El fiscal general de EE UU justifica la operaci¨®n contra Bin Laden como un acto de "autodefensa nacional"
El exl¨ªder de Al Qaeda ni iba armado ni utiliz¨® a una mujer como escudo humano, seg¨²n reconocieron ayer la CIA y la Casa Blanca.-Ex altos cargos de la Administraci¨®n Bush atribuyen el ¨¦xito de la operaci¨®n a t¨¦cnicas de interrogatorio como el 'waterboarding'
La operaci¨®n de comandos que acab¨® con la vida de Osama Bin Laden el pasado lunes en Pakist¨¢n ha sido un ¨¦xito militar sin apenas resquicios y en el plano pol¨ªtico ha supuesto un logro sin precedentes para la presidencia de Barack Obama. Pero seg¨²n pasan las horas, se van conociendo m¨¢s detalles que ponen de relieve serias contradicciones entre los miembros del Gobierno estadounidense a la hora de relatar lo acaecido en esos 40 minutos de operaci¨®n. La propia Casa Blanca ha sembrado las dudas en las ¨²ltimas horas al adornar con nuevos detalles el relato de los hechos. Adem¨¢s, el supuesto uso de torturas para recopilar pistas sobre el paradero de Bin Laden, pr¨¢ctica reconocida anoche por el director de la CIA, Leon Panetta, pone en cuesti¨®n la pol¨ªtica antiterrorista de Obama. El fiscal general estadounidense, Eric Holder, ha justificado esta tarde la operaci¨®n como un acto de "autodefensa nacional". En opini¨®n de Holder, que ha comparecido ante el Comit¨¦ de Asuntos Jur¨ªdicos del Senado, si Bin Laden se hubiera rendido podr¨ªa haber sido detenido y trasladado ante la justicia, pero nada indica que quisiera hacerlo, por lo que matarle "fue lo apropiado".
Seg¨²n la versi¨®n ofrecida por el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, el exl¨ªder de Al Qaeda ni estaba armado ni emple¨® como escudo humano a una mujer cuando el comando de fuerzas especiales le dispar¨® en la cabeza y en el pecho en su escondite de Abbottabad. Este relato contradice en parte la primera versi¨®n ofrecida por el principal asesor de seguridad del presidente, John Brennan, quien asegur¨® que Bin Laden "estuvo implicado en el tiroteo".
La pregunta que muchos se hacen ahora es por qu¨¦ el comando opt¨® por matar al terrorista internacional en vez de detenerlo. "Se resisti¨®. El personal estadounidense en el terreno se manej¨® con la m¨¢xima profesionalidad y [Bin Laden] fue abatido en la operaci¨®n por la resistencia que opuso", explic¨® Carney, quien a?adi¨® que el hecho de estuviera desarmado no modifica la calificaci¨®n de resistencia, ya que "existen muchos modos de resistencia que esgrimir un arma".
En paralelo a estas declaraciones, el director de la CIA despej¨® anoche cualquier duda sobre la misi¨®n espec¨ªfica de los militares. "Ten¨ªamos autorizaci¨®n para matarlo, eso estaba claro. Pero tambi¨¦n, si en el enfrentamiento [Bin Laden] de repente levantaba los brazos y se rend¨ªa, para capturarlo, si se hubiera dado la oportunidad. Pero eso no sucedi¨®", explic¨® Panetta en declaraciones a la televisi¨®n NBC.
Estas ¨²ltimas revelaciones han puesto a la Administraci¨®n Obama a la defensiva y a la opini¨®n p¨²blica ante la tesitura de si Washington exager¨® en un primer momento los elementos que rodearon la arriesgada operaci¨®n terrestre con meros fines propagand¨ªsticos, informa The Washington Post.
Sin garant¨ªas de la presencia de Osama
Al mismo tiempo, detalles adicionales revelan que el asalto estuvo plagado de incertidumbres hasta el ¨²ltimo momento. Panetta, que supervis¨® todo el operativo, ha reconocido que la inteligencia estadounidense nunca obtuvo fotograf¨ªas ni recopil¨® otras pruebas que garantizaran que Bin Laden viv¨ªa dentro del complejo residencial atacado. Panetta ha asegurado a la revista Time que solo exist¨ªa entre un 60 y un 80% de probabilidades de que Bin Laden se encontrara en la casa. "La verdad es que podr¨ªamos haber entrado all¨ª y no haber encontrado a Bin Laden", ha admitido Panetta en otra entrevista con PBS NewsHour.
Pero las declaraciones m¨¢s espinosas de Panetta fueron las relativas a la tortura, al asegurar que quiz¨¢ ahora haya cuestiones "que deben someterse a debate". Quiz¨¢ el modo en como se consigui¨® la informaci¨®n que ayud¨® a capturar al l¨ªder del terrorismo yihadista. Seg¨²n sus declaraciones, la informaci¨®n obtenida de los detenidos en las c¨¢rceles secretas de la CIA, entre ellas Guant¨¢namo, mediante la pol¨¦mica t¨¦cnica de asfixia simulada ayud¨® a trazar el plan que acab¨® con la vida de Bin Laden. Aunque en la entrevista, Panetta reconoce, que las claves que llevaron a los servicios de espionaje a hallar el escondite del l¨ªder de Al Qaeda procedieron de "muchas fuentes de informaci¨®n", y no s¨®lo de ¨¦sta.
