El 15 -M sacude el sistema

Jon Aguirre Such abrazaba con los dientes apretados. No pod¨ªa contener la emoci¨®n, la rabia acumulada, la indignaci¨®n compartida. Estaba viviendo un sue?o. Un sue?o que se ha hecho realidad. El sue?o de muchos. Este joven de discurso articulado y fluido, estudiante de arquitectura de 26 a?os, y portavoz de Democracia Real Ya, abrazaba con fuerza y con rabia. Sucedi¨® el martes 17. El martes m¨¢gico. A las ocho de la tarde. En la Puerta del Sol.

S¨ª, porque el martes apareci¨® la magia de lo espont¨¢neo. El milagro de la comunicaci¨®n. La potencia de difusi¨®n del mensaje a trav¨¦s de las redes sociales. La fuerza de una nueva generaci¨®n.

El ahogado sentimiento de la indignaci¨®n reventaba todas las costuras.

"Los pol¨ªticos, nuestros supuestos representantes, act¨²an en connivencia con los poderes econ¨®micos"

Paco L¨®pez llega con una bolsa a pasar la noche: "?Las personas est¨¢n por encima de la rentabilidad de las empresas!"

Mi¨¦rcoles: la lluvia se ceba con la Puerta del Sol. "Llueva o nieve, aqu¨ª nadie se mueve". Los acampados aguantan

Lunes, 16.00. Acaban de montar el primer toldo en Sol. Est¨¢ naciendo la minirrep¨²blica de los acampados

Martes m¨¢gico. A las ocho de la tarde, donde ayer hab¨ªa 400, hoy hay 6.000. "Tenemos el poder ahora, ?nos mira todo el mundo!"

Ayer eran 300 las peticiones de dominio de tomalaplaza.net. Hab¨ªa 200 abogados apuntados en Acampada Sol

Jon ya se hab¨ªa emocionado el domingo, cuando encabezaba la manifestaci¨®n del 15 de mayo. Al llegar a la altura del C¨ªrculo de Bellas Artes, en la madrile?a calle de Alcal¨¢, ech¨® la vista atr¨¢s: todo lleno de gente hasta Cibeles. "Casi me pongo a llorar. Ve¨ªa a todo el mundo con cara de ilusi¨®n: '?Es posible!". Jon cuenta su historia con orgullo, con pasi¨®n: "Acabamos de escribir Historia. No hay marcha atr¨¢s".

Jon Aguirre Such, con su camisa de flores y su americana negra, con su bigote fino y sus impecables botines negros, no obedece al perfil cl¨¢sico del antisistema. Como la abrumadora mayor¨ªa de los que de modo espont¨¢neo se sumaron a la protesta que fagocit¨® la campa?a y convirti¨® el marketing electoral en pl¨¢stico.

Gente. Mucha gente. Gente colorida. De todos los colores. As¨ª los retrat¨® El Roto, el maestro. Portando una gran bandera blanca: "Los j¨®venes salieron a la calle y s¨²bitamente todos los partidos envejecieron...". Dif¨ªcil expresar m¨¢s con menos. Dif¨ªcil sintetizar mejor la lectura del deseo y del sentir del com¨²n de los indignados. La vi?eta se public¨® el mi¨¦rcoles 18 de mayo en EL PA?S. Al d¨ªa siguiente del martes m¨¢gico. Los indignados la hicieron suya. Salt¨® esa misma noche, ampliada, a las farolas de la Puerta del Sol.

?Qui¨¦n se lo iba a decir a Carlos, a Carlos III, El Pol¨ªtico, que dirigir¨ªa con gesto impasible a las huestes de semejante protesta c¨ªvica, a lomos de su caballo, con largas faldas azules y coloridos globos volando? Bajo su egregia estatua se cocin¨® la revuelta, Acampada Sol, la concentraci¨®n heredera del 15-M; la que gener¨® movimientos espejo en Barcelona, Valencia y Vigo; en Bruselas, Londres y Nueva York.

Los ojos de j¨®venes de todo el mundo mirando a las inusitadas huestes de Don Carlos.

