Nubes de agosto
Hay momentos en los que a los periodistas nos gustar¨ªa que la actualidad dejara de ser vertiginosa e impredecible y se adecuara a los ritmos y a los horarios del quehacer informativo. Una noticia a destiempo, que irrumpe en la Redacci¨®n a la hora del cierre del peri¨®dico, obliga a levantar p¨¢ginas y a trabajar bajo presi¨®n mientras la cena se enfr¨ªa en casa o hay que llamar a los amigos para que utilicen nuestras entradas para ese espect¨¢culo irrepetible que tanto tiempo llevamos esperando. "No lo cojas, que puede ser una noticia", es uno de los chistes que m¨¢s se repiten en una Redacci¨®n si el tel¨¦fono suena cuando ya has apagado el ordenador y recogido los papeles de la mesa.
Lo que Zapatero te dio, Zapatero te lo quita, o por lo menos lo intenta ante un incr¨¦dulo Tom¨¢s
La realidad arruina frecuentemente los planes de sus m¨¢s conspicuos y forzados servidores. La realidad (hagan el favor de no pedirme definiciones) se compadece en ocasiones de sus esclavos y da una tregua. En Navidad, por ejemplo, hasta los m¨¢s encarnizados combatientes de los m¨¢s enconados conflictos dejan de matarse entre ellos, entre otras cosas para que los corresponsales de guerra se den un respiro, enciendan las luminarias del ¨¢rbol y brinden por la paz entre los hombres de buena voluntad, un brindis absurdo por otra parte, pues los hombres de buena voluntad son gente pac¨ªfica por naturaleza, en todo caso se deber¨ªa brindar por la paz entre los hombres de mala voluntad, que son los que la arman.
Entre las treguas pactadas de antemano, sobre todo en cuanto a la informaci¨®n local se refiere, destaca el par¨¦ntesis de agosto, cuando el m¨²sculo duerme y los pol¨ªticos se callan o se hacen fotografiar en bermudas o en biquini, en un barco de vela o en las fiestas de su pueblo.
La agostidad, generar noticias, generalmente malas noticias, en este mes sagrado es un delito a¨²n no tipificado por el c¨®digo. Los malos gobernantes solo act¨²an con agostidad para dictar medidas impopulares y cesar a traici¨®n a los disidentes sin concederles demasiado p¨¢bulo medi¨¢tico. En agosto, las mermadas y acaloradas plantillas de las redacciones se disponen a afrontar sucesos estacionales y previsibles como los incendios del monte, las medusas de la playa, la inseguridad de las piscinas p¨²blicas o las olas de calor que nunca son noticia cuando no acaecen en verano. En agosto y en Madrid hay que rellenar p¨¢ginas con reportajes sobre terrazas, botellones, festejos, espect¨¢culos y nocturnidades varias. Aunque hace a?os que no sigo el hilo diario de la actualidad en una Redacci¨®n, suelo utilizar la tregua agoste?a, cuando Esperanza Aguirre se va de vacaciones, para hilar cr¨®nicas menos puntuales y m¨¢s relajadas.
Pero este a?o no va a poder ser, porque el peri¨®dico de hoy concede sus titulares de primera p¨¢gina a una noticia local y madrile?a. Mientras todos sestean algo se mueve en la m¨¦dula y en la c¨²pula del PSOE madrile?o. Tras la frustrada mediaci¨®n de Chaves, Tom¨¢s G¨®mez, el empecinado de Parla, ha provocado una reacci¨®n en cadena, frenada con agostidad suprema por Rodr¨ªguez Zapatero, que fue mentor y propulsor de la ascensi¨®n del alcalde parle?o. Lo que Zapatero te dio, Zapatero te lo quita, incr¨¦dulo Tom¨¢s, o por lo menos lo intenta con la elecci¨®n de Trinidad Jim¨¦nez y Jaime Lissavetzky, lo que se dice, sin ¨¢nimo de ofensa, dos pesos pesados del aparato socialista que, si Tom¨¢s G¨®mez medra en su empecinamiento, competir¨¢n con ¨¦l en las que se prometen re?idas primarias. Aunque sea con agostidad y alevos¨ªa, el PSOE necesita ocupar m¨¢s p¨¢ginas, m¨¢s titulares sobre la batalla de Madrid, recuperar el terreno perdido por una oposici¨®n amordazada y ninguneada con frecuencia por la presidenta de la Comunidad y sus paladines.
Pese a lo impropio de la estaci¨®n y a la consecuente desgana del que suscribe para escribir m¨¢s cr¨®nicas pol¨ªticas, veo necesario hacer un m¨ªnimo an¨¢lisis a vuelapluma sobre la inoportuna coyuntura: Trinidad Jim¨¦nez salta a la palestra con ¨¢nimo de revancha. Tras su derrota frente a Ruiz-Gallard¨®n en 2003, la actual ministra de Sanidad est¨¢ dispuesta a bregar con la lideresa absoluta del PP madrile?o, que viene de superar, sin romperse mucho ni mancharse demasiado, la crisis de los esp¨ªas y los coletazos del G¨¹rtel. Trinidad Jim¨¦nez, reforzada por las encuestas, tiene como punto fuerte, uno de los puntos d¨¦biles de su oponente, la sanidad p¨²blica que podr¨ªa (tal vez deber¨ªa) ser, con la educaci¨®n y los asuntos sociales, el nudo gordiano de su confrontaci¨®n, si la hubiese. De Lissavetzky hablaremos otro d¨ªa, sobre todo si se decide a contratar a Del Bosque como asesor de campa?a.
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