Claudio Magris, padre e hijo de la Trieste literaria
El CCCB evoca la ciudad del autor de 'El Danubio'
"Las ciudades son madres e hijas de los escritores", asegura Claudio Magris, y lo demuestra ahora en una exposici¨®n que le entrelaza con la suya: El Trieste de Magris, que abre hoy en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB). Se reanuda as¨ª la serie Las ciudades y sus escritores, que arranc¨® con Borges y Buenos Aires y sigui¨® con Kafka y Praga, Joyce y Dubl¨ªn y Pessoa y Lisboa. La novedad, esta vez, es que ha sido un escritor vivo quien ha reconstruido su h¨¢bitat f¨ªsico y mental. El resultado es excepcional.
Hay lugares donde se puede ser al mismo tiempo muchas cosas y poseer m¨²ltiples identidades, pero muy pocos como Trieste; cruce de caminos entre norte y sur y este y oeste; donde era posible cruzar la plaza y escuchar c¨®mo discut¨ªan un croata y un armenio, un italiano y un esloveno y un turco y un alem¨¢n; donde un pope griego compet¨ªa con otro serbio por una feligres¨ªa que, en el mismo barrio pod¨ªa dirigirse a una sinagoga, una mezquita o a una iglesia luterana. Un lugar bello y diferente, en el que cuando sopla la bora, el incre¨ªble viento que nace en los Alpes julianos y se lanza -hasta a 190 kil¨®metros por hora- sobre el Adri¨¢tico, se colocan cuerdas en las calles para que no se lleve volando a los ciudadanos. Y todo esto; desde el viento a las conversaciones o los rostros de sus habitantes, pero esencialmente las texturas culturales, literarias, sensoriales y emocionales del puerto del Imperio Austroh¨²ngaro, forma parte de esta muestra comisariada por el director de teatro trentino, de origen h¨²ngaro, Giorgio Pressburger y realizada por la dise?adora milanesa Paola Navone, ejecutores fieles de la visi¨®n de Magris, que ha querido mantenerse en segunda fila.
"Somos esencialmente como agua y nos llenamos de los paisajes, y el paisaje forma parte tambi¨¦n de la historia. Las ciudades son algo m¨¢s que un paisaje urbano o una naturaleza; son los rostros de las personas, sus historias y recuerdos", explic¨® Magris, para quien "la realidad es siempre m¨¢s original y m¨¢s compleja que la ficci¨®n".
Pocas veces una exposici¨®n de este formato ha conseguido de forma tan redonda su objetivo: trasladar al visitante al esp¨ªritu esencial de una ciudad. El visitante se encuentra en la primera sala con el viento de cara y el mar embravecido y se topa despu¨¦s con grandes rocas, piedras calizas del Carso perforadas por el agua, tra¨ªdas expresamente de las monta?as que rodean Trieste. Ya est¨¢ dentro.
El autor de El Danubio (Anagrama), el libro que nos descubri¨® el coraz¨®n de Europa antes de que cayera el tel¨®n que nos lo ocultaba, se mostraba ayer emocionado. "Me impresiona ver que el arca de mi vida se pasea por un r¨ªo", dijo. Porque la exposici¨®n recoge desde una reproducci¨®n de su sala de estar a lugares m¨ªticos como el Caf¨¦ San Marco o la librer¨ªa Antiquaria. "Podr¨ªa ser un decorado como los que Potemkin pon¨ªa a Catalina la Grande", ironiz¨® el escritor.
Y el mundo de Magris es tambi¨¦n el mundo de aquellos personajes que reelaboraron Trieste a trav¨¦s de la escritura, la pintura o la poes¨ªa. La exposici¨®n se detiene en visitantes ilustres como Stendhal, James Joyce o Rainer Maria Rilke, y en los escritores locales Italo Svevo, Umberto Saba o el poeta italo-croata Scipio Slataper, muerto en la I Guerra Mundial en una batalla en el Carso. Descubrimos tambi¨¦n la huella del psicoan¨¢lisis a trav¨¦s de Edoardo Weiss, uno de los disc¨ªpulos de Sigmund Freud, un campo en el que Trieste destac¨® en la d¨¦cada de los sesenta amparando el trabajo del psiquiatra veneciano Franco Basaglia, que cambi¨® la concepci¨®n de la enfermedad mental. La muestra se cierra con la proyecci¨®n de Dietro il buio, una pel¨ªcula basada en el mon¨®logo teatral de Magris As¨ª que usted comprender¨¢.
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