Alarma nuclear
Las explosiones en Fukushima avivan la pol¨¦mica sobre el desarrollo de este tipo de energ¨ªa
La terrible cat¨¢strofe sufrida por Jap¨®n en estos ¨²ltimos d¨ªas ha afectado a todos los sectores productivos y a la vida de cientos de miles de personas. Pero lo que quiz¨¢ ha despertado mayor inquietud ha sido el da?o sufrido por algunas plantas nucleares situadas en la zona m¨¢s castigada por los terremotos, empezando por el mayor, de magnitud 8,9, y el tsunami posterior. La inquietud se debe, m¨¢s que a los efectos nocivos sobre la poblaci¨®n o el medio ambiente, menores hasta este momento, sobre todo a la potencialidad de graves emisiones de radiactividad al medio ambiente y al efecto que puede tener sobre el debate mundial acerca del papel de la energ¨ªa nuclear en el futuro.
Ante los problemas de seguridad de suministro, volatilidad de precios y emisiones de gases de efecto invernadero, se discute sobre la necesidad de impulsar un profundo cambio en nuestro paradigma energ¨¦tico para las pr¨®ximas d¨¦cadas, tanto desde el lado de la demanda, con medidas de ahorro y eficiencia energ¨¦tica, como desde el de la oferta, con fuentes de energ¨ªa libres de carbono. La energ¨ªa nuclear es uno de los candidatos a complementar el creciente papel que deben jugar las renovables en nuestro futuro esquema de suministro energ¨¦tico.
Los sucesos de Jap¨®n ya han afectado al debate y han suscitado reservas sobre el uso de esta energ¨ªa y, dependiendo de lo que ocurra con los reactores da?ados del complejo de Fukushima, podr¨ªan suponer un nuevo par¨®n de d¨¦cadas, tal como ocurri¨® tras los accidentes de Three Mile Island, en 1979, y Chern¨®bil, en 1986, o incluso un abandono definitivo de la alternativa nuclear. El primer impacto pol¨ªtico se ha producido en Alemania: la canciller Merkel ha decidido suspender la prolongaci¨®n del funcionamiento de sus 17 centrales nucleares en tanto se revisan los est¨¢ndares de seguridad de las plantas.
Lo que les ha ocurrido a los reactores de la central de Fukushima es probablemente lo peor que pod¨ªa imaginarse, con un terremoto de inusitado poder destructivo y un tsunami que, adem¨¢s de agravar los da?os, ha dificultado el acceso a las instalaciones y el transporte del equipamiento necesario para paliar los da?os. En general, los reactores han respondido con seguridad excepto dos, o quiz¨¢ tres, en los que est¨¢ siendo dif¨ªcil extraer el calor residual generado dentro del n¨²cleo debido a las desintegraciones del material radiactivo en su interior. Si dicho material escapa de los sistemas de contenci¨®n y se difunde por el exterior, es muy probable que se produzca una reacci¨®n contraria a cualquier desarrollo de nuevas plantas, por m¨¢s seguras y perfeccionadas que sean.
Si, por el contrario, el inventario de materiales radiactivos se mantiene confinado dentro de los recintos de las centrales, los da?os a la salud de las personas ser¨¢n reducidos, y el debate adoptar¨¢ formas distintas aunque, en todo caso, supondr¨¢n una clara inflexi¨®n en la actual tendencia a considerar la energ¨ªa nuclear como una tecnolog¨ªa valiosa para el futuro.
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