El martes 17 fue m¨¢gico. M¨¢gico porque no hab¨ªa nada preparado. Brot¨® una concentraci¨®n espont¨¢nea, vitaminada por las redes sociales. La manifestaci¨®n del 15-M, sin embargo, fue el fruto de un concienciado y concienzudo trabajo. Tres meses de preparaci¨®n. Lo del martes, fue otra cosa. Algo nuevo. Distinto.

Fabio G¨¢ndara, la cara m¨¢s visible de Democracia Real Ya, lo tuvo claro desde el principio, all¨¢ por diciembre. En el grupo de Facebook en que empez¨® a nacer el Movimiento 15-M hab¨ªa prisas por convocar movilizaciones. "Algunos dijimos: 'Vamos a esperar. Organizar una protesta como esta es dif¨ªcil. La sociedad civil est¨¢ dormida. Vamos a esperar tres meses, vamos a trabajar".

La sociedad civil ha despertado. O m¨¢s bien, una parte de esta. Con los m¨¢s j¨®venes al frente. Con los que quieren ser presente y no futuro. Con los millones de desempleados, los parados de larga duraci¨®n, los hipotecados al borde del desahucio, los que temen la llegada de un nuevo recibo, los afectados por los recortes, los decepcionados por la pobreza del discurso pol¨ªtico, los indignados por el marketing electoral. Una generaci¨®n muy preparada, crecida a la sombra de San Google, ha decidido ponerse en marcha.

?C¨®mo es posible que se haya producido tan brusco despertar en tan poco tiempo? A ciertos mundos anal¨®gicos les cuesta comprender las din¨¢micas de la Red. La propagaci¨®n instant¨¢nea y viral de mensajes. La realimentaci¨®n, el efecto de contagio, los efectos multiplicadores. A ciertos mundos anal¨®gicos les cuesta entender c¨®mo es posible que funcione una estructura horizontal, sin l¨ªderes, sin jerarqu¨ªas. Donde todos aportan. Donde todos se sienten parte.

Pues, por lo que se ve, funciona.

"Son asambleas de 24 horas al d¨ªa, siete d¨ªas a la semana". As¨ª explica el proceso asambleario on line Olmo G¨¢lvez, uno de los cracks de las redes sociales de Democracia Real Ya. "La informaci¨®n se va actualizando, las ideas se van sumando, de forma ca¨®tica, pero funciona, da resultados. Es como si las redes tuvieran un cerebro propio que piensa. Se hacen propuestas, se llega a un acuerdo y a trabajar". Olmo G¨¢lvez, granadino de 30 a?os, colaborador de empresas tecnol¨®gicas, no hab¨ªa acudido nunca a una manifestaci¨®n hasta ahora. Estudi¨® en un colegio del Opus. Curs¨® Ciencias Empresariales en el ICADE. Hoy es parte de Democracia Real Ya, DRY para los amigos, pronunciado a la inglesa. "Nunca entend¨ª lo de salir a la calle solo para el pataleo. Lo importante es que las movilizaciones sean punto de encuentro, conectar con la gente y que de ah¨ª salgan cosas".

Cosas, lo que viene a ser cosas, han salido.

"Unos 18 o 20 mataos con un presupuesto de 1.000 euros". As¨ª empez¨® todo. Con media sonrisa lo cuenta Chema Ruiz, portavoz madrile?o de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), comercial, de 47 a?os. Su organizaci¨®n su sum¨® a DRY hace dos meses. "Nos encontramos con un movimiento asambleario, sin l¨ªderes, a un grupo de gente variopinta, con ilusi¨®n por cambiar las cosas". As¨ª arrancaron.

