Diez barras entre mil
El poeta Yeats entendi¨® lo que era un pub en el James Toner y John F. Kennedy frecuentaba el Mulligan's. Oscuros, musicales, literarios y 100% dublineses
Ya lo dec¨ªa Leopold Bloom, el h¨¦roe del Ulises de Joyce: "Buen rompecabezas ser¨ªa cruzar Dubl¨ªn sin pasar frente a una barra". Es que no hay tres o cuatro. Hay m¨¢s de mil (para unos 500.000 habitantes). Elegir diez es como escoger los mejores granos de arroz de una paella. Fuera de tan escueta lista se quedan, sinti¨¦ndolo mucho, Messrs Maguire (Burgh Quay), que elabora su propia cerveza, o The Front Lounge (Parliament Street), donde los partidos televisados de rugby provocan el delirio de un p¨²blico mayoritariamente gay.
01 James Toner
Es el primero de la lista porque recorremos la ciudad de Este a Oeste, pero tambi¨¦n podr¨ªa ser el ¨²ltimo y no pasar¨ªa nada, salvo que llegar¨ªamos cantando Drunken sailor. Tambi¨¦n es uno de los m¨¢s antiguos (1818) y curiosos de ver. Cristales biselados, ventiladores pleistoc¨¦nicos y barra baja de caoba con paneles divisorios de madera, como en una cuadra. Yeats fue un d¨ªa arrastrado hasta aqu¨ª por su amigo Gogarty, se sent¨® en el reservado de la entrada, se tom¨® un sorbo de jerez, se levant¨® y dijo: "Ahora que s¨¦ lo que es un pub, ?ser¨ªas tan amable de acompa?arme a casa?". Clientela carrozona, magnetizada por la televisi¨®n.
02 O'Donoghue's
A cinco minutos del anterior, junto al parque de St. Stephen's Green, se encuentra este viejo pub que est¨¢ forrado hasta el techo de fotos amarillentas de The Dubliners, unos tipos con barbas y melenas estilo Viven (la pel¨ªcula sobre la tragedia de los Andes), que comenzaron a tocar en el patio trasero en 1962 y a¨²n siguen de gira mundial. Tambi¨¦n dicen que Robert Kennedy cant¨® aqu¨ª un d¨ªa a pleno pulm¨®n, pero no hay testimonio gr¨¢fico. L¨¢stima. Es el singing pub m¨¢s famoso de Dubl¨ªn. El camarero, un crack que sirve la pinta con un tr¨¦bol dibujado a presi¨®n sobre la misma espuma. Y el local, como un intestino delgado colapsado, sobre todo a partir de las 21.30, cuando empieza la m¨²sica.
? 15 Merrion Row; 00 353 1 660 71 94; www.odonoghues.ie.
03 McDaids
En una bocacalle de la comercial Grafton Street, aislado del bullicio y del tiempo universal, como en una bola de cristal, hallamos esta reliquia casi sagrada del viejo Dubl¨ªn, que ha sido morgue, capilla y pub. Nada de m¨²sica. S¨®lo conversaciones, viejos libros y retratos de escritores. Un habitual fue Brendan Behan, el escritor y militante del IRA que sol¨ªa bromear: "Cuando regres¨¦ a Dubl¨ªn hab¨ªa sido sometido a juicio militar en mi ausencia y sentenciado a muerte en mi ausencia, as¨ª que les dije que pod¨ªan fusilarme en mi ausencia"; el mismo que, un d¨ªa que estaba tieso, se ofreci¨® a pintar los lavabos a cambio de cerveza. Arriba hay un sal¨®n para estar a¨²n m¨¢s tranquilos. De paso visitamos los susodichos lavabos, del periodo cret¨¢cico.
