Zapatero, solo ante la huelga y en defensa de la reforma laboral
El presidente del Gobierno teme la capacidad de movilizaci¨®n de los sindicatos y asegura que los efectos de la ley tardar¨¢n en notarse
Si Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero mira a derecha y a izquierda en busca de apoyo para afrontar la huelga general comprobar¨¢ que no puede contar con ning¨²n otro grupo parlamentario. Ning¨²n otro partido apoya su reforma laboral. La sensaci¨®n de vac¨ªo solo queda mitigada por haber conseguido salvar el n¨²cleo de la reforma laboral que, precisamente, es la causa principal de la protesta del 29 de septiembre.
El Gobierno logr¨® que el Pleno del Congreso aprobara definitivamente la ley, sin sufrir derrotas parlamentarias, pero sin que nadie quiera hacerse la foto con ¨¦l. Los partidos de la derecha y los nacionalistas le dijeron desde la tribuna que la reforma laboral es insuficiente y los de la izquierda llamaron a la movilizaci¨®n ciudadana en apoyo a la huelga general.
Todos los grupos critican el texto final aprobado ayer en el Congreso
La derecha ve insuficiente la ley y la izquierda llama a secundar la huelga
Cuando a la salida de la votaci¨®n el presidente del Gobierno fue preguntado si hab¨ªa superado la prueba de la reforma laboral, explic¨® que hay que esperar unos meses para ver sus efectos y a que el contenido cale entre empresarios y ciudadanos. Y lejos de sumarse a las tesis de la ausencia de ambiente para la huelga general y a los que auguran un fracaso de la movilizaci¨®n, Zapatero dio muestras de preocupaci¨®n sobre la protesta. Seg¨²n dijo en una charla informal con los periodistas en el pasillo del Congreso, hay que esperar a¨²n para hacer estimaciones sobre el seguimiento que tendr¨¢ el paro y no infravalorar la capacidad de movilizaci¨®n de los sindicatos.
Su pesimismo se transform¨® en optimismo cuando se le pregunt¨® por la negociaci¨®n con el PNV sobre los Presupuestos. "Impresi¨®n favorable" es la expresi¨®n que utiliz¨® el presidente del Gobierno para etiquetar la marcha de esa negociaci¨®n, la otra coordenada que marca su oto?o pol¨ªtico.
La tramitaci¨®n de la ley de la reforma laboral ha sido la fiesta de la geometr¨ªa variable, de la demostraci¨®n pr¨¢ctica de c¨®mo sacar unas votaciones con la izquierda y otras con la derecha nacionalista, seg¨²n conviniera. En el Congreso, primero hubo acuerdos con los nacionalistas, que incluyeron en el Senado enmiendas para endurecer el decreto inicial, y ayer con la izquierda logr¨® limpiar los cambios m¨¢s duros introducidos en la C¨¢mara alta. Mantener el equilibrio sin caerse, aunque pasee por la cuerda floja en cada votaci¨®n.
El trabajo en el Senado durante el verano no ha servido para que otros grupos distintos al PSOE incluyeran sus enmiendas. Salvo una del BNG que se acept¨® ayer, todas las dem¨¢s fueron rechazadas. Y el PNV, obligado a hacer de costalero del Gobierno en los pr¨®ximos meses en los Presupuestos, vot¨® en contra del PSOE en todas las votaciones. De hecho, los nacionalistas vascos est¨¢n dispuestos a jugar ese papel, pero sin extenderlo a otras iniciativas.
El PP se qued¨® como mero espectador de la fiesta. De perfil. Ninguna de sus 70 enmiendas del Senado se ha incorporado al texto, no ha llegado a ning¨²n acuerdo con ning¨²n grupo, lo mismo critica la huelga general que la reforma del Gobierno y apenas ha publicitado su alternativa. Su estrategia pol¨ªtica es la de esperar al desgaste del Gobierno y no arriesgar con propuestas. Consideran que la huelga general es un inconveniente que tendr¨¢ que afrontar el Gobierno, aunque obviamente est¨¦ en contra del paro.
Su portavoz, Ignacio Echaniz, no perdi¨® ayer oportunidad desde la tribuna del Congreso: "Esta ley termina como comenz¨®, en la m¨¢s absoluta soledad. Es la primera reforma laboral de la historia que un Gobierno impulsa en solitario, sin el apoyo de nadie".
Zapatero no se llev¨® ayer del Congreso la foto del respaldo, sino una catarata de reproches y cr¨ªticas de todos los dem¨¢s grupos parlamentarios.
Empezando por la izquierda que, expresamente, llam¨® a participar a la huelga general y vot¨® con el PSOE, como mal menor, solo para evitar que se endurezca el texto que est¨¢ en vigor desde junio.
"Solo queda salir a la calle. Los trabajadores y trabajadoras no nos merecemos este comportamiento del Gobierno", clam¨® Joan Tard¨¤ (ERC) desde la tribuna. "Nunca como hoy un Gobierno se merece una huelga general", remat¨® Joan Herrera (ICV).
Para Emilio Olabarr¨ªa (PNV), la reforma "no ha gustado a nadie, ni a los sindicatos, ni a los empresarios, ni a ning¨²n grupo, sin excepci¨®n, es decir, incluido el PSOE, y ni siquiera s¨¦ si gusta a todo el Gobierno". Carles Campuzano (CiU) a?adi¨® que es "una oportunidad perdida".
Celestino Corbacho, con fecha de caducidad, defendi¨® su ¨²ltima ley como ministro de Trabajo, a la espera de cesar tras la huelga general. Su sucesor afrontar¨¢ el siguiente paseo en el alambre del Gobierno, tras los Presupuestos: la reforma de las pensiones.
Hasta el momento, ning¨²n grupo parlamentario ha mostrado apoyo p¨²blico expreso a las propuestas de reforma de las pensiones que quiere afrontar el Gobierno. Es m¨¢s, se mantiene el pulso de todos contra el PSOE, porque el Congreso ha aprobado ya seis mociones instando al Ejecutivo a levantar la congelaci¨®n de las pensiones para 2011.
Zapatero ya anunci¨® el mi¨¦rcoles que tambi¨¦n reformar¨¢ las pol¨ªticas activas de empleo. Fuentes del PSE explican que se trata de derivar a esa reforma y a esa negociaci¨®n los acuerdos que se alcancen con el PNV como contrapartida a los Presupuestos. De esa forma, se descentralizar¨ªan esas pol¨ªticas activas, pero en todas las comunidades y no solo el Pa¨ªs Vasco.
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