El viaje de la banda desde el pulso al Estado a la liquidaci¨®n por el derribo

El 29 de marzo de 1992, la polic¨ªa francesa detuvo en Bidart a Francisco Mujika, Pakito; Jos¨¦ Luis ?lvarez Santacristina, Txelis, y Jos¨¦ Mar¨ªa Arregi Erostarbe, Fitti, que conformaban Artapalo, es decir, el triunvirato que encarnaba la direcci¨®n pol¨ªtica y militar de ETA. La banda en aquel momento estaba en su apogeo, lanzaba un pulso al Estado y no se alcanzaba a vislumbrar su final. Casi 19 a?os despu¨¦s -de los 52 desde su creaci¨®n el 31 de julio de 1959- Pakito y Txelis han sido expulsados de la organizaci¨®n y la liquidaci¨®n por derribo aparece en el horizonte como el m¨¢s previsible remate de su sangrienta andadura.

?C¨®mo hemos llegado a esta situaci¨®n? La respuesta tiene que ver con un conjunto de factores, como la colaboraci¨®n francesa e internacional, la presi¨®n policial y el sucesivo descabezamiento de la hidra terrorista por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad, pero, sobre todo, con el estrangulamiento pol¨ªtico y econ¨®mico del entorno de la banda, con las ilegalizaciones e incautaciones de los medios de financiaci¨®n, en las operaciones contra Batasuna, las herriko tabernas, o los aparatos medi¨¢tico, internacional o de dinamizaci¨®n de masas, como KAS o Ekin, realizados por los jueces de la Audiencia Nacional, especialmente Baltasar Garz¨®n.

Las ilegalizaciones y la asfixia financiera ahogan al entorno etarra

Garz¨®n anticip¨® que la banda no la constituyen solo sus 'comandos'

Mientras en los ¨²ltimos a?os ha habido m¨¢s de una veintena de operaciones, especialmente en Francia, para decapitar los aparatos militar, pol¨ªtico o log¨ªstico de ETA, paralelamente se han desarrollado una quincena de intervenciones para resecar las fuentes de financiaci¨®n y el caudal de apoyo medi¨¢tico y pol¨ªtico paralegal de la banda. La base de esa iniciativa era la tesis de Garz¨®n que sosten¨ªa que ETA no eran solo los comandos, sino las estructuras de apoyo controladas y dirigidas desde la jefatura de la banda.

La primera de estas operaciones, en mayo de 1998, se dirigi¨® contra las tramas financieras y poco despu¨¦s contra los aparatos pol¨ªtico y medi¨¢tico del entorno etarra. Todo fue agrupado en un mismo sumario, el 18/98, tambi¨¦n llamado caso Ekin. Garz¨®n cerr¨® varias empresas como Gadusmar, Banaka o Ganeko, clausur¨® el diario Egin, la emisora Egin Irratia, intervino sus empresas editoras y desarticul¨® KAS y su sucesor, Ekin, el grupo encargado de dinamizar y dirigir todo el apoyo a la banda en su parte legal. Casi 70 dirigentes fueron detenidos y procesados, aunque el sumario avanz¨® muy lentamente debido a su complejidad.

Ya en marzo de 2001, Garz¨®n lanz¨® la operaci¨®n Sugekumea, (cr¨ªa de la serpiente en euskera), que supuso la desarticulaci¨®n de Jarrai, la estructura juvenil de apoyo a la banda, y posteriormente de sus marcas de repuesto: Haika y Segi. Hubo 42 procesados, aunque luego se juzg¨® a 33.

Se les acus¨® de ser la "vanguardia delegada de ETA en el sector juvenil" y de ser "responsables de la ejecuci¨®n directa de la kale borroka" en el Pa¨ªs Vasco y Navarra. Constitu¨ªan la verdadera "cantera" de la banda, a la que proporcionaban militantes y cuadros.

Paralelamente, en Francia segu¨ªan las detenciones de etarras. El arresto de Ibon Fern¨¢ndez Iradi, Susper, al que le ocuparon cuantiosa documentaci¨®n, supuso la ca¨ªda de casi un centenar de activistas que acababan de entrar en ETA o que estaban siendo tocados para su incorporaci¨®n a la banda. Susper se fug¨® casi inmediatamente, pero un a?o despu¨¦s volvi¨® a ser detenido y sus documentos generaron otro desastre en forma de una veintena m¨¢s de capturas.

En Espa?a, mientras tanto, los procesos abiertos segu¨ªan su curso y se iniciaban otras operaciones, como contra Gestoras Pro Amnist¨ªa y su estructura relevo, Askatasuna. Garz¨®n proces¨® a 27 integrantes.

Poco despu¨¦s se persigui¨® a Batasuna y a su estructura de financiaci¨®n, las herriko tabernas. Son 40 procesados, entre los que est¨¢n los m¨¢s destacados cabecillas, como Arnaldo Otegi, Joseba Permach, Rufi Etxeberria o Joseba ?lvarez. Les piden 12 a?os de c¨¢rcel. El acoso fue constante, con la ilegalizaci¨®n del partido y las sucesivas marcas -ANV, PCTV, D3M, etc¨¦tera- que Batasuna sac¨® para poder presentarse a las elecciones.

Aunque el caso Ekin era m¨¢s importante, el sumario de Jarrai fue el primero que se juzg¨®. El Supremo conden¨® a 23 de los acusados por pertenencia a ETA a penas de seis a?os. Esa sentencia marc¨® el futuro de los restantes procesos.

El macrojuicio de Ekin supuso una frustraci¨®n para el entorno etarra, que crey¨® que una tregua de ETA resolver¨ªa el problema jur¨ªdico. Tras a?o y medio de juicio, la Audiencia conden¨® a 47 acusados a elevadas penas. Aunque el Supremo las rebaj¨® en 2009, 43 de los procesados fueron condenados a penas de entre seis y 12 a?os de prisi¨®n como miembros de la banda.

El caso contra Gestoras-Askatasuna fue el siguiente. El Supremo dijo que Gestoras era un instrumento al servicio de ETA y que marcaba los objetivos para futuros atentados. Hubo 20 condenados a ocho a?os de c¨¢rcel.

Las operaciones contra otras estructuras han continuado, mientras en Francia se deten¨ªa una y otra vez a la c¨²pula de la banda. En Espa?a se desmont¨® Udalbiltza -la asamblea de electos de Batasuna- y se impidieron las sucesivas reconstrucciones de esa formaci¨®n, como Bateragune. Esos procesos ser¨¢n juzgados este a?o. El fiscal pide penas de 10 y 12 a?os. Un futuro entre rejas para los dirigentes y una disoluci¨®n por derribo para la organizaci¨®n.