La decisi¨®n m¨¢s dif¨ªcil de Obama
El presidente orden¨® el asalto solo con el 60% de garant¨ªas de la presencia de Bin Laden en la casa y sin el consenso de su equipo.- El terrorista estaba desarmado
El viernes 29 de abril, a las ocho de la ma?ana, en una reuni¨®n con sus cuatro colaboradores m¨¢s directos en materia de seguridad en la Casa Blanca, Barack Obama anunci¨® la decisi¨®n m¨¢s dif¨ªcil de su carrera: atacar por tierra la residencia en la que se cre¨ªa que pod¨ªa estar Osama bin Laden. Era una decisi¨®n que entra?aba altos riesgos operativos, que no ten¨ªa pleno consenso entre sus asesores y que podr¨ªa haber conducido a un choque con tropas paquistan¨ªes. Pero era la oportunidad de asestar un golpe decisivo al terrorismo y el presidente, despu¨¦s de pensarlo durante 16 horas, dijo: "Adelante".
Era uno de esos instantes en los que est¨¢ en juego toda una presidencia, y Obama lo afront¨® con bastante audacia, teniendo en cuenta que el director de la CIA, Leon Panetta, aunque recomendaba la intervenci¨®n, solo le daba un 60% de garant¨ªas de que el l¨ªder de Al Qaeda estuviera dentro de la mansi¨®n que se pensaba atacar.
Hubo momentos en que la Casa Blanca no tuvo informaci¨®n del comando
El mandatario medit¨® durante 16 horas antes de dar la orden de atacar
"Yo le dije que, tomando todo en consideraci¨®n, tenemos la mejor evidencia desde la batalla de Tora Bora, y eso nos dejaba claro que ten¨ªamos la obligaci¨®n de actuar", record¨® ayer Panetta en una entrevista.
Otros miembros del Gabinete de Obama no lo ve¨ªan del mismo modo. El secretario de Defensa, Robert Gates, advirti¨® de las enormes dificultades de una operaci¨®n terrestre y se inclin¨® por recomendar un bombardeo con aviones B-2, lo que hubiera asegurado la destrucci¨®n de la residencia de la ciudad de Abbottabad, a unos 60 kil¨®metros de Islamabad, sin los riesgos que comportaba la utilizaci¨®n de un comando.
Seg¨²n la reconstrucci¨®n de los hechos que puede hacerse uniendo la informaci¨®n facilitada por distintas fuentes oficiales norteamericanas, Obama particip¨® en cinco reuniones dedicadas a analizar este asunto. La primera, el 14 de marzo; la ¨²ltima, el jueves 28 de abril, que el presidente cerr¨®, con toda la informaci¨®n disponible en la mano, solicitando tiempo para meditar en soledad el camino a tomar.
Tres alternativas
A lo largo de esos 40 d¨ªas, se le hab¨ªan presentado tres opciones: el asalto con comandos, el bombardeo con B-2 y una operaci¨®n conjunta con fuerzas paquistan¨ªes, lo que permitir¨ªa hacer los preparativos de forma m¨¢s abierta y evitar el peligro de que el Ej¨¦rcito del pa¨ªs en el que hab¨ªa que actuar acabase atacando a lo que tendr¨ªa que ser una fuerza invasora.
Panetta, seg¨²n relat¨® ayer, se manifest¨® en contra de esta ¨²ltima opci¨®n por la desconfianza que le ofrec¨ªan los militares y los servicios secretos paquistan¨ªes, que siempre han hecho un doble juego en su actitud ante la guerra entre Estados Unidos y Al Qaeda. "Estaba decidido que cualquier intento de trabajar con los paquistan¨ªes hubiera puesto en peligro la operaci¨®n; podr¨ªan haber alertado al objetivo", ha confesado el director de la CIA.
Obama se interes¨® por la forma precisa en que ser¨ªa ejecutado el bombardeo, que parec¨ªa la opci¨®n m¨¢s sencilla. Fue informado por oficiales de la fuerza a¨¦rea de que, para asegurar la destrucci¨®n de la residencia y la muerte de sus ocupantes, ser¨ªa preciso arrojar 32 bombas de una tonelada cada una, lo que hubiera provocado un cr¨¢ter en el que hubiera sido casi imposible identificar restos humanos.
