Apple despu¨¦s de Jobs

Ha llegado la hora de que Apple hable claro sobre el futuro. Steve Jobs es el mejor ejecutivo del sector tecnol¨®gico. Tambi¨¦n es muy reservado y est¨¢ gravemente enfermo. El hecho de ofrecer m¨¢s informaci¨®n sobre los planes de Apple despu¨¦s de Steve podr¨ªa tranquilizar la f¨¢brica de rumores, que vuelve a funcionar a toda m¨¢quina. El d¨ªa que Jobs iba a reunirse con el presidente Barack Obama, el tabloide National Enquirer public¨® unas im¨¢genes que supuestamente mostraban a un demacrado Jobs en el Centro del C¨¢ncer de Stanford. Dar m¨¢s detalles sobre la sucesi¨®n separar¨ªa el deseo leg¨ªtimo de informaci¨®n de la s¨®rdida demanda de cotilleos.

Apple ha divulgado poca informaci¨®n sobre la salud de Jobs durante sus permisos laborales. Lo que se sabe es que le han operado de un c¨¢ncer de p¨¢ncreas, que se ha sometido a un trasplante de h¨ªgado y que ahora est¨¢ de baja m¨¦dica indefinida. Jobs tiene derecho a algo de intimidad. Pero Apple le ha mantenido como consejero delegado. Los inversores de la segunda empresa estadounidense con mayor valor en Bolsa tienen la necesidad de saber c¨®mo va a sustituirlo el gigante tecnol¨®gico en caso de que fallezca porque su situaci¨®n es importante para ellos. Es decir, aun cuando los problemas de salud de Jobs son muy conocidos, las acciones sufrieron un varapalo por culpa de una imagen publicada en un peri¨®dico sensacionalista.

Es cierto que Apple ha nombrado a un director provisional, Tim Cook, para dirigir las operaciones cotidianas. Cook ha hecho un excelente trabajo en ese puesto en el pasado, y el consejo de administraci¨®n analiza la sucesi¨®n anualmente en privado, pero la empresa se resiste a la petici¨®n de los accionistas de que haga p¨²blicos sus planes. Dada la gigantesca funci¨®n de Jobs en Apple, se trata de una propuesta leg¨ªtima. Es el cofundador de la empresa, la trajo de vuelta a la vida y su inusual combinaci¨®n de conocimientos t¨¦cnicos, cabeza para el dise?o y acierto con los consumidores son incomparables.

Si cualquier otro ejecutivo -o un grupo de ellos- podr¨ªa haber impulsado o no la producci¨®n del iPad, el iPod y el iPhone, es una pregunta abierta. Jobs tiene una habilidad asombrosa para crear caballos cuando los enfoques de sus rivales, m¨¢s centrados en el p¨²blico al que se dirigen, producen camellos. Esta es una de las razones -tal vez la principal- que explican la influencia de Apple sobre la tecnolog¨ªa de consumo y sus 330.000 millones de d¨®lares de valor de mercado. El dar a conocer en l¨ªneas generales los planes respecto al liderazgo trasladar¨ªa el debate al tema m¨¢s constructivo de la estrategia de Apple (y proporcionar¨ªa a Jobs una muy merecida privacidad).