Los rebeldes avanzan hacia Tr¨ªpoli
Gadafi lanza un desesperado contraataque para someter a dos ciudades cercanas a la capital - Las fuerzas de seguridad y los mercenarios disparan con ametralladoras
Muamar el Gadafi ha perdido el control del este de Libia, una vez esfumados, detenidos o muertos los soldados y mercenarios que sembraron el terror durante d¨ªas. Los leales al tirano contraatacaron ayer en una ciudad del oeste cercana a la frontera con T¨²nez, y en Musratha, a un centenar de kil¨®metros al este de Tr¨ªpoli. "Es una acci¨®n desesperada", comentaban algunos rebeldes en Libia oriental, una zona liberada ya de la presencia del r¨¦gimen. Pero Gadafi -tambi¨¦n los dictadores tunecino y egipcio se aferraban al poder antes de su fuga o dimisi¨®n- parece dispuesto a no rendirse y acumula tropas y congrega a sus matones en la capital. Los enfrentamientos armados en el occidente del pa¨ªs entre los reci¨¦n constituidos consejos populares y las fuerzas del coronel sirvieron ayer de preludio para lo que se aventura como el episodio final del dictador: la batalla de Tr¨ªpoli.
El tirano dice que los opositores son j¨®venes que toman alucin¨®genos
Ciudadanos del este reciben con gritos de "carnicero" el discurso de Gadafi
Los 200 kil¨®metros de carretera que conducen hasta la capital desde la frontera con T¨²nez siguen controlados por soldados y brigadas especiales del Gobierno libio, seg¨²n los testimonios de los refugiados que salen del pa¨ªs por el paso fronterizo de Ras el Adjir. Sin embargo, varios pueblos y ciudades -entre ellas, Zuara, Sabratah y Zauiya- contin¨²an desde el mi¨¦rcoles tomadas por los ciudadanos. Aun as¨ª, esta ¨²ltima ciudad recibi¨® ayer un duro castigo por su rebeli¨®n. Fuerzas especiales de Gadafi y los mercenarios africanos del casco amarillo -ya c¨¦lebres entre los libios por su crueldad- atacaron sin piedad a los habitantes de Zauiya, a 50 kil¨®metros de Tr¨ªpoli y ¨²ltimo punto en el mapa antes de llegar a Tr¨ªpoli, donde se esconde Gadafi. Algunos testigos hablaban de que los matones dispararon con ametralladoras pesadas y lanzaron granadas. Los ataques dejaron 100 muertos, seg¨²n el canal de televisi¨®n catar¨ª Al Yazira.
De los acontecimientos en la capital, poco se sabe. Inaccesible para los medios de comunicaci¨®n, lo que ocurre en Tr¨ªpoli solo llega a trav¨¦s del tel¨¦fono a los familiares y amigos que permanecen en zonas controladas por los rebeldes. Desde la principal ciudad del pa¨ªs, Baha explica que est¨¢n aterrorizados y que apenas se atreven a salir de casa por miedo a recibir un disparo de los esbirros de Gadafi.
El dictador, cada vez m¨¢s encerrado en s¨ª mismo y en su verborrea, hizo ayer otra declaraci¨®n por tel¨¦fono en la televisi¨®n p¨²blica, la tercera desde que empezaron las protestas el 15 de febrero. Gadafi abandon¨® el gesto duro que hab¨ªa protagonizado su discurso del mi¨¦rcoles y lo sustituy¨® por uno paternalista, m¨¢s conciliador, pero que roz¨® lo demencial. "Son j¨®venes de 17 a?os a los que les dan p¨ªldoras alucin¨®genas con las bebidas, la leche, o el Nescaf¨¦", dijo el gobernante libio refiri¨¦ndose a los ciudadanos que protagonizan la revuelta. Gadafi llam¨® "hijos de Libia" a los muertos que est¨¢ dejando la revoluci¨®n, asegur¨® que Bin Laden estaba detr¨¢s de la revuelta y pidi¨® calma. As¨ª despach¨® la semana en la que su pa¨ªs se ha levantado contra su tiran¨ªa. "Quien rinda las armas y muestre arrepentimiento no ser¨¢ perseguido legalmente. Los comit¨¦s de la revoluci¨®n [uno de los baluartes del r¨¦gimen] llaman a cooperar a los ciudadanos y que informen sobre aquellos que han dirigido a los j¨®venes o les han dado dinero, equipos, o los han intoxicado con p¨ªldoras alucin¨®genas", clam¨® Gadafi, quien todav¨ªa habla como si los alzados fueran un grupo que obedece consignas de turbias manos negras. El s¨¢trapa neg¨® que fuera posible ver en Libia lo que se ha visto en T¨²nez y Egipto, y apel¨® a su coletilla habitual de que "el poder est¨¢ en manos del pueblo". "Bin Laden, ese es el enemigo que est¨¢ manipulando a la gente".
