EE UU, tres a?os en el fango

Lo que el paquete fiscal no resuelve. As¨ª titulaba Goldman Sachs su an¨¢lisis sobre la pr¨®rroga de incentivos tributarios para las rentas altas aprobados en la era Bush. En efecto: el bal¨®n de ox¨ªgeno que reciben Estados y ciudades para afrontar su crisis de liquidez se est¨¢ desinflando conforme el plan de est¨ªmulos econ¨®micos de la Administraci¨®n Obama pierde intensidad. Y eso puede plantear un grave problema si la econom¨ªa sigue estancada.

Washington ha movilizado desde la primavera de 2009 unos 175.000 millones de d¨®lares para ayudar a los Gobiernos estatales y locales a afrontar la fuerte degradaci¨®n de sus arcas por el desplome de los ingresos, el colapso del mercado inmobiliario y, sobre todo, por una tasa de paro que se mantiene por encima del 9,5% desde hace a?o y medio. Seg¨²n el Centro de Prioridades Pol¨ªticas y Presupuestarias, solo dos del medio centenar de Estados que integran la Uni¨®n cerrar¨¢n 2010 con super¨¢vit en sus cuentas. Eso se traduce en un d¨¦ficit combinado cercano a los 191.000 millones de d¨®lares, equivalente al 29% de sus presupuestos. Es el mayor desequilibrio en los registros, y 46 seguir¨¢n con n¨²meros rojos en 2011.

Habr¨¢ m¨¢s subidas de impuestos y recortes en programas p¨²blicos

El caso m¨¢s sonado es el de California, con un agujero de 17.900 millones

Once Estados ir¨¢n a la bancarrota si el Gobierno federal no los salva

Los fondos federales se acaban y desaparecer¨¢n por completo a mediados de 2011, a finales del actual ejercicio fiscal. Goldman Sachs calcula que, en el mejor de los escenarios, los Estados tendr¨¢n que lidiar con un desfase de 82.000 millones de d¨®lares. La Conferencia Nacional de Congresos Federales lo eleva a 111.000 millones. Y con los fondos del Gobierno central menguando, eso llevar¨¢ m¨¢s subidas de impuestos y recortes en programas p¨²blicos.

El Estado de Nueva York es un ejemplo del efecto devastador de la recesi¨®n en los ingresos p¨²blicos. El desfase en las cuentas se estima en 8.500 millones para el ejercicio 2011, que arranc¨® en abril. Para reducirlo, el Gobierno estatal ha establecido un r¨ªgido techo de gasto y lleva dos a?os recortando ayudas p¨²blicas a las escuelas y servicios sanitarios, as¨ª como los sueldos y las plantillas de funcionarios.

El caso m¨¢s sonado es el de California, la mayor econom¨ªa del pa¨ªs, con un agujero de 17.900 millones. El drama fiscal lleg¨® a tal punto que para reducir gastos liber¨® a presos antes de que cumplieran condena. Tambi¨¦n es complicada la situaci¨®n en Illinois, Michigan, Nevada y Pensilvania. Hay 11 Estados que corren el riesgo de ser rescatados por el Gobierno federal para evitar la bancarrota, seg¨²n CMA Datavision.

Es algo que no ocurre desde la Gran Depresi¨®n, aunque no en lo local. La ciudad de Nueva York lo vivi¨® en 1975, cuando el presidente Gerald Ford se neg¨® a prestarle asistencia. Y es el camino que la ciudad californiana de Vallejo tom¨® en mayo de 2008 para poder reestructurar su abultada deuda. Harrisburg, capital de Pensilvania, lo evit¨® la pasada primavera de milagro.

La ciudad de Jefferson, en Alabama, no est¨¢ mucho mejor. Y Central Falls, en Rhode Island, es incapaz de pagar sus facturas. San Diego, en California, tambi¨¦n se plantea renunciar a sus obligaciones en materia de pensiones. Y para evitar lo peor, Miami recort¨® sueldos y pensiones, elev¨® las multas de tr¨¢fico y subi¨® el impuesto para la recogida de la basura.

Standard & Poor's (S&P) indica que la situaci¨®n tiende a estabilizarse conforme la econom¨ªa mejora. Y aunque seguir¨¢ habiendo casos extremos, al igual que Goldman Sachs cree improbable el colapso que s¨ª vaticina Meredith Whitney. Esta analista, que gan¨® su reputaci¨®n cuestionando las finanzas de Citigroup, defiende que hasta 100 ciudades podr¨ªan sucumbir. Whitney duda de que el Gobierno federal vaya a salir al rescate de Estados y municipios por motivos pol¨ªticos. "?Qui¨¦n en Nebraska va a querer que su dinero sirva para salvar a Florida?", se pregunta la experta, que traza un paralelismo con las tensiones que vive Europa derivadas de las medidas de austeridad impuestas desde Bruselas.

El problema mayor es, seg¨²n el Instituto de Pol¨ªtica Econ¨®mica, el paro. En octubre, uno de cada cinco Estados ten¨ªa tasas superiores al 10%. Y m¨¢s empleados p¨²blicos corren el riesgo de perder su trabajo si no se recuperan los ingresos necesarios para financiar los servicios b¨¢sicos. Uno de cada siete trabajadores en EE UU lo hace para su Estado o para un municipio. Se calcula que desde 2008 se ha perdido el 2% del empleo en el sector, frente al 5% del privado.

"Es cuesti¨®n de adoptar decisiones dif¨ªciles", se?alan desde S&P. Desde la perspectiva global, la agencia de calificaci¨®n de riesgo apunta, sin embargo, que la mayor¨ªa de los Estados en EE UU "est¨¢n menos endeudados comparados con otros gobiernos regionales" en el extranjero. Esto se debe en parte a que est¨¢n obligados por ley a tener un presupuesto en equilibrio.

Eso no quita, se?alan, que ciertos gobiernos necesiten reducir m¨¢s algunos servicios y elevar la presi¨®n fiscal, sobretodo si deja de llegar la ayuda federal. La esperanza es que empiecen a encontrarse en una situaci¨®n m¨¢s c¨®moda en la segunda mitad de 2011, cuando el sector inmobiliario y el gasto local empiecen a mejorar. Se ver¨¢ en primavera, cuando se definan los presupuestos de 2012.

La duda est¨¢ en si estos recortes adicionales, necesarios para restaurar el equilibrio, y la ausencia de nuevos est¨ªmulos pueden entorpecer la recuperaci¨®n econ¨®mica en Estados como Nueva York. Por no dejar de mencionar que en 2011 empezar¨¢ a notarse en las pensiones y la salud p¨²blica el impacto de las jubilaciones entre la generaci¨®n del baby boom posterior a la II Guerra Mundial. Las cr¨ªticas no van dirigidas solo al pacto fiscal de Barack Obama con los republicanos. Tambi¨¦n miran a la Reserva Federal. Los analistas de Wells Fargo consideran que su segunda ronda de compra de deuda p¨²blica deber¨ªa haber saltado en ayuda de los Gobiernos estatales y locales. -