Uribe advirti¨® que Ch¨¢vez era una amenaza similar a Hitler
La Iglesia critica la "debilidad" de los europeos ante el presidente venezolano - EE UU cree que el l¨ªder bolivariano est¨¢ rodeado de ineptos que siempre le dan la raz¨®n
La personalidad y el proyecto pol¨ªtico de Hugo Ch¨¢vez despiertan lealtades irrestrictas pero tambi¨¦n la aversi¨®n manifestada por el ex presidente colombiano ?lvaro Uribe, que le compar¨® con Hitler durante una reuni¨®n con siete senadores de Estados Unidos y el equipo diplom¨¢tico de la Embajada en Bogot¨¢. La expansi¨®n revolucionaria acometida por el presidente venezolano en Am¨¦rica Latina es, en opini¨®n de Uribe, "una amenaza comparable a la de Hitler en Europa", seg¨²n un cable fechado en el a?o 2007. En otro, Uribe aventura que Ch¨¢vez podr¨ªa usar a las FARC "como su milicia dentro de Colombia para tumbar su Gobierno democr¨¢tico".
Independientemente de los juicios de valor sobre el gobernante venezolano emitidos por los numerosos visitantes de la legaci¨®n, los cables demuestran el inter¨¦s norteamericano por adentrarse en la identidad del ex teniente coronel de paracaidistas, cuyo proyecto pol¨ªtico, se?alan, desaparecer¨¢ si pierde el poder. Uno de los informes enviados al Departamento de Estado recoge la opini¨®n de un psiquiatra, Roberto De Vries, que se remonta a las privaciones del gobernante durante su infancia para justificar "su miedo al rechazo y al anonimato".
Los diplom¨¢ticos norteamericanos no creen posible un chavismo sin Ch¨¢vez
El presidente es visto por Washington como un pol¨ªtico capaz que sabe elegir su estrategia
Nadie queda impasible ante la ruidosa irrupci¨®n pol¨ªtica de Hugo Ch¨¢vez, vigilada por EE UU desde su arranque. Alarmado, el ex presidente ecuatoriano Lucio Guti¨¦rrez pidi¨® al consejero pol¨ªtico de la embajada "unirnos como amigos para combatir a Ch¨¢vez", y Patricio Zuquilandia, su ex ministro de Exteriores, defini¨® la Embajada venezolana en Quito como una base de entrenamiento del radicalismo ecuatoriano dispuesto a lanzar "una revoluci¨®n marxista" en Ecuador. Colombia tambi¨¦n se queja. El entonces vicepresidente, Francisco Santos, advirti¨® contra "el adoctrinamiento pol¨ªtico" del chavismo al sospechar que puede "causar problemas por generaciones". Ch¨¢vez es "una mezcla de alguien con sue?os imperiales y borracho de socialismo", dijo Uribe al embajador norteamericano. Igualmente rotundo fue Andr¨¦s Penate, entonces director del Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (DAS), el equivalente al FBI norteamericano, durante una cena en la Embajada brit¨¢nica. "Penate cree que Ch¨¢vez es peligroso y potencialmente desestabilizador".
Seis d¨ªas despu¨¦s de haber sido investido presidente, el 2 de febrero de 1999, el entonces embajador en Caracas, John Maisto, redactaba su primer informe sobre la investidura de Hugo Ch¨¢vez Fr¨ªas. El diplom¨¢tico pronostic¨® que se abr¨ªa en Venezuela una etapa de "preocupaciones" por el populismo y cesarismo observados en Ch¨¢vez. "La amenaza de autoritarismo que subyace detr¨¢s de sus duros pronunciamientos pol¨ªticos es considerable", escribi¨® Maisto. Los choques entre Venezuela y Estados Unidos no tardaron en llegar y fueron frontales a partir del golpe petrolero del a?o 2002 contra Ch¨¢vez, convencido de que Washington alent¨® a los golpistas en reuniones secretas.
