"Los j¨®venes le suplicaban, ¨¦l disparaba"
La polic¨ªa noruega no descarta que el asesino tuviera un c¨®mplice en la isla - Anders Behring Breivik prepar¨® los explosivos de Oslo con fertilizantes
No doblegarse, mantenerse unidos, evitar el miedo. Es pronto para saber si las consignas del Gobierno noruego calar¨¢n entre los ciudadanos. Demasiado viva estaba ayer la sacudida por los 92 muertos. El pa¨ªs amaneci¨® con el horror de que al menos 85 de sus j¨®venes hab¨ªan sido asesinados a sangre fr¨ªa en un campamento de verano en la isla de Utoya. Tras el bombazo que mat¨® a siete personas en el centro de Oslo y despu¨¦s de las primeras noticias de que la inusitada masacre hab¨ªa sido perpetrada por un noruego, las informaciones sumieron en la estupefacci¨®n al pa¨ªs escandinavo: el ultraderechista Anders Behring Breivik deton¨® la bomba de Oslo para asesinar conciudadanos y atacar al Gobierno, pero sobre todo como maniobra de distracci¨®n para ejecutar al mayor n¨²mero posible de 700 adolescentes convocados a Utoya por el Partido Laborista. Primero les reuni¨® -"acercaros tengo informaci¨®n importante", les dijo- y luego tuvo 90 minutos para recrearse en la matanza. "Este es vuestro ¨²ltimo d¨ªa, os voy a matar a todos, hijos del diablo", grit¨®.
"Venid a jugar conmigo", gritaba a los muchachos que hu¨ªan de sus balas
El Ej¨¦rcito toma Oslo mientras se busca a m¨¢s v¨ªctimas
"Los mataba como a perros", contaba temblando Edvard Fornes, de 16 a?os, uno de los supervivientes de la masacre, que se encontraba ayer acogido junto con otros en Sundvollen, el pueblo situado frente a la isla del horror.
La cara del muchacho al explicar el espanto del que fue testigo se corresponde bien con el aparente estado de Noruega. Con los brazos ca¨ªdos, la actitud cort¨¦s y la mirada hundida tras unos p¨¢rpados a media asta, que apenas expresaba otra cosa que absoluto pasmo, Edvard Fornes fue explicando en un excelente ingl¨¦s c¨®mo sobrevivi¨® a la matanza de sus 85 compa?eros de acampada. El chico no vio m¨¢s que a un pistolero y no le cabe duda de que el tipo que le apunt¨® con un rifle es el mismo cuya foto ha publicado la polic¨ªa: Anders Behring Breivik. "Solo que ahora lleva el pelo mucho m¨¢s corto", coment¨®.
Edvard salv¨® su vida cruzando a nado los 700 metros que separan Utoya de tierra firme. Pese a su complexi¨®n atl¨¦tica, puede decirse que tuvo suerte, porque el agua est¨¢ muy fr¨ªa y el asesino sigui¨® disparando sobre los muchachos que hu¨ªan a nado.
-?Cu¨¢ntos amigos perdi¨® en la matanza?
-Todav¨ªa no los he contado.
Fornes acompa?a esta respuesta de un gesto estoico. Puede que vaya a ser el primer paso de la ingente labor que tiene por delante para digerir el horror vivido. Una labor m¨¢s complicada a¨²n de la que aguarda a sus conciudadanos de la pac¨ªfica Noruega que no vieron la masacre con sus propios ojos.
El pistolero fue detenido el mismo viernes. Seg¨²n Sveinung Sponheim, segundo jefe de la polic¨ªa de Oslo, Breivik, de 32 a?os, confes¨® ayer que hab¨ªa estado en Utoya y que hab¨ªa disparado. En declaraciones a la televisi¨®n TV2, su abogado, Geir Lippe -experto en la defensa de neonazis-, manifest¨® anoche que Breivik admite que los actos fueron "crueles, pero necesarios" y que llevaba tiempo prepar¨¢ndolos. "[El ataque] Ha sido planeado desde hace tiempo. El manifiesto [en que argumenta las razones del mismo] es algo en lo que ha trabajado muchos a?os", dijo Lippe. Se sabe que Brievik manten¨ªa contactos con grupos de ultraderecha noruegos. Tambi¨¦n, que disfrutaba de una licencia de armas para pistolas y rifles autom¨¢ticos. Ataviado con un uniforme de polic¨ªa, se vali¨® de la impostura para perpetrar la matanza en Utoya. Seg¨²n explicaron las autoridades, Breivik tiene una peque?a empresa agr¨ªcola para la cual se cree que pudo comprar el fertilizante artificial del que probablemente se sirvi¨® para fabricar la bomba de Oslo y los artefactos que se han encontrado en la isla de Utoya. No est¨¢ muy claro c¨®mo fue arrestado: seg¨²n la televisi¨®n noruega NRK, la polic¨ªa lo redujo mediante gases lacrim¨®genos que lanz¨® desde el aire. Otras fuentes indican que ¨¦l mismo dio por terminada la faena y se entreg¨® voluntariamente a las fuerzas del orden.
