Rectificaci¨®n universal
Las noticias sobre educaci¨®n acostumbran a llegarnos a goteo, a distancia unas de otras, como piezas, sueltas, desprendidas de un puzzle. Y as¨ª es muy dif¨ªcil representarse entero el panorama, hacerse cargo de la situaci¨®n. Creo que siempre, pero particularmente en asuntos del calado de ¨¦ste, conviene mantener junta toda la informaci¨®n; arrimados y combinados todos los datos.
Hace unos d¨ªas se hizo p¨²blico que en Euskadi un 97,63% de los alumnos hab¨ªa aprobado la selectividad, y que en el resto de Espa?a se hab¨ªan obtenido cifras parecidamente altas. Considerada as¨ª, en solitario, esta noticia invita al optimismo, a pensar que estamos ante un rotundo ¨¦xito educativo. Pero el optimismo se agrieta y las dudas surgen cuando estos resultados se acompa?an de otros, cuando se los colocan al lado, por ejemplo, de los que arroja la ¨²ltima Evaluaci¨®n Diagn¨®stica (llamada el Pisa espa?ol) y que sit¨²an las competencias educativas b¨¢sicas de los alumnos vascos (matem¨¢ticas o comunicaci¨®n ling¨¹¨ªstica...) en una posici¨®n media-baja dentro de la tabla de las Comunidades Aut¨®nomas. Y cuando ponemos este dato, a su vez, en contacto con los que revelan los sucesivos informes Pisa y que no dejan de colocar a Espa?a muy lejos de la excelencia educativa, a demasiada distancia de los pa¨ªses de referencia en esta materia.
Desde una perspectiva global, surgen interrogaciones m¨¢s que razonables; ese abultad¨ªsimo aprobado deja de aparecer como un ¨¦xito y empieza a permitir que se le considere un indicador de que nuestra selectividad es una forma de "coladero", o mejor, de que es una tendencia clara_ y entiendo que lamentable_ de nuestros sistemas de ense?anza, el colocar el list¨®n de la exigencia a no demasiada altura del suelo educativo, o a homologar a los alumnos y sus competencias m¨¢s bien por lo bajo. Impresi¨®n que se ve reforzada cuando se piensa que la selectividad es la puerta de acceso a la universidad, y se recuerda que no hay ninguna universidad espa?ola en la lista de las 150 mejores del mundo (sea cual sea el evaluador elegido).
Acabo de regresar de una breve estancia en Per¨². All¨ª a las academias de ense?anza privada, que est¨¢n fuera del sistema educativo oficial, las llaman "colegios no escolarizados". Vista desde aqu¨ª, esa denominaci¨®n parece una graciosa ocurrencia. Menos gracia tiene imaginarla como una met¨¢fora perfecta de lo que nos sucede en materia educativa; de esa impresi¨®n de "desescolarizaci¨®n" que tantas veces producen nuestros escolarizados, y que tan crudamente reflejan los informes pertinentes y las constataciones que la simple observaci¨®n permite.
Lo menos que se puede decir de nuestro sistema educativo es que tiene aver¨ªas: de dise?o, de motor y de ruta hacia la excelencia -entiendo que la democracia educativa es s¨®lo la que impulsa hacia arriba-; y que necesita una urgente reparaci¨®n, o mejor una sabia "rectificaci¨®n universal" (como la que en Per¨² ofrecen los garajes).
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