El presidente consider¨® que una acci¨®n as¨ª nunca habr¨ªa servido para demostrar ante el mundo que Estados Unidos hab¨ªa abatido a Bin Laden, con lo que todo el esfuerzo hubiera resultado en vano. No le gust¨® la propuesta desde el principio, y la idea de ordenar la intervenci¨®n de los SEAL, la fuerza de ¨¦lite de la Armada asignada al Comando Conjunto de Operaciones Especiales, se abri¨® paso, pese a todos sus inconvenientes, como la ¨²nica alternativa viable.
Ese mismo 28 de abril en el que Obama dio por concluidos los debates sobre lo que se denominar¨ªa Operaci¨®n Ger¨®nimo, apareci¨® en p¨²blico para presentar su certificado de nacimiento ante las dudas que hab¨ªan hecho circular algunos de sus m¨¢s ac¨¦rrimos rivales pol¨ªticos.
Operaci¨®n sin absolutas garant¨ªas
Antes de ese d¨ªa y de las reuniones en las que el presidente intervino, los principales responsables de seguridad hab¨ªan ido acumulando pruebas sobre la presencia de Bin Laden en Abbottabad a partir del seguimiento hecho -no est¨¢ claro si desde julio o agosto de 2010- al mensajero de Al Qaeda que hab¨ªa sido identificado por presos de Guant¨¢namo. Era una buena cantidad de material, obtenido con aviones esp¨ªa y agentes sobre el terreno, pero no lo suficiente como poder darle al presidente absolutas garant¨ªas de acierto.
El viceconsejero de Seguridad Nacional, Denis McDonough, que estuvo en la reuni¨®n del 29 de abril en la que Obama comunic¨® su decisi¨®n, admiti¨® ayer que, cuando el presidente se sent¨® el domingo siguiente a las 2.05 de la tarde en la War Room de la Casa Blanca para seguir el relato que Panetta hac¨ªa de la operaci¨®n en directo, "no ten¨ªa plena certeza" de lo que encontrar¨ªan en Abbottabad. "Ten¨ªa, eso s¨ª, absoluta confianza en que su equipo hab¨ªa trabajado de forma eficaz", a?adi¨® McDonough.
Lo que vio Obama en la War Room a partir ese momento, seg¨²n el relato facilitado ayer por el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, fue el descenso en dos helic¨®pteros del comando de los SEAL sobre la residencia, su irrupci¨®n en la casa, donde mataron a dos hombres -al parecer, mensajeros- que ofrecieron resistencia, y su ascenso hacia la planta superior, donde encontraron y mataron a Bin Laden.
Carney aport¨® ayer algunas novedades sobre los detalles de la operaci¨®n: Bin Laden estaba desarmado, la mujer -aparentemente, su esposa- tras la que se protegi¨® no result¨® muerta, como se dijo en un principio, sino ¨²nicamente fue herida en la pierna. El portavoz de la Casa Blanca dijo que el hecho de que Bin Laden estuviera desarmado no modifica la calificaci¨®n de que ofreci¨® resistencia, ya que "existen otros modos de resistencia que el de esgrimir un arma".
Concluida la operaci¨®n militar, los miembros del comando registraron cuidadosamente el edificio y se incautaron de varios ordenadores y discos en los que los investigadores norteamericanos conf¨ªan en encontrar pistas para perseguir a otros dirigentes de Al Qaeda. Uno de los helic¨®pteros result¨® averiado al rozar una valla de la mansi¨®n y fue destruido por los propios soldados norteamericanos, aunque no se sabe con seguridad si estos abandonaron despu¨¦s el lugar en el ¨²nico helic¨®ptero que quedaba disponible o se hizo uso de otros veh¨ªculos. Lo que s¨ª confirm¨® la Casa Blanca es que el cuerpo de Bin Laden fue trasladado en helic¨®ptero al portaaviones Carl Vinson, en el mar Ar¨¢bigo, desde donde fue lanzado al mar despu¨¦s de cumplirse los ritos funerarios que exige el Cor¨¢n.
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