La isla de Utoya se encuentra muy pr¨®xima a la carretera que bordea el lago Tyrifjorden para unir Oslo con Bergen, la segunda ciudad noruega. Un grupo de lugare?os comentaba ayer en Sundvollen que, en cuanto escucharon que el atentado con bomba en Oslo ten¨ªa un segundo acto en la peque?a isla, supieron que su autor era un noruego. No es Utoya un destino conocido fuera del pa¨ªs. Su min¨²scula extensi¨®n y su escasa infraestructura -un pu?ado de edificios y un embarcadero- limita su uso a las acampadas juveniles que cada a?o celebran all¨ª las Juventudes del Partido Laborista (AP), las fuerza pol¨ªticas que gobierna Noruega desde 2005. Ayer por la tarde, las aguas del Tyrifjorden reflejaban el gris del cielo vistas desde la peque?a localidad de Sundvollen.
En este id¨ªlico pueblo junto al lago se congregaban los supervivientes de la matanza, que, alojados en varios hoteles custodiados estrechamente por la polic¨ªa, prestaban declaraci¨®n y esperaban a que sus padres los recogieran para llevarlos a casa. El primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, visit¨® la localidad para reunirse con las v¨ªctimas. Habl¨® de "tragedia nacional" y de algo nunca visto desde la II Guerra Mundial.
En Noruega act¨²an grupos de ultraderecha que alcanzaron relativa fuerza hacia finales del siglo pasado. Estas organizaciones radicales, sin embargo, fueron perdiendo apoyos a medida que los ganaba el populista Partido del Progreso, que en 2005 se convirti¨® en la segunda fuerza pol¨ªtica en el Parlamento de Oslo (Storting). Pese a que el asesino de Utoya comparte seg¨²n diversos indicios muchos puntos de vista con el partido -como el que vincula al partido Laborista con "el marxismo internacional"-, actos como los del viernes suponen una absoluta novedad en la tranquila Noruega.
Los investigadores no descartaban ayer que Breivik contara con alg¨²n c¨®mplice. Algunos testigos dijeron haber visto a dos hombres en la isla. No as¨ª Fornes, que lo tuvo "a diez metros de distancia". Cuando los muchachos hu¨ªan despavoridos de las balas, el falso polic¨ªa les gritaba: "Venid a jugar conmigo" y "no se¨¢is t¨ªmidos". Cuando descubr¨ªa a alguno escondido, Breivik lo mataba. Fornes contaba c¨®mo encontr¨® a un grupo de chicos parapetados en el campo, "que le suplicaron una y otra vez que les dejara vivir, pero ¨¦l dispar¨® sobre ellos una y otra vez".
La casa del joven superviviente Fornes, adonde se lo llev¨® su madre rescat¨¢ndolo de los reporteros, se encuentra en Mo i Rana, muy al norte de Utoya. En los alrededores del lago Tyrifjorden, tomado por la prensa, no paraba ayer de llover. La polic¨ªa montaba guardia en los hoteles donde se alojaban los j¨®venes y alrededor de la isla, que apenas se pod¨ªa vislumbrar desde la orilla de Sundvollen. El vivo paisaje verde contrasta con el rojo que tradicionalmente eligen los noruegos para pintar sus casas de madera con tejados a dos aguas.
Oslo estaba a su vez tomada por el Ej¨¦rcito. Sus menos de medio mill¨®n de habitantes comparten la perplejidad del superviviente y observan las tareas de reconstrucci¨®n con una aparente impasibilidad que les hace parecer turistas en su propia capital, que desde el viernes ya no es la misma. La zona destrozada por la bomba es de dif¨ªcil acceso, porque los servicios de rescate siguen buscando cad¨¢veres entre los escombros.
La tragedia que sacude Noruega
- 92 muertos y cinco desaparecidos. 85 personas fueron asesinadas a tiros de pistola y un arma autom¨¢tica por el ultraderechista e islam¨®fobo Anders Behring Breivik, disfrazado de polic¨ªa, el viernes en la isla de Utoya. Otras siete hab¨ªan perecido horas antes tras la explosi¨®n de un coche bomba en el centro de Oslo. Varios artefactos explosivos segu¨ªan anoche sin ser detonados alrededor del complejo gubernamental. Cinco personas siguen desaparecidas.
- Anders Behring Breivik, el autor de la matanza, de 32 a?os, compr¨® seis toneladas de fertilizantes en mayo para su granja ecologista. Con estos productos qu¨ªmicos prepar¨® las bombas.
- Breivik: "Vengan, tengo informaci¨®n importante", dijo el asesino antes de abrir fuego contra los j¨®venes reunidos en Utoya.
- Un testigo presencial explica : "El hombre estaba muy tranquilo... Nos sentimos a salvo. Hab¨ªamos escuchado lo ocurrido en Oslo. Nos acercamos a ¨¦l y comenz¨® a disparar".
- Mensaje en Twitter de Breivik, el 17 de julio: "Una persona con una creencia equivale a la fuerza de 100.000 que solo tienen intereses".
- Jens Stoltenberg, primer ministro: "Este ha sido un ataque hacia el movimiento laborista".
- Editorial del
Dagbladet. "Ahora es preciso no llenarnos de temor como ocurri¨® en EE UU despu¨¦s del 11 de septiembre de 2001. Debemos tener m¨¢s bien como referente a Espa?a y Gran Breta?a, y ver c¨®mo estas naciones han recuperado su libertad despu¨¦s de los terribles ataques terroristas
de 2004 y 2005".
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