Hace tres a?os, Kevin Whitaker, al frente de la Embajada en Caracas, lo defini¨® como alguien "con una merecida fama de megaloman¨ªa". "Una nota final sobre el actual estado mental de Ch¨¢vez", escribe Whitaker, que alerta sobre las consecuencias de la soledad del presidente. "Durante los ¨²ltimos ocho a?os, Ch¨¢vez ha tenido a alguien a su lado que ha podido decirle la verdad, aunque le doliera, bien sea Luis Miquelena, Fidel Castro, Jos¨¦ Vicente Rangel u otros. Los respetaba y potencialmente pod¨ªan influir en su conducta. Ahora no queda nadie que juegue ese papel".
Pol¨ªticos nacionales y extranjeros, autoridades eclesi¨¢sticas, analistas y el psiquiatra De Vries se despachan ante los funcionarios de la Embajada norteamericana contra el presidente venezolano, a quien Uribe atribuye ambiciones imperiales al dictado de un socialismo sin valores democr¨¢ticos, sin libertad de prensa, y sin un Banco Central independiente. Diez a?os despu¨¦s de la investidura, la embajada se refiere a ¨¦l como un pol¨ªtico "espabilado" que calibra muy bien la estrategia hacia la consecuci¨®n de sus objetivos pol¨ªticos (cable 218520). "Ejecut¨® medidas para eliminar cualquier desaf¨ªo pol¨ªtico, y para desbancarlo la oposici¨®n tiene todav¨ªa que presentar una alternativa a Ch¨¢vez concreta y atractiva. Ch¨¢vez dispone de tiempo para desarrollar la estructura legal que le permita perpetuarse en el poder".
La embajada comunica al Departamento de Estado que el fen¨®meno bolivariano amenaza la influencia de Estados Unidos en Am¨¦rica Latina. "Bien sea canalizando armas y dinero a las FARC, enviando maletines con dinero a la campa?a de Kirchner en Argentina, o exportando elementos del chavismo a los pa¨ªses del ALBA (Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Cuba, Bolivia, Dominica, Antigua y San Vicente), por citar algunos de los m¨¢s prominentes ejemplos, la ambici¨®n expansionista de Ch¨¢vez, financiada por los petrod¨®lares, hace que Venezuela sea un activo e intratable competidor de EE UU en la regi¨®n".
La legaci¨®n diplom¨¢tica apuesta a la extinci¨®n del chavismo cuando desaparezca Ch¨¢vez, puesto que ning¨²n disidente del movimiento ha prosperado pol¨ªticamente. Los ministros son vistos como sumisos a Ch¨¢vez, h¨¢bil en la alternancia de los premios y castigos, de las rotaciones y las destituciones ejemplarizantes para impedir la consolidaci¨®n de poderes fuera de su control. "Siempre retiene a los leales aunque sean torpes o hayan perdido elecciones y se rodea de gente que le dice a todo am¨¦n porque ¨¦l no admite malas noticias o cr¨ªticas".
La Embajada de EE UU descubre en las exageradas manifestaciones de patriotismo de Ch¨¢vez una maniobra para distraer la atenci¨®n de los problemas nacionales y demostrar que "¨¦l puede hacer lo que quiera". El activismo revolucionario del gobernante pareci¨® angustiar al arzobispo de Venezuela, Baltasar Porras, durante su almuerzo con el embajador: "Los europeos han sido muy d¨¦biles con Ch¨¢vez, especialmente desde la salida del presidente espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar". Ch¨¢vez es "un problema a largo plazo", pues acabar¨¢ desmantelando la sociedad democr¨¢tica. Monse?or Porras acusa a Estados Unidos de haber "suavizado" su mensaje contra Ch¨¢vez a partir del a?o 2004, y demanda de este pa¨ªs "un mayor liderazgo" para contrarrestar a Ch¨¢vez, imbatible hasta el momento.
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