El Parlament elude debatir si el toro sufre en los 'correbous'
La C¨¢mara regula la pr¨¢ctica tras abolir en julio las corridas
El Parlament aboli¨® en julio las corridas de toros rechazando la tradici¨®n y ampar¨¢ndose en que son un espect¨¢culo cruel y sanguinario, impropio del siglo XXI, que hace sufrir al animal. Y ayer, la misma C¨¢mara elev¨® a categor¨ªa de ley la regulaci¨®n de los correbous, muy t¨ªpicos en las comarcas del Ebro, sin apenas discutir si el bou embolat sufre cuando se les colocan dos bolas de fuego en las astas o cuando se tira del bou caplla?at con una cuerda atada a los cuernos. La proposici¨®n de ley, promovida por CiU y acogida en la tribuna con aplausos de alcaldes y ediles de la zona, fue aprobada por 114 votos a favor, 14 en contra y 5 abstenciones.
Iniciativa (ICV-EUiA) se qued¨® sola en su oposici¨®n a la ley, que a su juicio nace por la necesidad de algunos partidos -b¨¢sicamente CiU y ERC- de "hacerse perdonar" su rechazo a las corridas. ICV solo logr¨® el apoyo de dos diputados del PSC (Josep Maria Balsells y N¨²ria Carreras, de Ciudatans pel Canvi). A favor votaron en bloque CiU y ERC, y la gran mayor¨ªa del PSC. Dos diputados socialistas (Joan Ferran y Rosa Maria Farr¨¦) se abstuvieron junto con los tres de Ciutadans.
Esta vez el voto no era secreto y se sab¨ªa de antemano que la regulaci¨®n prosperar¨ªa sin dificultad. El debate, defendido por diputados del territorio, apenas atrajo a la mitad de la C¨¢mara. Las ausencias fueron ilustres: desde la del presidente Montilla a la del l¨ªder de la oposici¨®n, Artur Mas, y la de Joan Puigcerc¨®s (ERC), que en su d¨ªa se erigi¨® en consumado defensor de los animales se?alando, como record¨® Daniel Pi (ICV), que "el abolicionismo no tiene patria", de la misma manera que Josep Rull (CiU) se?al¨® en su d¨ªa que los toros no escond¨ªan un debate Catalu?a-Espa?a. "Es una tomadura de pelo", dijo implacable Albert Rivera, de Ciutadans. "Si los partidos no tuvieran miedo a perder votos, no estar¨ªamos aqu¨ª. En julio, los toros eran incompatibles con los valores del siglo XXI. Igual piensan que en los correbous los toros van a tomar unas ca?as", a?adi¨®.
Francesc Sancho, de CiU, se sacudi¨® de encima la contradicci¨®n apelando a que la ley es un manual de buenas pr¨¢cticas que regula una fiesta en la que el animal no muere. "?Hace falta que lo diga? Hoy le explicaba a un periodista americano que esto es como sus rodeos. "No es electoralismo". Marta Cid, de ERC, defendi¨® la tradici¨®n y record¨® que desde 2003 su partido quer¨ªa que se reconociese la excepcionalidad de los correbous. "Lo llev¨¢bamos en el programa electoral. No enga?amos a nadie. Los correbous no son una profesi¨®n, no son un negocio, no matamos, no cobramos entrada". Joan Bartomeu, del PP, lament¨® que la ley quedara restringida a una treintena de municipios y fue abucheado cuando dijo no entender que alguien sufra por los toros muertos ("uno cada tres d¨ªas") y no por las "criaturas", en alusi¨®n a los abortos.
La ley tranquiliz¨® a los representantes del territorio. Pe?as taurinas y ganaderos celebraron que "Barcelona" les haya escuchado. "Tendr¨ªa que haber elecciones cada a?o para que se acordaran de nosotros", dijo el ganadero Pedro Fumad¨®. El presidente de las pe?as, Miquel Ferr¨¦, eludi¨® entrar en consideraciones: "Que vengan y lo vean, nos gusta y no nos metemos con nadie". Es la esencia de las fiestas, convinieron todos. Una decena de activistas antitaurinos se manifestaron en el exterior.
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