Nissan alarga su vida
Nissan anuncia su decisi¨®n de adjudicar a sus plantas de fabricaci¨®n -perd¨®n, de montaje- en la Zona Franca de Barcelona y en Montcada la producci¨®n de su nueva furgoneta pick up. La decisi¨®n sigue a discusiones con los Gobiernos catal¨¢n y espa?ol cuyo contenido no conozco, pero imagino que se habr¨¢n centrado en la financiaci¨®n de la inversi¨®n, sobre todo despu¨¦s de la aceptaci¨®n por los trabajadores de contenci¨®n salarial y de condiciones de trabajo que suponen aumentos de productividad y reducci¨®n de costes.
Es una buena noticia. Se asegura por unos 10 a?os el funcionamiento de las plantas, amenazadas de cierre cuando se acabara el trabajo en los actuales modelos. Se garantiza el mantenimiento de m¨¢s de 3.000 puestos de trabajo directos y m¨¢s del doble indirectos. No es de extra?ar la satisfacci¨®n de los trabajadores afectados y la que ha manifestado el Gobierno, ya que no estamos sobrados de puestos de trabajo. Me uno a esta satisfacci¨®n, pero no quiero dejar de hacer algunas reflexiones.
La deslocalizaci¨®n puede retrasarse con esfuerzos 'pasivos', pero es imparable e irreversible
El sector del autom¨®vil es uno de los m¨¢s importantes para Catalu?a y para Espa?a. Si a los grandes ajustes en la construcci¨®n y en el turismo se a?adiera una fuerte contracci¨®n en este otro sector, nuestras dificultades de salida de la crisis ser¨ªan a¨²n mayores y se alargar¨ªan m¨¢s. Por ello, con mirada corta, los esfuerzos que se hagan para evitarlo han de ser aplaudidos, aunque se trate de esfuerzos pasivos como lo son menos salario y m¨¢s horas de trabajo. Ayudan a mantener algo que hace unos a?os no esper¨¢bamos: Espa?a es uno de los mayores productores del mundo de veh¨ªculos y el que fabrica m¨¢s veh¨ªculos sin tener ni una marca propia.
Pero no olvidemos que estas medidas, necesarias, no garantizan el futuro, ya que el sector mundial de los veh¨ªculos de turismo ha entrado en una deslocalizaci¨®n y en una reconversi¨®n. Por una parte, un desplazamiento de la actividad productiva hacia Asia, y por otra, un cambio radical en los elementos que componen un veh¨ªculo. En los a?os ochenta la producci¨®n de autom¨®viles fue de unos 13 millones en Europa; en EE UU, de algo m¨¢s de 7, y en Asia (casi todo Jap¨®n), de unos 10. En el a?o 2008 la China sola produjo m¨¢s de 13 millones; Jap¨®n, 10, y Corea del Sur, 4. Asia en su conjunto super¨® los 35 millones, mientras Europa se manten¨ªa alrededor de los 12 (2,5 en Espa?a) y EE UU no llegaba a 10. Esta es la deslocalizaci¨®n.
La verdadera reconversi¨®n consiste en el cambio de la naturaleza del producto. Los cambios internos de los pr¨®ximos a?os ser¨¢n radicales. En primer lugar, un cambio de la naturaleza del motor para usar otros combustibles distintos de los derivados del petr¨®leo, cambio exigido por la escasez de este y por las consecuencias medioambientales de la combusti¨®n. Tambi¨¦n habr¨¢ cambios importantes en los sistemas incorporados relacionados con la seguridad, las ayudas a la conducci¨®n y la prevenci¨®n inteligente de accidentes. Y tambi¨¦n por el uso de nuevos materiales de menor peso, pero de mayor rigidez estructural.
En el mundo del autom¨®vil la innovaci¨®n y el valor a?adido no est¨¢n en la operaci¨®n de montaje final, sino en el dise?o y en la fabricaci¨®n de los componentes. El montaje implica buenas tecnolog¨ªas de producci¨®n y supone, aunque cada vez est¨¦ m¨¢s robotizado, una importante carga de mano de obra. Por ello estas plantas son tan sensibles a los costes salariales y a la productividad. El fen¨®meno de deslocalizaci¨®n puede retrasarse con esfuerzos pasivos, pero es imparable e irreversible. Las plantas de montaje que se construyeron en Espa?a en los setenta y los ochenta acabaran march¨¢ndose por la misma raz¨®n por la que vinieron.
Junto a esta pol¨ªtica de retraso al m¨¢ximo, que aplaudo, es imprescindible una pol¨ªtica basada, entre otras cosas, en la potenciaci¨®n de los centros de dise?o que ya existen junto a algunas de las plantas que tenemos, y en una gran atenci¨®n a las empresas de componentes para que, aprovechando el cambio tecnol¨®gico de la reconversi¨®n, puedan coger posiciones en el desarrollo, por ejemplo, de elementos para el motor el¨¦ctrico, o en nuevos sistemas electr¨®nicos de conducci¨®n y de seguridad. Esto no solo cambiar¨ªa el posicionamiento de nuestra industria en el sector, sino que adem¨¢s contribuir¨ªa a retener las plantas de montaje, ya que les supone ventajas la proximidad a los lugares donde se generan las ideas.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro de Industria.
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