Fabio G¨¢ndara, el hombre en el origen de la que se ha montado, abogado de 26 a?os, arranc¨® el proyecto de movilizaci¨®n social junto a dos amigos: Eric P¨¦rez y otra persona que prefiere permanecer en el anonimato. A principios de diciembre ya eran unas diez personas con una misma idea. Miraban a Islandia. A una sociedad de s¨®lido recorrido democr¨¢tico que era capaz de encarcelar a algunos de los responsables de la crisis, de promover reformas constitucionales. "Vimos que la ciudadan¨ªa pod¨ªa cambiar las cosas", cuenta, con la mirada despierta, este joven que vino a Madrid, procedente de Santiago de Compostela, para estudiar Derecho y Ciencias Pol¨ªticas. Miraron hacia el mundo ¨¢rabe y observaron c¨®mo sociedades desestructuradas articulaban protestas a trav¨¦s de las redes sociales. Crearon un grupo en Facebook, Juventud en Acci¨®n, y un blog.

En enero, ampliaron la base, se abrieron a organizaciones sociales. Horizontalizaron a¨²n m¨¢s su propuesta. Crearon un nuevo grupo en Facebook a cuyo bautismo no acudi¨® el esp¨ªritu de s¨ªntesis: Plataforma de Coordinaci¨®n de Grupos por la Movilizaci¨®n Ciudadana. Se fueron sumando espont¨¢neos, blogueros, gente del movimiento ciudadano Estado del Malestar, la plataforma No les votes -que preconiza que no se vote a los partidos que apoyaron la Ley Sinde, PSOE, PP y CiU-... La lista fue creciendo, creciendo, creciendo.

El debate en las redes les llev¨® a compartir una serie de ideas: indignaci¨®n, los ciudadanos est¨¢n siendo olvidados en esta crisis, la perversi¨®n del sistema democr¨¢tico conduce a un modelo bipartidista, los mercados est¨¢n imponiendo recortes antisociales. ?Conclusi¨®n? "Son dos los principales culpables: los pol¨ªticos, nuestros supuestos representantes, que act¨²an en connivencia con los grandes poderes econ¨®micos; y los poderes econ¨®micos, que mediatizan a los grandes partidos pol¨ªticos, imponen un marco de desregulaci¨®n y especulan con los bonos de los pa¨ªses", resume G¨¢ndara. Y as¨ª se lleg¨® al lema, una de las claves para aunar tantas sensibilidades: "Democracia Real Ya: No somos mercanc¨ªas en manos de pol¨ªticos y banqueros".

El lema tard¨® poco en convertirse en el nombre de la plataforma.

Se cre¨® la web. Se descentraliz¨® el movimiento. La lista de organizaciones que apoyaban la iniciativa iba engordando d¨ªa a d¨ªa. Todo se coc¨ªa en la Red.

A mediados de marzo se convocaban las primeras asambleas locales. La Casa de Granada fue el lugar en que se celebr¨® la primera reuni¨®n en Madrid. "Fueron momentos de mucha ilusi¨®n. Era raro verse cara a cara. Todo esto ya se convert¨ªa en algo real", relata G¨¢ndara. "Comprobamos que ¨¦ramos gente muy distinta pero que est¨¢bamos de acuerdo en lo b¨¢sico".

El 2 de mayo celebraban una asamblea en el Retiro. Acud¨ªan unas 300 personas. Se establec¨ªan prioridades, todo aquel que se acercaba pod¨ªa hablar. "Aquello parec¨ªa el Speaker's corner", recuerda en alusi¨®n al c¨¦lebre espacio londinense para la libre expresi¨®n Merche Negro, colaboradora de DRY en temas de comunicaci¨®n y cabeza de la plataforma audiovisual ciudadana Vudeo.org.

Juventud sin futuro, la Asociaci¨®n de Desempleados ADESORG, No les votes y la plataforma ATTAC se convert¨ªan en motores del movimiento. Interm¨®n Oxfam y blogueros como Enrique Dans tambi¨¦n aparecer¨ªan en el largo listado de adhesiones. Multitud de webs estampaban su URL en la plataforma de DRY.

A una semana de la manifestaci¨®n, las vibraciones no pod¨ªan ser mejores. Las piezas empezaban a cuadrar, milagrosamente, como en un Tetris. Si hac¨ªa falta una pancarta, alguien aparec¨ªa con ella. Y en eso amaneci¨® el 15 de mayo de 2011, fecha que pasar¨¢ a la Historia como uno de los grandes ¨¦xitos de la movilizaci¨®n ciudadana ajena a partidos pol¨ªticos y sindicatos. M¨¢s de 80.000 indignados tomaban las calles de toda Espa?a.