Preguntado por si en esas "t¨¦cnicas de interrogaci¨®n coercitivas" se inclu¨ªa la asfixia simulada, el director de la CIA, que pr¨®ximamente tomar¨¢ el relevo a Robert Gates al frente del Departamento de Defensa, respondi¨®: "Correcto".
Pese a todos estos riesgos, el presidente Obama decidi¨® seguir adelante con la operaci¨®n, porque al menos, seg¨²n ha explicado el jefe de la CIA, valdr¨ªa para obtener m¨¢s informaci¨®n sobre el paradero del hombre m¨¢s buscado del planeta. Obama arriesg¨®. Y esta vez, tras 10 a?os de operaciones frustradas, acert¨®.
Debate sobre el uso de la tortura
?Fueron los brutales interrogatorios a detenidos determinantes para recopilar los datos que condujeron a la CIA hasta el refugio de Bin Laden?. La pregunta se la hace hoy el diario The New York Times cuando se cumplen dos d¨ªas de la muerte del terrorista m¨¢s buscado de la historia en una operaci¨®n rel¨¢mpago llevada a cabo por un comando de fuerzas especiales de la Armada de EE UU y en pleno debate sobre el empleo de la tortura en los interrogatorios a sospechosos de terrorismo.
Varios exresponsables del anterior Gobierno del presidente republicano George W. Bush han visto en la muerte de Bin Laden la ocasi¨®n perfecta para reivindicar la pol¨ªtica de las conocidas como "t¨¦cnicas de interrogatorio mejoradas", como el waterboarding o ahogamiento simulado, para obtener informaci¨®n de los detenidos. Entre ellos est¨¢ John Yoo, un exresponsable del Departamento de Justicia y que en su d¨ªa escribi¨® los memorandos secretos en los que se justificaba el uso de estos interrogatorios brutales. "El presidente Obama puede reivindicar, con todo derecho, el ¨¦xito alcanzado hoy", escribe Yoo este lunes en la publicaci¨®n National Review, "pero se lo debe a las duras decisiones tomadas en su d¨ªa por la Administraci¨®n Bush."
Pero si se analiza en detalle los interrogatorios a prisioneros, como The New York Times asegura que ha hecho, se llega a la conclusi¨®n de que las t¨¦cnicas agresivas para obtener informaci¨®n privilegiada jugaron un peque?o papel a la hora de identificar al mensajero de confianza de Bin Laden, el kuwait¨ª Abu Ahmad, clave para dar con el paradero del responsable del peor ataque contra EE UU desde la II Guerra Mundial.
Un detenido, que aparentemente fue objeto de alg¨²n interrogatorio puntual con dureza, ofreci¨® una descripci¨®n crucial del correo de Bin Laden, seg¨²n responsables de esos interrogatorios. Pero dos prisioneros que sufrieron en sus carnes las t¨¦cnicas m¨¢s agresivas -uno de ellos es Khalid Shaikh Mohammed, al que se le someti¨® a waterboarding hasta en 183 ocasiones- minti¨® y confundi¨® a los servicios de inteligencia estadounidenses sobre la identidad del hombre de confianza del l¨ªder de Al Qaeda.
La discusi¨®n sobre el entramado de inteligencia que culmin¨® en la localizaci¨®n de Osama ha reabierto un viejo debate en la pol¨ªtica estadounidense sobre el uso de la tortura que ya acapar¨® todos los focos durante la presidencia de George W. Buh a ra¨ªz de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Tanto el exmandatario como muchos de sus antiguos colaboradores han argumentado durante a?os que el uso de la fuerza era necesario para persuadir a los detenidos de Al Qaeda y que confesaran. Uno de los pilares de la campa?a que aup¨® a Barack Obama a la presidencia fue su frontal oposici¨®n a la tortura, que, en palabras del propio Obama, contradec¨ªa los principios de la Constituci¨®n estadounidense a cambio de muy poco o nada.
Glenn L. Carle, un agente retirado de la CIA que particip¨® en interrogatorios a detenidos en 2002, ha asegurado, en conversaci¨®n telef¨®nica con el diario neoyorquino, que las t¨¦cnicas coercitivas "no proporcionaron informaci¨®n ¨²til, significativa ni fidedigna". Este antiguo funcionario ha admitido que algunos de sus colegas defienden las medidas pero que "todos estaban profundamente preocupados y la mayor¨ªa sent¨ªa que era un t¨¦cnica antiamericana y que no funcionaba".
"La conclusi¨®n es la siguiente: si hubi¨¦ramos obtenido alguna prueba determinante gracias al empleo del waterboarding en 2003, habr¨ªamos capturado a Osama Bin Laden en 2003", ha resumido por su parte Tommy Vietor, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, un ¨®rgano consultivo que depende directamente de la presidencia. "Nos llev¨® a?os de trabajo de recolecci¨®n y an¨¢lisis de m¨²ltiples fuentes para identificar el campamento, y llegar a la conclusi¨®n de que Bin Laden viv¨ªa all¨ª", ha asegurado este responsable.
Mientras, miembros del Ejecutivo de Obama, todav¨ªa embarcados en la euforia, intentan sortear una lucha partidista entre dem¨®cratas y republicanos sobre la tortura que puede acabar por minar el m¨¢ximo logro hasta la fecha de Obama en pol¨ªtica exterior.
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