Los moderados intentan evitar la quiebra
La negociaci¨®n en el Senado entre dem¨®cratas y republicanos centristas resucita la posibilidad de un acuerdo que salve 'in extremis' a EE UU de la suspensi¨®n de pagos
Un cierto optimismo se abri¨® ayer paso en las negociaciones para evitar in extremis la suspensi¨®n de pagos de Estados Unidos, mientras congresistas dem¨®cratas y republicanos, en coordinaci¨®n con la Casa Blanca, trataban de cerrar un acuerdo que permitir¨ªa al Gobierno elevar el l¨ªmite de deuda a cambio de fuertes recortes del gasto p¨²blico. Aunque el acuerdo parec¨ªa anoche posible en el Senado, a¨²n habr¨¢ que esperar a que lo refrende hoy la C¨¢mara de Representantes, donde los miembros del Tea Party han anunciado que se opondr¨¢n.
Tanto el l¨ªder dem¨®crata en el Senado, Harry Reid, como el republicano, Mitch McConnell, aseguraron que los contactos mantenidos entre ambos y con Barack Obama estaban a punto de fructificar y que el presidente tendr¨¢ sobre su despacho una ley para evitar el impago antes de ma?ana, la fecha anunciada para la declaraci¨®n de quiebra. "No va a haber suspensi¨®n de pagos", garantiz¨® McConnell.
Habr¨¢ que esperar a que hoy la C¨¢mara de Representantes refrende el pacto
En ning¨²n caso se aprobar¨¢n subidas de impuestos a las mayores fortunas
Numerosos detalles de ese acuerdo estaban, sin embargo, pendientes de negociaci¨®n anoche, y a¨²n queda, adem¨¢s, el dif¨ªcil tr¨¢mite de la C¨¢mara de Representantes, donde dem¨®cratas y republicanos moderados tendr¨¢n que votar juntos, contra el Tea Party y un grupo de la izquierda, para sacar adelante el texto que llegue del Senado.
El presidente Obama se manten¨ªa ayer alerta y sin hacer declaraciones a la espera de acontecimientos, aunque algunos de sus asesores advirtieron en diferentes programas de televisi¨®n que el riesgo de un fracaso no hab¨ªa desaparecido por completo y que a¨²n exist¨ªan algunos obst¨¢culos en el camino del acuerdo.
El compromiso que anoche se vislumbraba se aproxima a las exigencias republicanas de que el levantamiento del l¨ªmite de deuda, imprescindible para evitar la quiebra, se haga en dos etapas y sea por una cantidad id¨¦ntica al volumen de recortes p¨²blicos que se acepten. En ning¨²n caso, al menos en una primera fase, se aplicar¨¢n subidas de impuestos a las mayores fortunas. Obama consigue a cambio que la extensi¨®n de la deuda no tenga que ser de nuevo votada en el Congreso en enero pr¨®ximo, como quer¨ªan los republicanos, sino que se har¨¢ de forma autom¨¢tica hasta comienzos de 2013, pasadas las elecciones presidenciales del a?o pr¨®ximo.
Las reducciones del gasto ser¨¢n significativamente mayores que las que propon¨ªan los dem¨®cratas: ascender¨¢n a tres billones de d¨®lares en diez a?os y afectar¨¢n a los programas sociales m¨¢s necesarios para los pobres, incluida la asistencia sanitaria y las ayudas a impedidos f¨ªsicos o las familias con escasos recursos.
Todo el proceso est¨¢ dise?ado en dos etapas. De forma inmediata se aplicar¨¢n recortes por un valor de un bill¨®n de d¨®lares -estos, sin afectar a los programas sociales- y se extender¨¢ el l¨ªmite de deuda por una cantidad id¨¦ntica, lo que le permite al Gobierno pagar sus facturas lo que queda de a?o. Simult¨¢neamente, se pone en marcha una comisi¨®n bipartidista con plenos poderes para decidir recortes suplementarios en torno a los dos billones de d¨®lares. La cifra que finalmente decida esa comisi¨®n tendr¨¢ que ser aceptada sin enmiendas por el Congreso este mismo a?o y, entonces, se elevar¨ªa de nuevo la deuda de forma autom¨¢tica por la misma cantidad que los recortes que se fijen.