El movimiento se convert¨ªa en realidad andando.

Juan Cobo, fot¨®grafo de 26 a?os, regresa esa noche a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Lo que ha vivido es incre¨ªble. Ha escuchado a la gente de Democracia Real Ya y ha reconocido su voz.Cuando llega a casa y oye hablar de los disturbios, tiene un momento de baj¨®n moral. Vaya, una vez m¨¢s, lo de siempre. Pero no, esto no ha sido lo de siempre. Esto ha sido algo nuevo. Algo distinto.

Son las cuatro de la madrugada. Juan Cobo est¨¢ tan inquieto que decide volver a la Puerta del Sol a dar las gracias a los que se han quedado ah¨ª a pasar la noche. Gracias por aguantar.

Llega a Sol y hay unas 35 personas. No est¨¢n durmiendo, se est¨¢n organizando. Como han venido haciendo todas las noches de esta semana. Trabajando cuando los dem¨¢s duermen. Debatiendo, acordando, actuando.

No puede apartarse de esto. Nunca ha estado vinculado a movimientos sociales. Pero esto es algo ¨²nico. Hay di¨¢logo, capacidad de escuchar. No hay l¨ªderes, uno se siente parte del proceso. Acampada Sol est¨¢ naciendo.

Sobre las dos de la madrugada del domingo, esas 35 personas, veintea?eros y treinta?eros, deciden que se quedan a dormir en Sol. A las cuatro empiezan a redactar un manifiesto. En la asamblea de las 08.00 queda aprobado.

Democracia Real Ya se echa a un lado. Siguen apoyando lo que all¨ª se empieza a gestar, pero ceden el testigo a los acampados. Juan Cobo es uno de ellos. Ser¨¢ portavoz.

Lunes, cuatro de la tarde, Puerta del Sol. Acaban de montar un peque?o chiringuito, un toldo. Est¨¢ situado cerca del oso y el madro?o, al noreste de la plaza. Se gesta el nacimiento de la minirrep¨²blica de Acampada Sol. Hay revuelo, mucho movimiento: aguas y zumos bajo la minicarpa, documentos que circulan de mano en mano. En la otra punta de la plaza, un candidato del PP suelta su peque?o mitin de campa?a, cerca de la calle Preciados, en una carpa de dise?o azul que poco tiene que ver con la de los indignados. Apenas una quincena de personas le escuchan. Pareciera que clama en el desierto.

A las ocho de la tarde comienza la asamblea. Hay una centena de personas sentadas en el suelo. Gente de todo pelaje. Mayoritariamente j¨®venes. Los hay con polo Ralph Lauren, los hay con camiseta vieja sin mangas, desgarrada. El chico aseado intercambia ideas con el perroflauta. Dialogando. Son distintos, pero hay algo que les une. Est¨¢n hartos de esta enga?ifa, est¨¢n hartos del gui?ol de la pol¨ªtica, de los esl¨®ganes facilones, de los imputados en las listas. Coro: "Lo llaman democracia y no lo es".

Discuten sobre la posibilidad de que les desalojen si se quedan a dormir una noche m¨¢s. Sobre si merece la pena mantener la carpa, que puede ser el motivo por el que les echen. Coro: "No tenemos miedo". Un joven pide el meg¨¢fono. "Que no somos Ni-Nis, que yo tengo dos carreras". Arrancan los aplausos. "Hay acampados en Sevilla y Valencia", se anuncia, "?hay que aguantar!".

Uno de los organizadores procede a leer el manifiesto que han aprobado. Esta es la mejor manera de saber qui¨¦nes son, algo que la gente se ha estado preguntando a lo largo de toda la semana:

"?Qui¨¦nes somos?: Somos personas que hemos venido libre y voluntariamente, que despu¨¦s de la manifestaci¨®n decidimos reunirnos para seguir reivindicando la dignidad y la conciencia pol¨ªtica y social. No representamos a ning¨²n partido ni asociaci¨®n. Nos une una vocaci¨®n de cambio. Estamos aqu¨ª por dignidad y por solidaridad con los que no pueden estar aqu¨ª".

