Psicod¨¦licas guaridas
Los caf¨¦s Vesuvio y Trieste y otros refugios de San Francisco donde los 'beat' lanzaron sus mensajes rebeldes
Hay instantes que concentran el esp¨ªritu de toda una ¨¦poca. Incluso de m¨¢s de una. Uno de ellos tuvo lugar en La Honda, un agradable pueblecito entre bosques de secuoyas en el condado de San Mateo, al sur de San Francisco, la noche del 7 de agosto de 1965. En una caba?a en mitad del bosque se celebraba una fiesta que ya duraba dos d¨ªas y dos noches. De las ramas de los ¨¢rboles colgaban altavoces por los que atronaba rock psicod¨¦lico. Un arroyo limitaba la propiedad donde se alzaba la caba?a. Al otro lado aguardaba una fila de polic¨ªas dispuestos a entrar en acci¨®n si la cosa se desmadraba.
En el momento cumbre de la fiesta, Neal Cassady, personaje quintaesencial del movimiento beatnik, protagonista de En el camino, de Jack Kerouac, plant¨® cara a la polic¨ªa. Borracho, desnudo, sosteniendo una botella de cerveza en una mano, agit¨® el pu?o hacia los agentes diciendo: "?Cabrones, hijos de puta! ?Qu¨¦ os pasa? Conmigo no os and¨¦is con bromas". Despu¨¦s rompi¨® a bailar y re¨ªr a carcajadas. Entre quienes le ovacionaron estaban Ken Kesey, anfitri¨®n de la fiesta, autor de la c¨¦lebre novela Alguien vol¨® sobre el nido del cuco; Allen Ginsberg, autor de Aullido, himno de la generaci¨®n beat, y Richard Alpert, gur¨² del LSD, adem¨¢s de un nutrido grupo de estudiantes de la Universidad de Berkeley y ?ngeles del Infierno de San Francisco y Oakland. Representantes de lo beat y de lo que pronto vendr¨ªa a denominarse hippy. Un instante nacido de la literatura y fuente de literatura. La bravata de Cassady fue recogida en dos libros: Ponche de ¨¢cido lis¨¦rgico, de Tom Wolfe, y Los ?ngeles del Infierno, una extra?a y terrible saga de Hunter S. Thompson.
Para entonces, el movimiento beat ya se encontraba en declive; o al menos en periodo de transici¨®n. Desde su irrupci¨®n en San Francisco con una m¨ªtica lectura de poes¨ªa en la Six Gallery, el 7 de octubre de 1955, los beatniks hab¨ªan convertido la ciudad en un faro de la contracultura. Su centro de acci¨®n fue el barrio de North Beach, donde a¨²n hoy pueden encontrarse rastros de su paso.
Material obsceno
Quiz¨¢ el m¨¢s representativo y vigente sea la librer¨ªa City Lights (www.citylights.com), en el 261 de Columbus Avenue. Inaugurada en 1953 por el poeta Lawrence Ferlinguetti, el local se hizo c¨¦lebre cuando su propietario, que ejerc¨ªa tambi¨¦n como editor, public¨® Aullido y otros poemas, de Ginsberg. Esto desencaden¨® un proceso judicial contra la librer¨ªa por comercializaci¨®n de material obsceno. El veredicto dio la raz¨®n a Ferlinguetti. La generaci¨®n beat debe no poca de su fama a la publicidad generada por aquel proceso. Hoy en d¨ªa, City Lights ofrece un agradable refugio contra las franquicias de librer¨ªas, con un fondo de t¨ªtulos abundante y bien escogido, adem¨¢s de presentaciones de libros y lecturas po¨¦ticas.
Junto a la librer¨ªa se encuentra el caf¨¦ Vesuvio (www.vesuvio.com). Antiguo lugar de parada de Kerouac, Cassady y compa?¨ªa, el Vesuvio ha resistido el paso del tiempo sin llegar a convertirse en un mero espacio consagrado a una ¨¦poca pasada. Su clientela va m¨¢s all¨¢ de turistas y mit¨®manos, y es un lugar agradable donde tomar una copa mientras se echa un vistazo a los recuerdos beats que adornan las paredes.
