Erdogan tira de la locomotora turca
El fuerte crecimiento de la econom¨ªa, un 9% en 2010, impulsa su reelecci¨®n - El primer ministro islamista propone obras fara¨®nicas en Estambul y Ankara
"Tengo locos proyectos y alg¨²n d¨ªa los contar¨¦", asegur¨® a comienzos de a?o con aire misterioso el primer ministro de Turqu¨ªa, Recep Tayyip Erdogan. El mes pasado, con la campa?a para las elecciones legislativas que se celebran ma?ana ya en marcha, el l¨ªder islamista moderado anunci¨® a bombo y platillo la construcci¨®n de un canal navegable al este de Estambul para acabar con el paso de petroleros y buques con mercanc¨ªas peligrosas por el estrecho del B¨®sforo, que amenaza a los 15 millones de habitantes de Estambul. Poco despu¨¦s, desvel¨® su proyecto de crear una nueva ciudad al sur de la congestionada Ankara (m¨¢s de cinco millones de habitantes), que bien podr¨ªa ser la nueva capital administrativa del pa¨ªs.
La oposici¨®n laica no dud¨® en tomarse a chanza las fara¨®nicas propuestas del gobernante. Pero cerca de la mitad de los 50 millones de turcos que est¨¢n llamados a las urnas se muestran dispuestos, seg¨²n los sondeos, a darle este domingo otra oportunidad para que gobierne durante un tercer mandato consecutivo. El peso de la econom¨ªa turca se ha triplicado desde que Erdogan lleg¨® al poder, a finales de 2002, hasta alcanzar un producto interior bruto (PIB) de 510.000 millones de euros, la mitad del de Espa?a. La inflaci¨®n, que se disparaba hasta magnitudes de tres cifras en los a?os ochenta y noventa, se encuentra ahora en m¨ªnimos hist¨®ricos, con la previsi¨®n oficial de que acabe este a?o por debajo del 5%.
A los turcos no parece haberles ido mal la pol¨ªtica econ¨®mica liberal de Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que no ha dejado de atraer capitales extranjeros durante esta d¨¦cada. Salieron con fuerza de la recesi¨®n en 2010, con un crecimiento del PIB del 8,9% mientras la vecina Grecia sigue a un paso de la bancarrota. De la pujanza de la econom¨ªa turca da idea el auge de los intercambios comerciales con Espa?a. "Hemos sido el octavo cliente mundial de Turqu¨ªa en 2010 -con 3.063 millones de euros, un 16,2% m¨¢s que el a?o anterior- y su octavo proveedor global, con 3.753 millones, un 32% m¨¢s", precisa Mar¨ªa Victoria Azpiazu, agregada comercial de Espa?a en Estambul. "Les compramos sobre todo prendas de vestir (un 29% del total) y les vendemos componentes para la naciente industria automovil¨ªstica turca (un 28% de las exportaciones)".
Cualquier viajero que haya recorrido la autopista que lleva desde el aeropuerto hasta el centro de Ankara en los ¨²ltimos a?os habr¨¢ constatado la desaparici¨®n de los poblados de chabolas que se extend¨ªan hasta el horizonte por las colinas. En su lugar han surgido grandes bloques de pisos de protecci¨®n oficial con carteles del Organismo P¨²blico de Vivienda y Construcci¨®n (TOKI, en sus siglas en turco), que depende directamente de la Administraci¨®n del primer ministro. Desde 2003, TOKI ha construido medio mill¨®n de viviendas, 700 escuelas y 100 hospitales. La oposici¨®n denuncia que Erdogan se ha convertido en el mayor promotor inmobiliario del pa¨ªs y que utiliza los recursos del Estado para contentar a su clientela electoral y favorecer a constructores pr¨®ximos al AKP.
Lo cierto es que la econom¨ªa no deja de crecer y que los turcos no dejan de consumir a manos llenas, animados por las facilidades para obtener cr¨¦ditos, a pesar de que el desempleo roza el 11,9% (supera el 20% entre los menores de 30 a?os). El d¨¦ficit de la balanza comercial turca se ha disparado hasta alcanzar el 8%. Como advert¨ªa en un reciente debate celebrado en Madrid el exministro de Finanzas turco Kemal Dervis, Turqu¨ªa est¨¢ amenazada por un estallido de la burbuja de las importaciones, que han crecido el doble que las exportaciones. Tras una campa?a electoral jalonada de "locos proyectos", el nuevo Gobierno de Erdogan tendr¨¢ que empezar a preparar el lunes medidas de ajuste para contener la desbocada demanda interna y los turcos tendr¨¢n que pensar en devolver su colecci¨®n de tarjetas de cr¨¦dito a los bancos.
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