H¨¦roes de la reconversi¨®n musical
Miles de tiendas de discos independientes del mundo celebran hoy con conciertos su supervivencia - El Record Store Day llega por primera vez a Espa?a
En los lejanos noventa, cuando ni el m¨¢s salvaje de los autores de ciencia ficci¨®n se asomaba al v¨¦rtigo virtual de esta sociedad, la tienda Power Records era para un pobre chico de Bilbao la invitaci¨®n a una fiesta con discos que te cambian la vida, un billete hacia la gran contracultura. Que todo lo que pod¨ªa ofrecer aquel lugar resida en el m¨®vil inteligente (Spotify, blogs o descargas gratuitas, piratas o no) de otros chicos esencialmente igual de pobres no es ni mucho menos intr¨ªnsecamente malo. Pero hoy, 16 de abril, d¨ªa de las tiendas de discos (Record Store Day en su acepci¨®n internacional), no se celebra la clase de democratizaci¨®n de la cultura que representa una aplicaci¨®n para iPhone, sino la mera, revoltosa y desafiante existencia de miles de distribuidores independientes de todo el mundo, que sobreviven en medio de una tormenta perfecta, suma de ca¨ªda de las ventas, desaparici¨®n de discogr¨¢ficas y distribuidoras, fusiones medi¨¢ticas y alquileres que se desbocan al ritmo del progreso de las ciudades.
Unos 200 comercios espa?oles de este tipo han cerrado en la ¨²ltima d¨¦cada
La iniciativa naci¨® en 2007 en EE UU para "celebrar el esp¨ªritu local e independiente de las algo m¨¢s de 700 tiendas del pa¨ªs", explica uno de sus primeros organizadores. La idea es sencilla: el tercer d¨ªa de abril (querido T.S. Eliot, acaso no sea el mes m¨¢s cruel) h¨¦roes del menudeo de discos (ni grandes superficies ni distribuidores de Internet) aparcan sus problemas, programan conciertos como aquel de Metallica en 2008 en Rasputin -tienda de San Francisco c¨¦lebre por la mala leche de sus ascensoristas- y venden rarezas como el maxi de Sonic Youth que ilustr¨® Kurt Cobain o recopilatorios ad hoc del sello Sub Pop. "Ya es una tradici¨®n pillar estos artefactos por la ma?ana y venderlos esa misma noche en eBay por un precio rid¨ªculamente superior", bromea Chris Jacobs, de la discogr¨¢fica que se invent¨® el grunge. Todo sirve para convencer a los consumidores de "levantar sus gordos culos del ordenador y hacerse el gran favor de dar una vuelta por el mundo real de los elep¨¦s", en palabras de Nick Cave, tan solo uno de las decenas de m¨²sicos (de Jack White a Paul McCartney; de Ben Harper a The Bad Plus) que recomiendan la experiencia en recordstoreday.com.
Es la primera vez que la fiesta se celebra en Espa?a, 19? pa¨ªs en sumarse, gracias a la iniciativa de Rosa Fern¨¢ndez, due?a desde hace 26 a?os de Disck7, en Granollers. "Nos permitieron participar en el evento en enero", recuerda. "Rastreamos tiendas por toda Espa?a para ofrecerles participar". Se animaron 35, entre veteranas (Power o las barcelonesas Revolver y Wah-Wah) y reci¨¦n llegadas (Cuervo Music o el Espacio Ufi de las distribuidoras independientes, ambas en Madrid). Lucir¨¢n el logotipo de Ozzy Osbourne que las acredita como participantes, ofrecer¨¢n actuaciones gratuitas, vender¨¢n un sencillo de Cooper y brindar¨¢n por no contar entre las bajas de una sangr¨ªa que no cesa (pese a espejismos como la vuelta del vinilo) y entre cuyas pr¨®ximas v¨ªctimas se cuentan la sucursal madrile?a de CD Drome y la valenciana Mardi Gras.
En un sector tan escasamente organizado como el musical nadie cuenta con cifras exactas de desaparici¨®n de tiendas en la ¨²ltima d¨¦cada Espa?a (en EE UU se cifra en 3.000). Los c¨¢lculos m¨¢s fiables hablan de la baja de 200 en 10 a?os. Actualmente solo sobreviven un centenar. ?Y a qui¨¦n le importa? Pues a Tom Waits, por ejemplo: "En las tiendas de discos trabajan profesores. No reemplacen a los que saben por los que suponen; ellos son el sonido de la ciudad".
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