?Rescate para Portugal?
En los ¨²ltimos d¨ªas hemos vuelto a asistir a una serie de ataques especulativos "autoconfirmados", con Portugal como objetivo esta vez. La pauta es conocida: basta con que los mercados desconf¨ªen de la capacidad de pago de un pa¨ªs para que suba el tipo de inter¨¦s al que financia su deuda, haci¨¦ndola eventualmente insostenible. Numerosas voces han pedido que Portugal se acoja a un paquete de rescate auspiciado por la UE y el FMI, a trav¨¦s de la Facilidad de Estabilizaci¨®n (EFSF).
Pero la experiencia de Grecia e Irlanda arroja dudas sobre si un paquete de rescate realmente resuelve los problemas. En teor¨ªa, este tipo de ayudas deber¨ªa tener un papel "catalizador" del capital privado: se supone que la entrada de dinero p¨²blico (UE, FMI) restablece la confianza en el pa¨ªs y convence al sector privado para que vuelva a invertir en ¨¦l. Sin embargo, a juzgar por los diferenciales de la deuda griega e irlandesa frente a la alemana -que se mantienen muy pr¨®ximos a los niveles alcanzados cuando se activaron sus respectivos rescates-, este efecto catalizador no est¨¢ funcionando en Europa. ?Por qu¨¦?
Normalmente, un paquete de rescate del FMI incluye un ajuste fiscal y una devaluaci¨®n (expansi¨®n monetaria) que restablece la competitividad y el crecimiento, aunque al precio de un aumento transitorio de la inflaci¨®n. Ambos efectos son, en general, necesarios para estabilizar la deuda p¨²blica. Pero en la eurozona el segundo componente no es posible, de manera que, aunque el ajuste fiscal sea cre¨ªble, la estabilizaci¨®n de la deuda no lo es porque no viene acompa?ada de un mayor crecimiento. Sin crecimiento, los sacrificios necesarios para estabilizar la deuda en estas econom¨ªas son excesivos -tanto m¨¢s en un entorno deflacionista- y los mercados no se los creen.
No ha ayudado tampoco la insistencia en que el sector privado debe asumir parte del coste de los rescates, por m¨¢s que sea una idea razonable. Y el anuncio de que solo se va a aplicar a la deuda emitida a partir de 2013, cuando el mecanismo permanente del ESM sustituya al actual FSFS, no es cre¨ªble, entre otros motivos porque llevar¨¢ alg¨²n tiempo que la deuda emitida a partir de esa fecha alcance una masa cr¨ªtica suficiente, y algunos pa¨ªses como Grecia necesitar¨¢n actuar antes.
El debate esta semana ha girado en torno a qu¨¦ gana Portugal (o Espa?a, que figura siguiente en las apuestas) pidiendo un paquete de rescate, m¨¢s all¨¢ de un cierto alivio de liquidez, siempre transitorio. Y qu¨¦ gana Europa con una secuencia de pa¨ªses en la unidad de cuidados intensivos. Los paquetes de rescate adem¨¢s son caros: Irlanda paga un tipo de inter¨¦s del 5,8%, inferior al crecimiento nominal que se espera para esta econom¨ªa en los pr¨®ximos a?os y solo ligeramente por debajo del tipo de mercado.
?Existe una alternativa? Las ideas que han circulado en los ¨²ltimos d¨ªas sobre un uso del Fondo Europeo de Estabilizaci¨®n Financiera (EFSF) para comprar deuda en el mercado secundario o para garantizar las emisiones son interesantes y merecen un estudio detenido. Es cierto que esto ya lo est¨¢ haciendo el BCE, pero de manera limitada, porque no es la instituci¨®n adecuada, ni por su mandato ni por sus instintos. No es tanto una cuesti¨®n de tama?o del fondo como de utilizaci¨®n mucho m¨¢s flexible. En lugar de solemnes anuncios de rescate y programas poco cre¨ªbles, las tendencias de los mercados deben contrarrestarse con sus propias armas: compras, ventas, precios e incentivos. Solo as¨ª se podr¨¢ alcanzar ese deseado efecto catalizador. Pero no nos enga?emos: la soluci¨®n a largo plazo requiere tambi¨¦n restaurar la capacidad de crecimiento de las econom¨ªas perif¨¦ricas, y eso solo se consigue con reformas profundas que flexibilicen su funcionamiento.
Santiago Fern¨¢ndez de Lis es profesor de la Escuela de Finanzas Aplicadas (AFI).
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