Embarazos pol¨ªticos
Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa est¨¢ embarazada. La noticia ha causado un cierto revuelo en los medios pol¨ªticos, lo que es normal en un mundo poco acostumbrado a dar cuenta de la vida privada de sus protagonistas. Es el resultado de la creciente participaci¨®n femenina en la pol¨ªtica, lo que, de momento, no est¨¢ cambiando radicalmente los modos de esta, pero s¨ª su apariencia. Porque los pol¨ªticos han tenido hijos ocupando todo tipo de cargos. Lo distinto es que en ellas es imposible ignorarlo, como acaba de demostrar la esposa de Nicolas Sarkozy, Carla Bruni, en la reciente cumbre del G-8. Tras varias semanas de mutismo ante los medios, la exmodelo y cantante tuvo que rendirse a la evidencia y dejarse festejar por el resto de las primeras damas ante las c¨¢maras de los fot¨®grafos.
Es probable que muchos ministros hayan presidido actos solemnes mientras su mujer amenazaba con romper aguas, pero nada tan impactante como Carme Chac¨®n tomando posesi¨®n de la cartera de Defensa en avanzado estado de gestaci¨®n.
Que los modos de la pol¨ªtica no han cambiado tanto lo demuestra el hecho de que Chac¨®n renunci¨® a las 16 semanas de baja maternal que concede la ley y se incorpor¨® a sus quehaceres apenas seis semanas despu¨¦s del parto. De la misma manera, pol¨ªticos prominentes que han querido hacer gala de modernidad como Tony Blair terminaron tom¨¢ndose una baja de paternidad tan corta que se da por seguro que nunca llegaron a dominar el arte de cambiar pa?ales. Son gestos que el electorado agradece, pero es de ley reconocer que los pol¨ªticos, como el resto, no tienen f¨¢cil la tarea.
Teniendo en cuenta que un diputado no puede delegar su voto, la maternidad de S¨¢enz de Santamar¨ªa podr¨ªa causar alg¨²n problema al PP. Los diputados no han cambiado esa norma y algunas han tenido que acudir con el lactante a cuestas para no perder una votaci¨®n.
Quiz¨¢ la fuerza de los hechos obligue a revisar algunas cosas. Hay que admitir, no obstante, que a falta de pol¨ªticas natalistas, esos hechos son poco frecuentes. El problema no es la escasez de mujeres en la vida p¨²blica, sino de embarazos. Por eso, los de las pol¨ªticas seguir¨¢n siendo noticia.
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