"?Por qu¨¦ estamos aqu¨ª? Estamos aqu¨ª porque queremos una sociedad nueva que d¨¦ prioridad a la vida por encima de los intereses econ¨®micos y pol¨ªticos. Abogamos por un cambio en la sociedad y en la conciencia social. Demostrar que la sociedad no se ha dormido y que seguiremos luchando por lo que nos merecemos mediante la v¨ªa pac¨ªfica. Apoyamos a los compa?er@s que detuvieron tras la manifestaci¨®n, y pedimos su puesta en libertad sin cargos. Lo queremos todo, lo queremos ahora, si est¨¢s de acuerdo con nosotros: ??NETE! Es mejor arriesgar y perder que perder por no haber arriesgado".

La asamblea prorrumpe en gritos de j¨²bilo. Acampada Sol ya se ha unido en torno a este texto. La gente que por all¨ª pasa se queda y escucha. Cada vez se van sumando m¨¢s miradas, m¨¢s o¨ªdos. Un veterano, que asiste de pie a la asamblea, pide el meg¨¢fono. "Amigos, amigas, os quiero felicitar porque est¨¢is haciendo un gran ejercicio de ciudadan¨ªa", dice, "el art¨ªculo 23 de la Constituci¨®n os ampara". Los j¨®venes aplauden entusiasmados. El movimiento ya tumba barreras generacionales.

Ha ca¨ªdo la noche y hay unas 400 personas en la Puerta del Sol. Se quedar¨¢n a dormir esta noche. De aqu¨ª no hay quien les mueva.

Paco L¨®pez llega con una bolsa grande para pasar la noche en Sol. Tiene 47 a?os, est¨¢ en paro. Es oficial marmolista de 2?, actor, hombre concienciado. En su bolsa: un libro, Reacciona; dos botellas de agua; una esterilla verde y una almohadilla azul como las de los aviones. Est¨¢ indignado. "La gente est¨¢ harta de tanto cinismo, de tanta hipocres¨ªa, de tanta manipulaci¨®n de los pol¨ªticos. Antes hab¨ªa unos principios. En los pol¨ªticos hab¨ªa una vocaci¨®n de servicio, de humildad, no un sistema para generar privilegios. Para esto, ?restauremos el sistema de marquesados!". Paco se va calentando. Vive con los 426 euros al mes de la prestaci¨®n por desempleo. "Hay cinco millones de parados. Los mayores de 45 a?os estamos desahuciados. ?Las personas est¨¢n por encima de la rentabilidad de las empresas!".

El lunes se cierra con un dato que es el preludio de lo que se avecina. Hay poca gente en Sol, pero las redes hierven. La etiqueta #spanishrevolution se convierte en el tema del momento en Twitter. Pero no solo en Espa?a: #spanishrevolution es trending topic a nivel mundial.

En la madrugada del lunes al martes se produce la intervenci¨®n policial. Desalojan a los acampados. Los que all¨ª pasaron la noche denuncian el uso de violencia por parte de los agentes de polic¨ªa. Aseguran que hubo patadas, pu?etazos, porrazos.

Martes, 16.45, Puerta del Sol. Ni rastro de la acampada. Diez camionetas de la Polic¨ªa se han desplegado en la plaza. Sobre las seis de la tarde, hay unos cien indignados en la plaza, dispersos. Fabio G¨¢ndara, cabeza visible de Democracia Real Ya, revisa sus mensajes sentado en el suelo, a la sombra.

La tarde va transcurriendo. Poco a poco, de manera sostenida, la gente se va sumando, sumando, sumando. A las 20.00 de la tarde, la Puerta del Sol est¨¢ llena. Donde ayer a las ocho hab¨ªa 400, hoy han acudido 6.000. "Parece que va a ser complicado llevar a cabo esta asamblea", dicen con sorna desde megafon¨ªa, colocada bajo Carlos III. La euforia se dispara. "Nos quedamos en la plaza, no tenemos casa", dice el coro. "No estamos en Facebook, estamos en la calle". A las 21.29 megafon¨ªa proclama: "Tenemos el poder ahora y ?nos est¨¢ mirando el mundo!".

