El parto de la ni?a
El parto de una ni?a de diez a?os de cualquier pa¨ªs, de cualquier raza o ideolog¨ªa, creencia o tradici¨®n, fruto de una relaci¨®n con un menor o con un mayor, consentida o sin consentir, viniera embarazada de su pa¨ªs de origen o pre?ara en Espa?a, es un hecho que le deja a uno completamente impactado. Si, adem¨¢s, la madre de esa ni?a sale en la prensa hablando de lo bien que est¨¢n ambos y muestra su extra?eza por el revuelo que se ha montado en torno a algo que ella considera "normal", dan ganas de llorar. Y si el resultado de todo es que la ni?a de diez a?os, su beb¨¦, y la abuela salen del hospital y se van para su casa con el benepl¨¢cito de las autoridades, admitir¨¢n que a uno le entren serias dudas sobre la sociedad que estamos creando entre todos.
Para que una ni?a de diez a?os tenga un hijo ha tenido que practicar o han practicado sexo con ella cuando apenas superaba los nueve a?os de edad. Esta ni?a pas¨® de los mocos restregados en la cara y los pies negros de andar por el suelo a practicar relaciones sexuales, parir y tener un hijo. Y ese paso de ni?a a ni?a-madre lo dio en el entorno familiar en cuyas manos dejamos ahora el porvenir de ambos. Por eso, la decisi¨®n de la Junta de enviar a la ni?a y al beb¨¦ con su familia y realizar un seguimiento especial para proceder o no a una intervenci¨®n, sobre la base de que es mejor mantener a los protagonistas en su entorno familiar es, como m¨ªnimo, discutible. ?Cu¨¢l es el entorno familiar que hay que preservar? Nos estamos refiriendo a una familia que tiene una hija de diez a?os que practica el sexo con un menor de trece a?os en la misma casa donde viven todos. O ese otro entorno, donde una ni?a gesta un beb¨¦ durante nueve meses sin asistencia sanitaria sin escolarizaci¨®n y oculta a todos.
?Hay alguien capaz de asegurar que es cierta la versi¨®n de una familia que dice que el beb¨¦ es fruto de la relaci¨®n con otro menor que nadie tiene certeza alguna de que exista o nos queda todav¨ªa por descubrir un drama a¨²n mayor del que ya conocemos? Estas cosas nunca son f¨¢ciles y todo es discutible. Pero cuando a uno le entran dudas, s¨®lo hay que recordar la edad de la ni?a, diez a?os, y las palabras de la abuela: "Ella ha asumido su maternidad con naturalidad porque es normal entre los gitanos rumanos ser madre en cuanto el cuerpo es f¨¦rtil". La ¨²ltima salida para una situaci¨®n de desamparo debe ser la de quitarle los hijos a unos padres. La mayor¨ªa de las veces esta medida s¨®lo sirve para que el sistema de protecci¨®n esconda sus carencias. Pero uno tiene la sensaci¨®n de que, en este caso, no actuar est¨¢ siendo lo f¨¢cil.
Los adultos de referencia de esta menor y de su beb¨¦ son sus padres. Unos padres que, sobrepasados o no por las circunstancias sociales en las que viven, han demostrado escaso ¨¦xito en el cuidado y educaci¨®n de su hija. El sexo en una ni?a de diez a?os y su posterior embarazo es un fracaso social y educativo. Sea en Rumania, de donde procede la menor, en Espa?a, a donde lleg¨®, o en Pernambuco. Y el drama de esta ni?a, que no hay que olvidar que ahora est¨¢ en Espa?a, un desaf¨ªo a los servicios sociales y al modelo de integraci¨®n. El Defensor del Pueblo y la Fiscal¨ªa de Sevilla han decidido actuar de oficio para conocer qu¨¦ hay detr¨¢s de esta historia. Supongo que para conocer qu¨¦ hay detr¨¢s de la historia de la ni?a y qu¨¦ hay detr¨¢s de su aparici¨®n con un beb¨¦ desde la nada. Hasta el d¨ªa que entr¨® por las puertas del hospital hab¨ªa sido invisible. Habr¨ªa que preguntarse c¨®mo ha podido pasearse una ni?a de diez a?os embarazada por delante de todos sin que nadie nos di¨¦ramos cuenta. Y la pregunta es pertinente lleve toda la vida aqu¨ª o llegara hace apenas tres semanas. Que vuelva a Rumania con su beb¨¦ nos quita un problema de conciencia, pero no el problema. La ni?a tiene diez a?os y si nos acostumbramos puede que sea abuela con 20.
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