos medios de comunicaci¨®n conservadores cierto desd¨¦n, en el sentido de que una vez agotado el tiempo del ruido todo volver¨¢ a su cauce y se demostrar¨¢ una vez m¨¢s que los catalanes ladran mucho pero muerden poco. Corresponde a los partidos catalanes demostrar que las cosas han cambiado, pero corresponde tambi¨¦n a las ¨¦lites locales, especialmente a las econ¨®micas, siempre tan lampedusianas, no frustrar las expectativas generadas. No vale manifestarse de tarde y decir en las cenas de la noche que ahora lo que hay que hacer es evitar que esta din¨¢mica de cambio vaya demasiado lejos. Hab¨ªa m¨¢s de un rostro y m¨¢s de una instituci¨®n en la calle que respond¨ªan a este perfil.
En el intento de minimizar la manifestaci¨®n de ayer, que parece ser la consigna de la derecha, algunos medios de comunicaci¨®n han empezado utilizar La Roja como arma para el ataque. Espero que a la vista de la masiva manifestaci¨®n de ayer no pierdan el tiempo contabilizando los ciudadanos que ma?ana salgan a celebrar el Mundial, si Espa?a lo consigue. Deben sentirse muy inseguros en la defensa de la naci¨®n espa?ola cuando tienen que convertir al f¨²tbol en bandera para la reconstrucci¨®n nacional. Realmente, est¨¢n ya en el ¨²ltimo recurso.
El Gobierno espa?ol y el PP, ahora en el papel de manso cordero olvidadizo de haber provocado esta fractura institucional, esperan que, con el retorno de CiU al poder o con una coalici¨®n CiU-PSC, las cosas vuelvan a su sitio natural. El problema es que lo que antes resultaba natural ahora ya no lo es. Porque Catalu?a ha cambiado mucho y la presencia masiva de las nuevas generaciones en la manifestaci¨®n lo testifica. Y porque cuando a uno se le cierran las puertas no le queda m¨¢s salida que buscar su propio camino. Esto es lo que expresaban los catalanes en la calle. Algunos dir¨¢n que se habr¨ªa podido llegar a esta conclusi¨®n mucho antes. Pero para que un pa¨ªs se mueva sin desgarros internos ni fracturas dolorosas es necesario que una amplia mayor¨ªa de la sociedad tome conciencia de la necesidad de cambio. Los manifestantes dieron testimonio de esta mayor¨ªa.
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