Quien desee un museo de verdad lo encontrar¨¢ al otro lado de la calle, en el 640 de Broadway Street. All¨ª, disimulado entre locales de striptease, est¨¢ el Beat Museum, un establecimiento a medio camino entre museo, tienda de recuerdos y decorado teatral. Alberga piezas curiosas, como prendas de ropa de Cassady y viejos ejemplares de Playboy con colaboraciones de Kerouac, pero hay que hallarse gravemente afectado de mitoman¨ªa para que el lugar te emocione.
En el 601 de Vallejo Street sobrevive otra antigua guarida de la bohemia de los cincuenta, el caf¨¦ Trieste (www.caffetrieste.com). Pero su clientela famosa no se limit¨® a los beats. De acuerdo con la leyenda, fue all¨ª donde Francis Ford Coppola, estimulado por los c¨¦lebres espressos de la casa, escribi¨® el gui¨®n de El Padrino.
En su conjunto, North Beach es una zona concurrida, donde abundan los buenos restaurantes y por la que es agradable pasear, especialmente por la noche, cuando se ilumina la mole de la cercana Pir¨¢mide Transam¨¦rica, el edificio m¨¢s alto de la ciudad, de cuya base parte Columbus Avenue, arteria principal del barrio.
El colectivo donde arraig¨® el mensaje beat lo formaron en buena parte estudiantes de la Universidad de Berkeley. Situado al otro lado de la bah¨ªa de San Francisco y colindante con la localidad industrial de Oakland, Berkeley bien merece un desplazamiento en BART (Bay Area Rapid Transport) para curiosear en los edificios del campus y visitar alguno de los numerosos restaurantes y caf¨¦s que frecuenta el alumnado.
Fue en Berkeley donde, en octubre de 1965, se produjo la ruptura entre ?ngeles del Infierno y beatniks. Al grito de "?Comunistas!", un grupo de ?ngeles atac¨® una marcha de estudiantes que protestaban contra la guerra de Vietnam. Para evitar nuevos enfrentamientos, Allen Ginsberg, Neal Cassady y Ken Kesey se presentaron como embajadores de paz ante los motoristas. El encuentro fue fruct¨ªfero, aunque seguro que el LSD que los ?ngeles del Infierno recibieron como ofrenda de buena voluntad tuvo algo que ver.
Podr¨ªa ubicarse el ocaso del movimiento beat el 14 de enero de 1967. En esa fecha se celebr¨® en el Golden Gate Park el Human Be-In, un happening en protesta contra la ley, recientemente aprobada por el Estado de California, que prohib¨ªa el consumo de LSD. Entre los oradores: el omnipresente Ginsberg, el poeta Gary Snyder y el ap¨®stol de las drogas psicod¨¦licas Timothy Leary. El evento fue un adelanto de lo que vendr¨ªa a denominarse el Verano del Amor y se?al¨® la transici¨®n de lo beat a lo hippy.
El cambio trajo consigo un desplazamiento de la bohemia y la contracultura de San Francisco desde North Beach a Haight Ashbury. Este barrio de casas victorianas, adyacente al Golden Gate Park y extendido en torno a la intersecci¨®n de las calles Haight y Ashbury, acoger¨ªa meses despu¨¦s a las oleadas de j¨®venes que peregrinar¨ªan a San Francisco acudiendo a la llamada de las drogas y el amor libre. El jazz de los beatniks dej¨® paso al rock psicod¨¦lico; las boinas y las camisetas de rayas fueron sustituidas por los pantalones anchos y las blusas de colores; y si el movimiento beat tuvo en escritores como Kerouac y Ginsberg a sus figuras m¨¢s representativas, los hippies los reemplazar¨ªan por m¨²sicos como Janis Joplin y Grateful Dead.
? Jon Bilbao es autor de Bajo el influjo del cometa (editorial Salto de P¨¢gina), Premio Tigre Juan 2010.
Gu¨ªa
C¨®mo llegar
? US Airways (www.usairways.com) vuela de Madrid a San Francisco, con una escala, desde 425 euros.
? Iberia (www.iberia.com) vuela directo de Madrid a San Francisco desde 700 euros, ida y vuelta.
? American Airlines
(www.americanairlines.com) vuela de Barcelona a San Francisco, con una escala, a partir de 579 euros.
Informaci¨®n
? Turismo de San Francisco
(www.onlyinsanfrancisco.com). 001 41 59 74 69 00.
? Turismo de California (www.visitcalifornia.com).
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