El sue?o se ha hecho realidad. La #spanishrevolution ha arrancado.

A las 23.30 los voluntarios pegan cartones por los suelos para que todo el mundo que pueda haga noche. Circulan chinos vendiendo cervezas. A la estatua de Carlos II le empiezan a crecer faldones, los toldos azules se despliegan a su alrededor. Hay quien ya se ha tra¨ªdo un sof¨¢.

Megafon¨ªa: "Esto no es un botell¨®n, no beban alcohol. No estamos en una fiesta, estamos aqu¨ª para reivindicar nuestros derechos". A las 3 de la madrugada se celebra una nueva asamblea.

El mi¨¦rcoles por la ma?ana la minirrep¨²blica de los indignados funciona a pleno rendimiento. Hay asambleas por todas las esquinas. Los concentrados tapizan la boca del Cercan¨ªas con mensajes en folios en blanco. Queda constituido el mural de las indignaciones.

Mapas colgados en la ciudadela que se va tejiendo indican donde est¨¢ cada una de las comisiones. Cada una en una de las farolas de la plaza: Alimentaci¨®n, Acci¨®n, Extensi¨®n, Coordinaci¨®n interna, Legal, Cuidados/Limpieza, Infraestructuras (materiales, objetos perdidos), Comunicaci¨®n. La enfermer¨ªa est¨¢ repleta de medicinas, tiritas, remedios varios. Bares y restaurantes de la zona dan cada noche a los acampados todo aquello que les sobra. Al puesto de alimentaci¨®n llegan amas de casa con el carro de la compra repleto. Un restaurador trae perolas de fabada.

La web tomalaplaza.net recoge todas las plazas de Espa?a que se suman a la revuelta. La Red no para de hervir. Se crean nuevos hashtags, nuevas etiquetas para que la protesta siga viva en Twitter, para seguir siendo tema del momento. Usar un solo hashtag implica que el algoritmo de los trending topics se canse de la etiqueta y abra paso a otras nuevas. Los hashtags de los indignados van mutando: #spanishrevolution, #acampadasol,

#nonosvamos, #yeswecamp, #democraciarealya, #notenemosmiedo, #tomalaplaza, #pijamabloc. Los hashtag tambi¨¦n se descentralizan: #acampadabcn, #acampadavalencia.

La protesta se extiende por toda Espa?a. Y por otras ciudades del mundo. Frente a las Embajadas espa?olas de Londres y Bruselas se concentran j¨®venes espa?oles en apoyo de la #spanishrevolution.

El mi¨¦rcoles, la Junta Electoral Provincial de Madrid proh¨ªbe las concentraciones. Por la tarde, la Polic¨ªa se hace presente en la plaza. Los agentes cargan las rejas sobres sus camionetas, hacen controles en los accesos revisando mochilas. Pero el movimiento es imparable. Sigue creciendo, desafiando las prohibiciones. Acuden a la cita de las ocho de la tarde cada vez m¨¢s adultos, mayores, inmigrantes, abueletes. "Que no, que no, que no nos representan", se grita en la plaza. El efecto multiplicador de la protesta no tiene barreras. "Esto no termina con las elecciones", claman.

La lluvia se ceba con la Puerta del Sol esa noche. Pero eso no disuade a los indignados. "? Llueva o nieve, aqu¨ª nadie se mueve!". Cientos de manifestantes aguantan bajo las improvisadas carpas azules vencidas por el peso del agua. La vi?eta de El Roto cuelga de varias farolas de la plaza.