De esta manera, los republicanos consiguen imponer su principio de que la deuda, que actualmente asciende a 14,3 billones de d¨®lares, no aumenta ni un d¨®lar por encima de la reducci¨®n del d¨¦ficit. Y Obama obtiene dinero para que la Administraci¨®n siga funcionando normalmente hasta el final de su mandato.
Algunos de los detalles pendientes de negociaci¨®n anoche eran, sin embargo, todav¨ªa relevantes y no se pod¨ªa descartar por completo un final catastr¨®fico. "Hay aspectos importantes que todav¨ªa no est¨¢n atados", manifest¨® el senador dem¨®crata Chuck Schumer.
Uno de esos detalles tiene que ver con el intento de los dem¨®cratas de que su idea original de reducir el d¨¦ficit mediante una combinaci¨®n de recortes de gastos y subidas de impuestos sea, de alguna manera, contemplada. Aunque de ninguna manera va a ser directamente incluida en el acuerdo, se puede dejar abierta la posibilidad de que la comisi¨®n bilateral posterior pueda discutir alguna forma de reforma fiscal que, aunque sea simb¨®licamente, elimine algunas ventajas escandalosas que hoy tienen, por ejemplo, las grandes compa?¨ªas petroleras.
Otra de las dificultades anoche era la de c¨®mo presentar el acuerdo al p¨²blico. No es un asunto trivial porque de la forma en que se d¨¦ a conocer el resultado de las negociaciones puede depender en parte la interpretaci¨®n que los ciudadanos hagan de ellas. Este es un momento en el que tambi¨¦n entran en juego las vanidades personales y el futuro pol¨ªtico de cada cual.
Esas vanidades son alt¨ªsimas en el Senado, la c¨¢mara m¨¢s aristocr¨¢tica, y menos en la C¨¢mara de Representantes, m¨¢s popular. Pero en esta se dan otras circunstancias que obligan a¨²n a cruzar los dedos sobre la salida de esta crisis. La C¨¢mara es el dominio del Tea Party y el escenario donde se tiene que medir la capacidad del establishment republicano de pararle los pies a ese movimiento ultraconservador. La candidata presidencial y seguidora del Tea Party Michele Bachmann dijo ayer que si la negociaci¨®n en el Senado progresa, "EE UU se habr¨¢ convertido en una dictadura". Palabras as¨ª no dejan dudas sobre su intenci¨®n de voto. Como ella puede haber un centenar de republicanos. Ser¨¢, por tanto, imprescindible una votaci¨®n bipartidista para evitar el armageddon econ¨®mico que se vaticina a partir de ma?ana.
Los escenarios
El l¨ªder dem¨®crata en el Senado, Harry Reid, y su hom¨®logo republicano, Mitch McConnell, negociaban ayer, en contacto con la Casa Blanca, una salida a la crisis sobre el techo de deuda de Estados Unidos.
- En el Senado, donde los dem¨®cratas tienen mayor¨ªa, la maniobra de Reid para incorporar exigencias de los republicanos parec¨ªa anoche a punto de facilitar un acuerdo con la oposici¨®n. Sin embargo, incluso en caso de pacto bipartidista en el Senado, la crisis no quedar¨ªa autom¨¢ticamente desbloqueada.
- En la C¨¢mara de Representantes, donde los republicanos tienen mayor¨ªa, el escenario se complica por el peso que en esa rama del Congreso tiene el Tea Party, el ala radical del partido. No se puede excluir que el hipot¨¦tico acuerdo sellado por el grupo republicano en el Senado, m¨¢s moderado, sea rechazado por el Tea Party. Varios diputados de ese movimiento ya votaron en contra de una propuesta de su propio partido en esta materia. As¨ª, el Tea Party podr¨ªa plantear objeciones, y el l¨ªder republicano en la C¨¢mara, John Boehner, se hallar¨ªa ante el grave dilema de buscar nuevas modificaciones al texto o romper con una parte significativa del partido.
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