Ochagav¨ªa renueva la lucha contra el obispado por la ermita rom¨¢nica

El obispado ha puesto a su nombre la parroquia y la casa parroquial de Ochagav¨ªa (Navarra, 600 habitantes). Pero nada ha hecho tanto da?o como la inscripci¨®n en el registro de la ermita de Muskilda, un espl¨¦ndido entorno natural al que la Iglesia ya le dio un buen bocado hace m¨¢s de una d¨¦cada, registrando como suya la casa de la ermita?a. Algunas pancartas en los balcones, y pegatinas aqu¨ª y all¨¢, le dicen al obispo de qui¨¦n es Muskilda: del pueblo. Y la di¨®cesis contesta que no, que Muskilda es suya. Eso y ninguna otra cosa se desprende de las reuniones que han mantenido una parte y la otra en los ¨²ltimos a?os.

Los obispos pueden registrar a su nombre cualquier casa, finca o cementerio que ande por ah¨ª sin propietario, y lo pueden hacer con la soltura de un funcionario. Este antiguo privilegio se extendi¨® en 1998 a los templos de culto. Tan pronto como eso ocurri¨®, Muskilda tuvo due?o. Pero en el pueblo no se enteraron hasta 10 a?os despu¨¦s. "La gente mayor no se lo puede creer", repite la nueva alcaldesa, Mar¨ªa Luisa Saez Garc¨ªa-Falces, de un partido local.

La di¨®cesis ya ha registrado la iglesia, la casa parroquial y la de la ermita?a

En Muskilda el pueblo celebra numerosas tradiciones, muchas de las cuales se pierden en la historia. Y un patronato conformado por el alcalde, los concejales (si quieren) y el secretario se encargan de siempre de la gesti¨®n del lugar. En 1949, como mandaba la ¨¦poca, el cura tambi¨¦n entr¨® a formar parte del grupo.

Durante tres a?os, el patronato ha intentado negociar con la Iglesia. En balde. Las conversaciones, como las recuerda Mikel Zoco, entonces concejal, ven¨ªan siendo m¨¢s o menos as¨ª.

-Imaginaros que en alg¨²n momento en el patronato hay gentes de otras culturas que no comulgan con nuestra religi¨®n y dedican el templo a otros cultos, ped¨ªan los mensajeros de la di¨®cesis.

-?Y si la vend¨¦is vosotros?, contestaban los del pueblo.

-No, no, no pens¨¦is eso.

-Pues en otras culturas tampoco pensamos.

"Es una excusa clara, porque la casa de la serora (la ermita?a) se la han quedado y ah¨ª no es una cuesti¨®n de cultos. Adem¨¢s, les garantizamos que se respetar¨ªa el culto, pero que renunciaran a la inmatriculaci¨®n de la ermita. No quieren. La voluntad est¨¢ muy clara", dice Mikel Zoco, que ahora ya no es concejal. Pero forma parte de la plataforma navarra y cree que en este asunto los pueblos deben ir unidos, porque uno a uno poco podr¨¢n conseguir.

El nuevo Ayuntamiento tiene en sus planes cambiar de abogados. "Pleitear con la Iglesia es dif¨ªcil porque la ley parece ampararles. Pero buscaremos los abogados que ya han ganado sentencias similares. La Iglesia asegura que Muskilda seguir¨¢ igual. Ya veremos", dice con desconfianza la alcaldesa.

Navarra, a pesar de ser la regi¨®n que ha reaccionado de una forma m¨¢s organizada contra esta fiebre privatizadora de la Iglesia, encuentra dificultades a cada paso. Para empezar, no es f¨¢cil determinar de qui¨¦n es una iglesia, aunque la di¨®cesis de Navarra, cuando se le pregunta por esa cuesti¨®n, responde que "del pueblo, del pueblo de Dios". "Es que a nadie se le ocurre registrar un Ayuntamiento, por ejemplo, ni una iglesia", dice la alcaldesa.

Cada a?o, los danzantes adornan con su coreograf¨ªa la tierra de Muskilda, y se celebra la antigua liturgia del cambio de mayordomo, y los quintos y los homenajes a los cofrades fallecidos y las romer¨ªas.

?Va a seguir todo eso? Si el obispado quiere s¨ª, si no, est¨¢ en su mano cerrar la puerta. O cobrar la entrada. "Los cat¨®licos pidieron que le dieran a la Iglesia un margen de confianza y que se negociara. As¨ª se hizo, pero nada ha cambiado", cuenta Mikel Zoco.

A pesar de que no es f¨¢cil que la gente plante cara a la Iglesia visiblemente y menos en un pueblo peque?o, Ochagav¨ªa no parece que vaya a rendir su templo m¨¢s querido.