Entre caballeros

El primero en llegar es el tercero en discordia, ?ngel P¨¦rez, candidato de Izquierda Unida a la alcald¨ªa, que entra a las 21.12 en el edificio de Telemadrid, que a estas horas de la noche est¨¢ medio vac¨ªo. P¨¦rez va tan tranquilo. "Vamos a ver qu¨¦ tal se da... No creo que llegue la sangre al r¨ªo". Diez minutos m¨¢s tarde, llega el candidato socialista, Jaime Lissavetzky, tambi¨¦n bastante pancho: "Los deportistas somos muy de fairplay (juego limpio)", responde a los periodistas, que quieren saber c¨®mo se avecina el debate. "Si acaso lo que peor llevo es hablar en representaci¨®n del partido y no solo de m¨ª mismo", concede con una sonrisa mientras con una mano, con disimulo, azuza a los miembros de su equipo para que sigan andando. Tiene prisa por subir a la sala que la cadena le ha reservado antes de que empiece el debate. A las 21.30, como hab¨ªa avisado, aparece Alberto Ruiz Gallard¨®n con el rostro rosado como un salmonete tras toda la ma?ana paseando en bici bajo el sol por su querido Madrid R¨ªo.

Minutos m¨¢s tarde, el plat¨® se convierte en un baile de saludos. El regidor estrecha la mano del jefe de prensa de ?ngel P¨¦rez. La responsable de prensa de Gallard¨®n saluda con familiaridad al presentador del debate, V¨ªctor Arribas, y aprovecha para sacar pecho: "Cuatro a?os m¨¢s tarde, aqu¨ª estamos de nuevo", dice. El realizador, que insiste en llamar Antonio a ?ngel P¨¦rez hasta que Gallard¨®n le corrige el error, se asegura que todos los candidatos llevan sus petacas de sonido. "Cables llevo para electrocutarme", le responde P¨¦rez.

Una se?ora de la limpieza se cuela sin querer en la escena en el momento del posado. Gallard¨®n sonr¨ªe tieso. Lissavetzky y P¨¦rez, que -?cachis!- han elegido corbatas del mismo tono, posan con menos br¨ªo. "Muy bien", concluye Gallard¨®n dando por finalizado el posado. Claramente es ¨¦l quien lleva la batuta. Quedan apenas minutos para que comience el debate. Los del PP siguen marcando pecho: "Llevamos ya tantos debates...". "Tantos que m¨¢s no puede ser", replica un valiente del equipo de Lissavetzky.

Algo m¨¢s de una hora m¨¢s tarde, con los micr¨®fonos ya apagados, los candidatos se saludan cabales. Se estrechan la mano mientras Gallard¨®n se enjuga los restos de maquillaje con un pa?uelo, descubriendo de nuevo el rosado de su piel. "Ha estado mucho m¨¢s entretenido hoy [por ayer]", le dice un t¨¦cnico del plat¨® a otro, en alusi¨®n al debate que el domingo enfrent¨® a los candidatos a la Comunidad de Madrid. Los tres aspirantes a la alcald¨ªa, por su parte, se abstienen de proclamarse vencedores, todos dedican palabras amables a sus competidores. "Tengo que agradecer la cordialidad en el tono de mis contrincantes", recita como de memorieta Gallard¨®n, que sale pitando, despidi¨¦ndose de todos. "Hombre, es un debate, hay distintas posiciones...", murmura P¨¦rez. Desde el equipo del candidato socialista, ponen los puntos -al menos los suyos- sobre las ¨ªes: "En este debate solo ha hecho propuestas Lissavetzky". "Yo de lo que hablo es de lo que pienso hacer", a?ade el candidato, a la vez que lee los SMS que abarrotan su m¨®vil ("?Enhorabuena!", "?Muy convincente!"). "He venido a hablar de Madrid y Gallard¨®n ha venido a hablar de Zapatero, pero estoy satisfecho, me he entregado a tope y he demostrado que conozco Madrid de 'pe a pa". Y se despide con la mirada fija en el m¨®vil.

El debate municipal en Telemadrid