04 The International
Tambi¨¦n junto a Grafton Street, y tambi¨¦n ideal para escaquearnos de las compras. En el s¨®tano, gente y ritmos j¨®venes. En la planta superior, club de comedia y jazz. Pero es en el peque?o bar, a nivel de calle, donde se organizan las m¨¢s gordas, pues ya desde mediod¨ªa se llena de guitarras, banjos, violines, panderos y un coro improvisado, y cada vez m¨¢s tumultuoso, de nost¨¢lgicos que est¨¢n a punto de hacer estallar los vasos al acometer los falsetes del Imagine.
05 The Stag's Head
T¨ªpico pub victoriano, con vidrieras de colores, sillones de piel, barra de caoba y m¨¢rmol rojo de Connemara y un zorro momificado en el snug o reservado. Se abarrota a la hora del lunch -sirven platos irlandeses y un s¨¢ndwich de jam¨®n y queso rico, rico- y por la tarde-noche, sobre todo de estudiantes. El resto del d¨ªa, parece una iglesia. Fue el primero que dispuso de luz el¨¦ctrica en la ciudad. Ahora gasta poca, la verdad.
06 The Palace
Una entrada de postal, con farola decimon¨®nica y cristales grabados al ¨¢cido. A mano derecha, el min¨²sculo snug, el doble de alto que de ancho, reservado anta?o para mujeres y polic¨ªas de servicio. Y al fondo, un saloncito abovedado con butacas de escay rojo. Ten¨ªamos entendido que ven¨ªan muchos j¨®venes y turistas, pero ni una cosa, ni la otra.
07 Mulligan's
Establecido en 1782 entre el Trinity College y el r¨ªo Liffey, tiene fama por haber sido citado en el Ulises (1922) y por no haber cambiado desde entonces, lo que se supone que es positivo. Parroquianos serios, silenciosos e introspectivos. Hasta que uno se arranca a cantar sin previo aviso y sin acompa?amiento musical. Siempre ha sido frecuentado por periodistas, entre ellos uno que trabaj¨® en 1945 como corresponsal del imperio Hearst: John Fitzgerald Kennedy. Aqu¨ª se re¨²ne la Sociedad para el Fomento del Acento Dublin¨¦s.
08 The Temple Bar
Un cl¨¢sico que no se puede evitar, potente aspirador de turistas que entran en manada, se hacen la foto y salen sin haber catado ninguno de los 450 whiskeys. Es casi una obligaci¨®n tomar unas ostras frescas de la bah¨ªa de Galway con una pinta de Guinness o con champ¨¢n franc¨¦s.
Tambi¨¦n presumen aqu¨ª de su caf¨¦ irland¨¦s, que hacen con whisky, como es de ley, o con Baileys, con T¨ªa Mar¨ªa, con Frangelico... Ofrece conciertos diarios de m¨²sica tradicional.
? 47-48 Temple Bar; 00353 1 672 52 87; www.thetemplebarpub.com.
09 Brazen Head
De tiempos de la invasi¨®n normanda data el pub m¨¢s antiguo de la ciudad y de toda Irlanda: ?es de 1198! Est¨¢ en lo que fue una esquina de la muralla medieval, y tiene un patio que recuerda el de un castillo, un comedor que parece una cueva y una zona m¨¢s moderna y acogedora con fotograf¨ªas de visitantes ilustres, como Adam Sandler o George Bush padre. M¨²sica folk todas las noches. Coge de camino a la f¨¢brica de Guinness.
10 Guinness Storehouse
El museo de la cerveza m¨¢s c¨¦lebre, cremosa y adictiva del mundo es un lugar fr¨ªo y decepcionante, con poca sustancia y enorme tienda de recuerdos. Lo mejor, el edificio, un almac¨¦n construido en 1904 siguiendo el estilo de la escuela de arquitectura de Chicago, con una deslumbrante estructura de vigas de acero. Y lo segundo mejor, el Gravity Bar de la sexta planta, panor¨¢mico y acristalado, que se eleva como un platillo volante sobre la f¨¢brica dieciochesca de St. James's Gate, dominando toda la ciudad.
M¨¢s propuestas e informaci¨®n en la Gu¨ªa de Dubl¨ªn
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