El juego de la ruleta rusa
En el juego de la ruleta rusa, cada disparo sin cartucho aproxima el disparo fatal. La cumbre europea que empieza hoy amenaza con cumplir esa secuencia. Si solo sigue el gui¨®n del encuentro Merkel-Sarkozy en Deauville, aprobar¨¢ el Fondo de rescate permanente (hist¨®rico); una factura secundaria para los privados (justo y proporcional): una decisiva, telegr¨¢fica (y quiz¨¢ espinosa) reforma del Tratado; unas sanciones semiautom¨¢ticas (y a buen seguro desiguales), contra los incumplidores fiscales.
Es un paquete notorio, incluso muy notable considerado en s¨ª mismo. Salvo que se promete insuficiente para calmar a los mercados de deuda. A los inversores de buena fe que optan por bonos soberanos extraeuropeos (emergentes, por ejemplo) para sortear la incertidumbre generada por el run-run y porque Eurolandia debe refinanciar 560.000 millones en 2011, seg¨²n Unicr¨¦dito. Y a los especuladores de mal fario que apuestan contra el euro. Porque creen que Deauville no basta. Aunque sea sustancioso y contundente, le ven, como todos, fisuras y falta de ambici¨®n. Es un problema pol¨ªtico. No financiero.
Hay recetas para lograr liquidez y para sortear la debacle del euro. Solo falta velocidad pol¨ªtica
De modo que hay que poner algo m¨¢s sobre la mesa. Hay muchas recetas disponibles para romper la par¨¢lisis de liquidez y evitar la debacle del euro.
Unas condimentan el Fondo de rescate (trienal) actual. Es gigantesco (750.000 millones), pero debe serlo m¨¢s para atemorizar a los apostantes (debe mantener su alta calificaci¨®n AAA, por lo que garantiza lo que avala, al 120%). Lo sugiri¨® con acierto el halc¨®n del Bundesbank, Axel Weber; ofreci¨® duplicarlo hasta 1,5 billones el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn. Otros, como Espa?a o la presidencia belga, sugieren que el fondo sea "preventivo", compre bonos de pa¨ªses sufridores o les adelante cr¨¦ditos a corto plazo, liberando as¨ª al Banco Central Europeo (BCE) de esas tareas, al parecer menos ortodoxas.
Otra receta es que el BCE multiplique sus compras de bonos, ya aumentadas por Jean-Claude Trichet los peores d¨ªas (2.667 millones la semana pasada, un 37,5% m¨¢s que la anterior). Algo meritorio dado su entorno talib¨¢n; pero m¨ªnimo (un 10% m¨¢s/menos) comparado con la liquidez que inyecta la Reserva Federal de EE UU.
La tercera es emitir bonos europeos. Puede hacerlo el Fondo de rescate, v¨ªa art¨ªculo 4.5 de la Facilidad intergubernamental de 440.000 millones (7 de junio). O el Banco Europeo de Inversiones (BEI), como propone el profesor delorsiano Stuart Holland. El BEI ha cuadriplicado sus pr¨¦stamos hasta 80.000 millones; podr¨ªa a¨²n duplicarlos hasta lograr un Plan Marshall.
Los padres de esta propuesta, el jefe del Eurogrupo Jean-Claude Juncker y el italiano Giulio Tremonti (FT, 6 de diciembre) ofrecen cl¨¢usulas para que los nuevos eurobonos no premiasen a los dilapidadores, con el objeto de serenar a Berl¨ªn. Como ya hicieron sus abuelos, los acad¨¦micos Paul de Grauwe, Daniel Gros, Stefano Micossi o Jacques Delpla (sus papeles, en las webs de CEPS y Bruegel) o Jacques Laterne (Le Monde, 6 de marzo). Hay doctrina.
Todo depende de la voluntad/velocidad pol¨ªtica. ?Por fin irrumpe una voz alemana distinta! La socialdem¨®crata de Stenmeier y Steinbr¨¹ck (FT de ayer), que claman por un paquete "conjunto" de casi todo ello, sin olvidar la disciplina fiscal. Agresivo, europe¨ªsta, al contraataque de los mercados. Sin esperar el fatal azar de la ruleta rusa.
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