Las cuentas m¨¢s austeras penalizan la inversi¨®n

Los Presupuestos han dejado de ser el escaparate en el que el Gobierno exhibe su potencial de gasto e inversi¨®n. La senda de austeridad en la que Espa?a se embarc¨® a mediados de a?o alcanza su cota m¨¢xima en las cuentas del Estado para 2011, presentadas ayer en el Congreso de los Diputados. Salvo partidas obligadas como los intereses de la deuda y las pensiones, todos los cap¨ªtulos del Presupuesto registran profundas ca¨ªdas. Encabeza esos descensos la inversi¨®n, precisamente el elemento que m¨¢s puede impulsar el crecimiento econ¨®mico, que se desploma un 38% (un 33% si se cuentan los organismos aut¨®nomos).

Toda la ret¨®rica presupuestaria ha dado un vuelco este a?o. El Gobierno ha dicho adi¨®s a lo que antes denominaba prioridades de gasto para aplicarse en la contenci¨®n de partidas que han constituido sus se?as de identidad en anteriores Presupuestos. Infraestructuras, con una ca¨ªda del 30%, I+D, y dependencia constituyen buenos ejemplos de ese giro. Los ministerios tendr¨¢n que administrarse en 2011 con un 15,6% menos de recursos.

Salgado mantiene su intenci¨®n de elevar a 67 a?os la edad de jubilaci¨®n

"Son unos Presupuestos austeros, que generan cohesi¨®n social e impulsan la actividad econ¨®mica", defini¨® la vicepresidenta y ministra de Econom¨ªa, Elena Salgado, en la conferencia de prensa posterior a la entrega de las cuentas en el Parlamento. De esas tres etiquetas, la ¨²ltima es la m¨¢s controvertida. Porque el recorte de inversi¨®n lastra la capacidad de la econom¨ªa para recuperarse y pone en duda el avance del 1,3% del PIB previsto para 2011. Es precisamente esa capacidad para crecer en a?os sucesivos lo que llev¨® ayer mismo a la agencia de calificaci¨®n de deuda Moody's a quitar la matr¨ªcula de honor que hasta ahora ten¨ªa Espa?a, pese al optimismo inicial de Salgado.

La ministra sostiene que esa capacidad para crecer derivar¨¢ de la confianza que generen estos Presupuestos. Y para ello es necesario aplicar ajustes dr¨¢sticos. El objetivo irrenunciable es alcanzar un 6% de d¨¦ficit, lo que implica reducir casi a la mitad los desequilibrios registrados en 2009. Pero esa meta requiere tambi¨¦n un impulso suficiente como para que el Estado ingrese un 6% m¨¢s, como prev¨¦n los Presupuestos. Salgado insisti¨® en que la previsi¨®n es conservadora y se mostr¨® convencida de que los recursos p¨²blicos mejorar¨¢n por las subidas de impuestos -las rentas m¨¢s altas del IRPF, las Sicav y el IVA, en vigor ya desde julio- y por la reactivaci¨®n econ¨®mica.

Solo hay dos partidas de gasto cuyo crecimiento es obligado. La fundamental, la de intereses de la deuda, se ha convertido la segunda m¨¢s voluminosa del Presupuesto del Estado (un 18% de las operaciones no financieras), por delante de los gastos de personal (sin contar los empleados p¨²blicos de la Seguridad Social y de otros organismos). Las mayores necesidades de endeudamiento derivadas de la crisis elevan esta partida a 27.421 millones de euros, un 18% m¨¢s que este a?o. Espa?a necesita seguir endeud¨¢ndose para financiar su gasto. La deuda de todas las Administraciones p¨²blicas alcanzar¨¢ este a?o un r¨¦cord del 68,7% del PIB: unos 700.000 millones de euros.

Las pensiones constituyen la otra gran partida que aumenta por s¨ª sola. De hecho, pese a la pol¨¦mica congelaci¨®n decretada por el Gobierno para el a?o pr¨®ximo, el gasto en prestaciones crecer¨¢ un 3,6%. El aumento en el n¨²mero de beneficiarios y la mejora de la prestaci¨®n media explican ese crecimiento, superior incluso al presupuestado para 2010 pese a que entonces s¨ª hubo incrementos en esas rentas.

La partida m¨¢s desbocada desde que arranc¨® la crisis parece ahora bajo control. Se trata del gasto en desempleo, para el que se ha previsto una m¨ªnima ca¨ªda del 1,6%. Salgado argument¨® que los Presupuestos contemplan una ca¨ªda en la tasa de paro para el a?o pr¨®ximo. Adem¨¢s, el importe de la prestaci¨®n media va decayendo: los desempleados agotan la prestaci¨®n contributiva y pasan al subsidio, menos cuantioso.

No obstante, el paro se revela como el elemento m¨¢s incontrolado de las previsiones del Gobierno. Los Presupuestos corrigen al alza la tasa esperada para 2010, que asciende ahora al 19,8%. Tambi¨¦n elevan la esperada para 2011, aunque de esa modificaci¨®n ya hab¨ªa dado cuenta la vicepresidenta Salgado hace menos de una semana. "El motivo es que crece la poblaci¨®n activa", explic¨® la ministra, un hecho que rebate el pron¨®stico de la mayor¨ªa de los expertos.

Aunque la reducci¨®n no resulta muy dr¨¢stica, uno de los principales exponentes de la austeridad practicada por el Ejecutivo reside en la partida de gastos de personal. La combinaci¨®n de una rebaja salarial del 5% y una tasa de reposici¨®n del 10% (solo se sustituye a uno de cada 10 funcionarios jubilados) reducir¨¢ un 2,7% los gastos en los Presupuestos consolidados. El porcentaje real es menor, pues ambas medidas ya entraron en vigor una vez iniciado este a?o, pero representa una se?al clara en un cap¨ªtulo caracterizado por constantes crecimientos.

El mensaje de la huelga general contra las pol¨ªticas de contenci¨®n no modificar¨¢ el rumbo econ¨®mico del Gobierno. "Habr¨¢ m¨¢s reformas", augur¨® la ministra de Econom¨ªa. Entre ellas, la de las pensiones. Salgado mantiene su intenci¨®n de elevar la edad de jubilaci¨®n de 65 a 67 a?os porque "hay razones para hacerlo". Los sindicatos est¨¢n invitados a negociarlo. Aunque el margen parece muy estrecho.