La ¨²ltima palabra de Foster Wallace
'The pale king', novela p¨®stuma del autor estadounidense, recupera su brillante lenguaje - Su suicidio en 2008 acab¨® con la mejor voz literaria de la generaci¨®n X
El 11 de septiembre de 2008 las cosas parec¨ªan ir bien en la vida de David Foster Wallace, considerado el portavoz literario de la generaci¨®n X, y uno de los escritores norteamericanos m¨¢s importantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
El d¨ªa hab¨ªa amanecido apacible en la localidad de Claremont, California. Karen, su mujer, ultimaba los preparativos de una inauguraci¨®n que tendr¨ªa lugar al d¨ªa siguiente. Se hab¨ªan conocido unos a?os antes, cuando la artista, impactada por uno de sus relatos, La persona deprimida, se puso en contacto con ¨¦l para hablarle de su idea de llevar a cabo una serie de paneles inspirados en la historia. Se casaron en 2002. Sigui¨® un periodo en el que el signo predominante fue de relativa estabilidad, aunque el fantasma de la grave depresi¨®n que padec¨ªa el autor desde finales de los a?os ochenta, jam¨¢s desaparecer¨ªa del todo. Aquel oto?o, Wallace impart¨ªa clases de escritura creativa en un college local, trabajo que le dejaba tiempo para ir dando forma a The pale king, su tercera novela, en la que hab¨ªa empezado a trabajar hac¨ªa m¨¢s de 10 a?os. En una carta dirigida a su amigo, el escritor Jonathan Franzen, describi¨® su vida en los siguientes t¨¦rminos: "escribo a rega?adientes, sumido en sentimientos ambivalentes acerca de lo que hago, hundido en el dolor. Estoy cansado de m¨ª mismo, de mis pensamientos y asociaciones mentales, de la sintaxis, de mis h¨¢bitos verbales. Mi trabajo atraviesa por una fase de gran oscuridad, lo dem¨¢s es luminoso y gratificante. De modo que puedo decir que soy relativamente feliz".
Aunque era lo que m¨¢s le importaba, la escritura ten¨ªa un efecto da?ino
Jonathan Franzen dice que era el ser m¨¢s dulce y atormentado
La nueva obra habla de un equipo de inspectores de hacienda
En efecto, su mujer, sus amigos, sus padres y sus compa?eros de oficio, sent¨ªan adoraci¨®n por ¨¦l. El propio Franzen dijo de ¨¦l que era "el ser m¨¢s dulce y m¨¢s atormentado que hab¨ªa conocido jam¨¢s". Aunque era lo que m¨¢s le importaba en la vida, lo ¨²nico tal vez, la escritura ten¨ªa a veces un efecto da?ino sobre ¨¦l, y el reto que le planteaba The pale king no era nada f¨¢cil. Lo peor que le puede ocurrir a un escritor de talento es publicar una obra maestra a una edad temprana, y eso es precisamente lo que ocurri¨® con La broma infinita, novela de 1.200 p¨¢ginas que inclu¨ªa un complejo aparato de m¨¢s de 900 notas. Ten¨ªa 33 a?os cuando se public¨®. Inmediatamente se convirti¨® en el manifiesto de toda una generaci¨®n desafecta con el modo de vida americano.
Se tard¨® algo de tiempo en reconocer el valor de su aportaci¨®n. David Foster Wallace irrumpi¨® en el panorama literario norteamericano a los 22 a?os, con la publicaci¨®n de una novela que llevaba el significativo t¨ªtulo de La escoba del sistema. En un momento en que el modo imperante era el minimalismo caracter¨ªstico del realismo sucio, Wallace plantea narraciones desaforadas, de un maximalismo torrencial, recurriendo al empleo de notas que amplifican la narraci¨®n central, llev¨¢ndola en direcciones insospechadas. Se desenvuelve con id¨¦ntica eficacia en los ¨¢mbitos de la novela, el relato corto (La ni?a del pelo raro, Entrevistas breves con hombres repulsivos, Extinci¨®n), escritos ensay¨ªsticos de la m¨¢s diversa ¨ªndole (Hablemos de langostas, Algo supuestamente divertido que no volver¨¦ a hacer) o el periodismo, con reportajes que cubren un amplio espectro de temas, desde el cine de David Lynch, hasta el mundo del tenis, la televisi¨®n, la trigonometr¨ªa o la filosof¨ªa anal¨ªtica. Su idea de la literatura se sustenta sobre la premisa de que la experiencia est¨¦tica exige de una parte un esfuerzo intelectual y de otra apostar por la pasi¨®n.
El 12 de septiembre, a la hora de ir a la inauguraci¨®n, Foster Wallace expres¨® el deseo de quedarse en casa. Acompa?¨® a su mujer hasta el coche y nada m¨¢s verla desaparecer redact¨® una nota de dos p¨¢ginas y se dirigi¨® al patio de la casa, donde se ahorc¨®. Ten¨ªa 46 a?os. La noticia de su muerte caus¨® una consternaci¨®n y estupor entre sus seguidores cuyos ecos a¨²n no se han apagado. Su influencia sobre las nuevas generaciones de escritores de las m¨¢s diversas latitudes es incalculable. El consenso entre los conocedores de su obra es que no hab¨ªa dado la medida de su talento. Su suicidio elev¨® su figura de autor de culto a proporciones m¨ªticas. Sus obras entraron en un constante proceso de reedici¨®n que intentaba satisfacer la demanda de sus innumerables seguidores. El mundo acad¨¦mico se empez¨® a interesar por ¨¦l. La Universidad de Arizona inaugur¨® un archivo dedicado a la conservaci¨®n y estudio de sus papeles. Se rescataron de entre el material que dej¨® recopilaciones que reun¨ªan textos de innegable inter¨¦s, pero nada de ello es comparable a la expectaci¨®n que ha despertado el anuncio de que el pr¨®ximo 15 de abril, tras dos a?os de intenso trabajo de edici¨®n, la editorial Little Brown and Company publicar¨¢ la novela en que estaba trabajando el autor en el momento de morir.
The pale king cuenta la historia de David Wallace, que llega a la ciudad de Peoria, en el Medio Oeste Americano, para integrarse en un equipo de inspectores de Hacienda. El autor dedic¨® a?os a estudiar intensamente el tema, cuya aridez no puede ser mayor. Al situar el aburrimiento y el hast¨ªo que presiden la existencia contempor¨¢nea en el centro de la novela, Foster Wallace asume un riesgo mortal, pero el autor sortea h¨¢bilmente el peligro. La lectura de los seis fragmentos que integran esta novela incompleta, pero no fallida, se plantea como una aventura de extraordinario inter¨¦s. El logro mayor, como siempre, es la brillantez del lenguaje, que en esta ocasi¨®n se asoma a territorios nunca antes explorados por el autor. La obra es desigual y en muchos momentos decae, pero el lector nunca deja de tener la certeza de estar ante algo de gran valor. ?Es The pale king una obra maestra en forma embrionaria? De lo que no cabe la menor duda es de que su publicaci¨®n nos permite retomar el contacto con uno de los mayores talentos literarios de los ¨²ltimos tiempos en estado puro. La publicaci¨®n de The pale king era algo a todas luces necesario. En cuanto al texto resultante, quiz¨¢ lo m¨¢s justo sea decir que le ha tocado compartir el tr¨¢gico destino de su autor: haber sido fulminado de ra¨ªz sin haber alcanzado la perfecci¨®n. A lo mejor de lo que se trata es precisamente de eso.
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