La elaboraci¨®n de un manifiesto es uno de los escollos que deben resolver los concentrados. En las asambleas es dif¨ªcil poner de acuerdo a todo el mundo. Se lanzan muchas ideas: reformar la ley electoral para hacerla m¨¢s proporcional; revisar la financiaci¨®n de los partidos; redistribuir mediante impuestos m¨¢s progresivos; establecer la Tasa Tobin sobre movimientos de capitales; listas electorales libres de imputados, listas abiertas; supresi¨®n de sueldos vitalicios de los pol¨ªticos, supresi¨®n de la Ley Sinde, la Ley de Extranjer¨ªa, del Plan Bolonia. La minirrep¨²blica sigue creciendo y el efecto contagio por toda Espa?a cobra fuerza. En Valencia, el n¨²mero de asistentes se triplica a cada d¨ªa que pasa. El jueves, a las 19.30, son ya un total de 82 ciudades las que han solicitado un espacio en la p¨¢gina tomalaplaza.net. La prensa internacional mira a Espa?a. The Washington Post coloca las protestas espa?olas en su portada.

Viernes, 12.25 del mediod¨ªa. La minirrep¨²blica es una miniciudad. Se han multiplicado las tiendas de campa?a, los sof¨¢s. "?Sab¨¦is d¨®nde queda Respeto?", pregunta un joven en el taller de Artes Gr¨¢ficas. "No s¨¦, vete a Acci¨®n y pregunta".

Los carteles cada vez ofrecen mejor aspecto. Hay un tupper de pl¨¢stico repleto de rotuladores para dotar de plasticidad a los mensajes. Las largas faldas azules de Carlos III se siguen extendiendo. Junto al oso y el madro?o se ha abierto una tribuna popular.

Son ya 166 las ciudades de todo el mundo que convocan protestas. El n¨²mero de seguidores del twitter @democraciareal supera, con 40.000 seguidores, la suma de @ppopular y @psoe. En un cartel negro y naranja de Sol, de los que se usan para vender o alquilar pisos, se puede leer: "Se alquila esclavo laboral. 600 euros al mes". Alguien ha borrado el 600 y ha superpuesto un 400.

El viernes por la noche llega el gran momento, el del minuto de silencio para dar paso a la jornada de reflexi¨®n. La gente no cabe en Sol, todas las calles que desembocan en la plaza revientan. A las 00.00 se hace el silencio. M¨¢s de 25.000 personas, muchas con la boca tapada con precinto, se callan al un¨ªsono. Silencio. Se oyen las campanas del reloj de la Puerta del Sol. El minuto no dura un minuto. El grito sale desbocado, antes de tiempo. Las manos se alzan girando las mu?ecas, es el s¨ªmbolo de aprobaci¨®n que se usa en las asambleas. Desconocidos se abrazan, algunos con l¨¢grimas en los ojos. En Valencia, los n¨²meros de la protesta tambi¨¦n se desbocan: m¨¢s de 10.000 personas en la Plaza del Ayuntamiento.

Cada d¨ªa m¨¢s gente, los n¨²meros se multiplican. Ayer ya eran 300 las peticiones de dominio en tomalaplaza.net. Hab¨ªa 200 abogados apuntados en la Acampada de Sol. Un total de 15 enfermeros. Siete placas solares, 15 ordenadores. Las plazas volvieron a abarrotarse el s¨¢bado por la noche. A pesar de la prohibici¨®n por la jornada de reflexi¨®n. El fen¨®meno segu¨ªa creciendo, sumando a m¨¢s ciudadanos, imparable.

"Se ha producido una desestructuraci¨®n muy acelerada de la sociedad", sostiene Miguel Mart¨ªnez, soci¨®logo experto en movimientos sociales, profesor de la Universidad Complutense e investigador Ram¨®n y Cajal. "La precariedad ha emanado de las ¨¦lites pol¨ªticas, han ido apretando las tuercas cada d¨ªa m¨¢s. Los gobiernos han llevado a cabo pol¨ªticas muy agresivas para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. El panorama es muy triste. Ten¨ªa que surgir una v¨¢lvula de escape. La gente siente que su vida se volatiliza. Cuando llega la indignaci¨®n, ya no pueden ir m¨¢s all¨¢, porque te hacen desaparecer como persona. Si pierdes la dignidad ya solo eres mano de obra".