Desprop¨®sitos
La incorporaci¨®n final de Italia al grupo de pa¨ªses de la eurozona sujetos a la extrema presi¨®n de los mercados no deja de ser un eslab¨®n adicional en la secuencia de profec¨ªas autocumplidas que ha generado la actual crisis econ¨®mica y financiera en Europa. Un nuevo desprop¨®sito que complica a¨²n m¨¢s su gesti¨®n y que amenaza con derivar en una situaci¨®n de "ingobernabilidad" no f¨¢cilmente reversible.
Sobre el papel, no ha habido respuestas en la coyuntura actual orientadas a la consolidaci¨®n fiscal, m¨¢s ortodoxas y exigentes comparativamente que las impulsadas en el seno de la Uni¨®n Monetaria. Desde luego han estado poco matizadas si se enfrentan a las que han articulado los pa¨ªses anglosajones. La predisposici¨®n de estos ¨²ltimos a tolerar una correcci¨®n m¨¢s suave de los desequilibrios a corto plazo, en favor del mantenimiento de pol¨ªticas contrac¨ªclicas que impulsen el crecimiento, ha sido mucho mayor. Tampoco est¨¢ siendo igual de acomodaticia al a¨²n d¨¦bil pulso econ¨®mico de la eurozona la pol¨ªtica monetaria del Banco Central Europeo (BCE). La autoridad monetaria europea, aunque mantiene una pol¨ªtica de inyecci¨®n de liquidez acorde con el estrangulamiento de algunos mercados, ya ha subido en dos ocasiones su tipo de referencia. Por el contrario, sus hom¨®logos, como la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra o el Banco de Jap¨®n, esperan pacientemente "tiempos mejores".
Algo falla cuando la mayor restricci¨®n fiscal acaba siendo insuficiente para calmar a los mercados
Y a pesar de todo, aun no siendo "sospechosa" la respuesta dada, el ¨¢rea euro es hoy el centro de la inestabilidad financiera internacional. Algo falla cuando las mayores dosis de restricci¨®n de las pol¨ªticas presupuestarias que se suceden en los pa¨ªses cuestionados de la zona acaban siendo sistem¨¢ticamente insuficientes para calmar a los mercados. Quiz¨¢, podr¨ªa pensarse, la dimensi¨®n del d¨¦ficit fiscal y del endeudamiento p¨²blico de la UEM, el actual centro de atenci¨®n, es mucho mayor. Pero no es el caso. De hecho, globalmente, y a pesar de casos de pa¨ªses singulares de excepcional gravedad dentro de la Uni¨®n, el desequilibrio de las finanzas p¨²blicas est¨¢ un pelda?o por debajo frente al que definen las otras grandes ¨¢reas de pa¨ªses desarrollados.
Dimensi¨®n menor del problema aparente y respuestas a la crisis formalmente m¨¢s ortodoxas obligan a modificar la direcci¨®n del diagn¨®stico; por lo dem¨¢s, ya muy compartido: las caracter¨ªsticas y la deficiente calidad del gobierno pol¨ªtico y econ¨®mico exigible en una uni¨®n monetaria. Muy probablemente, un mayor liderazgo y alineamiento de intereses hubiesen permitido la instrumentaci¨®n de pol¨ªticas menos estrictas, pero m¨¢s cre¨ªbles, que las que ahora amenazan la vuelta a un crecimiento sostenible de una buena parte del ¨¢rea euro. No solo eso, amenaza tambi¨¦n, merced a la l¨®gica perversa con efecto bola de nieve auspiciada por los mercados y las agencias, la propia perdurabilidad de la Uni¨®n.
Todo un c¨²mulo de desprop¨®sitos al que al otro lado del Atl¨¢ntico puede sumarse en pr¨®ximos d¨ªas la incapacidad del Gobierno americano de hacer frente a sus pagos, si no alcanza un acuerdo con los republicanos. Hip¨®tesis improbable, pero contemplada. Qui¨¦n lo dir¨ªa.
Daniel Manzano y Daniel Su¨¢rez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Afi)
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