En Shahat, en el este de Libia, los ciudadanos recibieron sus palabras con indignaci¨®n y gritos de "carnicero" y "asesino". Muchos de los rebeldes libios que controlan el este del pa¨ªs protestaban contra lo que consideran una intoxicaci¨®n para confundir a los pa¨ªses occidentales y especialmente a Estados Unidos. "Nosotros no somos terroristas, somos hombres que queremos libertad y una vida digna", se?alaba Moafer, un ingeniero el¨¦ctrico de 24 a?os de Darna.
En la radio local, un grupo de hombres y algunas mujeres emiten cada d¨ªa los avances de los revolucionarios en la zona. "Hasta hace unos d¨ªas todo estaba bajo el control del Estado, no pod¨ªamos hablar de democracia, ni de nada que no fuera la vieja revoluci¨®n de Gadafi y de ¨¦l mismo. ?Y ahora dice que somos de Al Qaeda? M¨ªranos, ?parecemos terroristas?", interpelaba el hombre.
El creciente asedio a Gadafi, no obstante, no se ha completado todav¨ªa. Seg¨²n varios medios, en Sirte, ciudad natal del dictador, el Gobierno mantiene el control. Pero las cruciales instalaciones petroleras de Ras Lanuf y Marsa el Brega, en las cercan¨ªas de Bengasi, ya est¨¢n en manos rebeldes. Las noticias que llegan desde Tr¨ªpoli hasta la frontera siguen siendo confusas, pero todas apuntan a la creciente soledad de Gadafi, recluido en palacio. Un tunecino que lleg¨® a Ras el Adjir relat¨® as¨ª la situaci¨®n que se viv¨ªa en la capital: "Hay tiroteos y muchos muertos en las calles. Gadafi ya no tiene soldados. Los ¨²nicos que est¨¢n con ¨¦l son los mercenarios africanos y sus brigadas".
La bandera verde del r¨¦gimen de Gadafi ondea ya solo en los lugares que sus tropas controlan. All¨¢ donde los rebeldes han conseguido hacerse con el poder, la antigua ense?a tricolor -ornada con la media luna y la estrella- ondea al viento. El rojo, el verde y el negro son el emblema predominante en el este, casi completamente controlado por los rebeldes, a pesar de que en la regi¨®n permanecen simpatizantes del r¨¦gimen y la alerta no disminuye en los puestos de control de carretera.
Algunos bancos de Tobruk abrieron ayer despu¨¦s de que durante la madrugada llegara dinero desde Bengasi, ciudad totalmente en poder de los alzados. "Aunque no se puedan pagar los salarios, vamos a intentar asegurar unos 200 dinares por persona para que la gente pueda seguir comprando comida", explicaba Mohamed Saleh, uno de los l¨ªderes del comit¨¦ ciudadano que controla Tobruk. Pero incluso en las zonas rebeldes, donde se intenta mantener cierto orden, sigue habiendo "elementos incontrolados", explicaba Saleh.
Tal como sucedi¨® en T¨²nez durante el alzamiento, en enero, contra el dictador Zine el Abidine Ben Ali, estos comit¨¦s de ciudadanos improvisan para tratar de organizar la vida cotidiana en las ciudades, aunque su principal cometido es garantizar un m¨ªnimo de seguridad en las calles.
La ¨²ltima ocurrencia de la familia Gadafi, en este caso del hijo del tirano Saif el Islam, fue invitar a los medios de comunicaci¨®n a una especie de tour, no se sabe si en avi¨®n o por tierra, para que vean por s¨ª mismos que todas las im¨¢genes que est¨¢n llegando del conflicto son falsas. "Que vengan, que vengan y vean que aqu¨ª no est¨¢ pasando nada", dijo negando lo evidente. Este peri¨®dico habl¨® ayer por tel¨¦fono con un libio que se identific¨® como periodista y que asegur¨® que el Gobierno est¨¢ elaborando una lista de medios para dejarles entrar en el pa¨ªs.
Pero el aparente aperturismo de Saif al Islam casa mal con las interferencias que padecen los sat¨¦lites de la compa?¨ªa Thuraya, que ayer asegur¨® que emprender¨¢ acciones legales contra Libia por impedir la prestaci¨®n del servicio.
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