De misterios vascos
Son pocos los a?os transcurridos desde que arrib¨¦ a estas tierras. Tal vez, como sosten¨ªa el personaje, quise que el azar se convirtiera en destino. Destino en el que habito. Mi primer recuerdo del Pa¨ªs Vasco me lleva al Vicente Calder¨®n. All¨ª, a aquel estadio de piedra de la cabeza a los pies como el Comepiedras de La Historia Interminable, ¨ªbamos a ver los partidos del Atl¨¦tico de Madrid -domingo s¨ª, domingo no- mi padre, mi hermano menor y el ni?o que era yo. Todav¨ªa puedo o¨ªr los comentarios de las gradas cuando nos visitaban las camisetas rayadas del norte. Hab¨ªa en ellos algo que se me escapaba. Habla Unamuno de los exfuturos. De esos yoes que ante cada bifurcaci¨®n en el camino de la vida vamos dejando en la cuneta. Lo que pod¨ªamos haber sido y no somos. Quiz¨¢s sin ese misterio que encerraban las gradas mis yoes despojados hubiesen sido otros.
Los a?os me obligaron a mirar m¨¢s all¨¢ de aquellas admiradas camisetas blanquiazules y rojiblancas victoriosas de los ochenta, m¨¢s all¨¢ de los viejos San Mam¨¦s y Atocha. Me obligaron a mirar de hito en hito al misterio. Y mi cari?o emigr¨® de los Satr¨²stegui, Argote, Dani, G¨®rriz a los Pagaza, Ord¨®?ez, Pardines, L¨®pez de Lacalle... Esos s¨ª que se jugaban la vida en cada lance. Y en la lejan¨ªa, ante el alud de primeras p¨¢ginas de plomo y sangre, me dec¨ªa que, a buen seguro, el misterio hab¨ªa de ser muy grande. Y le¨ªa y escuchaba, pero se me resist¨ªa su veladura. Al decir de algunos, hay cosas que s¨®lo se pueden conocer sobre el terreno. Pero era una m¨¢s de esas falacias que vamos descubriendo a la largo de la vida, en este caso, la del protagonista. Otra falacia era el propio misterio. El plomo y la sangre no eran la consecuencia de un conflicto. El plomo y la sangre eran para que hubiera un conflicto.
Y nacieron otros misterios. Y pensaba en Will Kane, el Gary Cooper de S¨®lo ante el peligro. Como es sabido, reci¨¦n casado con la bonita Grace Kelly le brindan la oportunidad de huir ante la inminente llegada al pueblo de cuatro forajidos con la intenci¨®n de saldarle las cuentas. Cooper dice que no puede marcharse. ?Por qu¨¦ no se va Gary Cooper? Ese s¨ª que es un misterio. El mismo que el de esos pocos vascos que pese al plomo y la sangre se resistieron a entregarles la ciudad a los b¨¢rbaros. Vascos como el personaje creado por Gonz¨¢lez Sainz que, "sin propon¨¦rselo, sin pensarlo siquiera a decir verdad, sin ponderar ni contrapesar ni tener en cuenta nada que no fuera lo que ¨¦l llamaba, con palabras que a lo mejor le ven¨ªan un poco grandes, lo absolutamente irrenunciable y sin excusa alguna que valiera, persever¨® all¨ª como perseveran los ¨¢rboles y las plantas y a veces, aunque s¨®lo a veces, perseveran tambi¨¦n algunas personas". El Vicente Calder¨®n ya no es de piedra de la cabeza a los pies. Muchos partidos ya no se juegan en domingo. Pero las gradas contin¨²an encerrando misterios.
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