Un sistema electoral dise?ado a medida salva al l¨ªder bolivariano

Un voto no es igual a un voto en Venezuela. Hay votos y votos. Votos suculentos -los que recolecta Hugo Ch¨¢vez en los barrios que le son propicios- y votos escu¨¢lidos, que es precisamente como llama el presidente a los miembros de la oposici¨®n. Si creen que esto es una invenci¨®n de la prensa colonialista -as¨ª defini¨® a este peri¨®dico el canciller venezolano, Nicol¨¢s Maduro-, tomen nota del siguiente dato: la oposici¨®n logr¨® en Caracas el 47,8% de los votos frente al 47,7% que logr¨® el Partido Socialista Unido de Venezuela. Pues bien, de los siete diputados en juego, Ch¨¢vez se llev¨® seis y la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica solo uno. ?Que c¨®mo es posible?

Pues cocinando, gracias al poder absoluto que la Asamblea Nacional le otorgaba a Hugo Ch¨¢vez, una reglamentaci¨®n electoral a la medida justa de sus necesidades. El chavismo reform¨® la ley del sufragio y participaci¨®n pol¨ªtica en diciembre de 2009. De tal reforma result¨® que las regiones menos pobladas del pa¨ªs tienen ahora m¨¢s representaci¨®n en el Parlamento y cada uno de los diputados que se eligen all¨ª cuestan menos votos que en los Estados m¨¢s grandes.

Un ejemplo muy claro es Amazonas, un Estado pobre y despoblado, donde un diputado se elige con 20.000 votos. Sin embargo, en el Estado de Zulia, un Estado petrolero donde tradicionalmente ha ganado la oposici¨®n, se requieren unos 400.000 votos para ganar un esca?o o curul. Adem¨¢s del cambio de proporcionalidad, la ley de Ch¨¢vez tambi¨¦n cambi¨® el dise?o de las circunscripciones electorales para favorecer al chavismo en n¨²mero de diputados en aquellos lugares donde -al menos hasta ahora- eran m¨¢s fuertes.

Hay muchos y muy llamativos ejemplos de que la ley del sufragio aprobada en 2009 es, m¨¢s que un traje a medida, un chaleco antibalas para el poder de Ch¨¢vez. Ah¨ª est¨¢n los casos de M¨¦rida y de Miranda. En M¨¦rida, el Partido Socialista Unido de Venezuela se lleva cuatro de los seis diputados en juego, pese a que la lista de la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica tiene el 50,04% de los votos y la de Ch¨¢vez el 48,7%. Y en Miranda, m¨¢s de lo mismo: el comandante presidente -as¨ª lo llaman sus fieles- se lleva cinco de los 10 diputados, pese a que solo lograron el 41,4% de los votos frente al 57% que consigui¨® la oposici¨®n.

?M¨¢s ejemplos? Los hay. En Carabobo, la lista de la oposici¨®n logra el 53,66% y la de Ch¨¢vez tiene el 43,04%, pero pese a ganar por 10 puntos, el reparto de las demarcaciones electorales hace que de los 10 esca?os, la oposici¨®n se lleva solo tres y Ch¨¢vez seis, aunque faltan a¨²n los datos de una circunscripci¨®n.

Hay todav¨ªa otro dato muy interesante: los nueve Estados del pa¨ªs donde se concentra el 67% de la poblaci¨®n electoral del pa¨ªs (Anzo¨¢tegui, Aragua, Bol¨ªvar, Carabobo, Lara, Miranda, T¨¢chira, Zulia y Distrito Capital, cinco de ellos gobernados por la oposici¨®n) eligen el 53% de los esca?os (87 curules).

El sistema electoral garantiz¨® a Ch¨¢vez una victoria. A pesar de ello, tal vez el l¨ªder bolivariano s¨ª tendr¨¢ que ir reformando su manera de dirigirse a la oposici¨®n. Los escu¨¢lidos demostraron el domingo que tienen m¨²sculos de acero.