El asilo de Legan¨¦s rechaza quitar la sonda a la anciana porque "no sufre"
El comit¨¦ ¨¦tico alega que no hizo testamento vital e ignora a su tutora legal
Carmen L¨®pez Dom¨ªnguez, la anciana de 91 a?os ciega, sorda, con demencia y ulcerada seguir¨¢ con el mismo tratamiento que hasta ahora. El comit¨¦ ¨¦tico de la residencia de Legan¨¦s donde est¨¢ ingresada desde hace ocho a?os ha determinado que la petici¨®n de su sobrina y tutora, Dolores Mart¨®n, para que le retiren la sonda nasog¨¢strica y le den cuidados paliativos, no cuenta con los "suficientes argumentos t¨¦cnicos". Para llegar a esta conclusi¨®n, se basan en tres afirmaciones. Una, que, seg¨²n ellos, la mujer "no sufre"; la segunda, que tener la sonda no ha perjudicado su estado; y la tercera, que no dej¨® escrito un documento de voluntades anticipadas (testamento vital).
La sobrina de la mujer, que ayer recibi¨® con "desesperaci¨®n" la noticia, no da cr¨¦dito. "?C¨®mo pueden decir que no sufre? Ayer mismo, despu¨¦s de la reuni¨®n con la directora de la residencia, sub¨ª a verla, y cuando le toqu¨¦ la pierna, que la tiene como un fideo, empez¨® a gesticular de dolor", cuenta. "Pero la enfermera me dijo que no, que era de alegr¨ªa porque sab¨ªa que ten¨ªa una visita", a?ade indignada. "Pod¨ªa haber empezado una discusi¨®n de horas, pero prefer¨ª dejarlo. Mi t¨ªa est¨¢ tan dolorida que no se la puede ni tocar. Las enfermeras me cuentan que cuando van a asearla se revuelve porque no quiere. ?C¨®mo va a querer si le duele que la toquen?", afirma.
La sobrina afirma que su t¨ªa no soporta ni siquiera que la toquen
La familia pedir¨¢ una evaluaci¨®n independiente de la salud de la mujer
Mart¨®n tambi¨¦n tiene dudas sobre la supuesta aceptaci¨®n de la anciana a la sonda. "Desde que se la pusieron no habla. Ellos dicen que es por la demencia, pero entonces habr¨ªa ido perdiendo esa capacidad poco a poco, no de golpe", dice. Adem¨¢s, el hecho de que est¨¦ sondada ha obligado a atarle las manos, "porque se la quiere quitar". Y eso tambi¨¦n redunda en la incomodidad y otros problemas de la anciana. Mart¨®n sospecha que una lesi¨®n de mu?eca que le dijeron que ten¨ªa se la ha hecho forcejeando para liberarse las manos. Ayer mismo, cuando subi¨® a ver a su t¨ªa, "ten¨ªa una mano hinchada porque ten¨ªa la correa muy apretada", afirma. "Tuve que llamar para que se la aflojaran, y le estuvieron dando un masaje".
Pero nada de esto figura en el informe -apenas dos folios- que le dieron a Mart¨®n. En ¨¦l se indica, en contra de lo que alega la mujer, que la sonda nasog¨¢strica no le ha causado a la anciana "ning¨²n perjuicio, trastorno secundario o sufrimiento aparente". Tambi¨¦n se afirma que la anciana "no padece ning¨²n dolor evidente".
Pero el argumento que m¨¢s ha chocado a Dolores y a los m¨¦dicos que la asesoran es el de que Carmen L¨®pez "no ha otorgado documento de instrucciones previas".
Y llama la atenci¨®n porque eso es lo que ocurre en la inmensa mayor¨ªa de los casos, y contradice claramente lo que dice la ley de autonom¨ªa del paciente, que establece que "se otorgar¨¢ el consentimiento por representaci¨®n [...] cuando el paciente est¨¦ incapacitado legalmente". Este es justo el caso, ya que desde diciembre de 2006 -como volvi¨® a acreditar ayer Dolores Mart¨®n ante la direcci¨®n del centro- la sobrina es la tutora de su t¨ªa, que fue declarada incapaz.
La ¨²nica opci¨®n que da el informe del comit¨¦ de la residencia es que haya una nueva evaluaci¨®n del estado de la anciana en un hospital. Pero el resultado "no se sabr¨¢ hasta dentro de 10 d¨ªas", se queja Mart¨®n, que cree que, en el fondo, solo le est¨¢n "dando largas". "No me han dicho nada nuevo. Y con esto solo prolongan el sufrimiento de mi t¨ªa", se queja.
Aun as¨ª, esta decisi¨®n coincide con una de las opciones que barajan Mart¨®n y la asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente que la asesora, ya que entienden que el informe que se ha usado "es de parte [lo elaboraron la m¨¦dica de la residencia y los de la empresa titular, SARquavitae]". Adem¨¢s, para demostrar que la sonda s¨ª le molesta, van a pedir que le quiten la contenci¨®n (las ataduras) a la mujer, y que un comit¨¦ independiente -probablemente, el del hospital de Getafe- eval¨²e su estado.
104.000 personas con voluntades anticipadas
El documento de voluntades anticipadas gana adeptos. Este texto, llamado tambi¨¦n testamento vital, es el documento en el que una persona establece qu¨¦ tratamientos quiere recibir o no en caso de que est¨¦ sin conocimiento para decidir por s¨ª misma. Tambi¨¦n sirve para nombrar un representante que se encargue de que los m¨¦dicos sigan estas instrucciones. Y, sobre todo, facilita las situaciones finales cuando pueda haber dudas o conflictos entre los m¨¦dicos y los familiares, o entre los allegados, sobre qu¨¦ querr¨ªa el paciente que se hiciera en casos extremos (sondar o no, reanimar o no, aumentar los calmantes, intubar).
En Espa?a ha costado que su uso arranque. Los ¨²ltimos datos del Ministerio de Sanidad indican que hay registrados 104.516. A ellos habr¨ªa que sumar los que custodia la asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente o los que est¨¢n en manos privadas (el texto vale con que lo hayan firmado dos testigos, aunque no est¨¦ depositado en ning¨²n registro oficial); y hasta la Iglesia cat¨®lica ten¨ªa un formulario.
Sanidad cree que la futura ley de muerte digna puede ser un gran impulso para que los ciudadanos lo redacten. De hecho, en mayo, cuando el proyecto de ley se envi¨® al Consejo de Ministros, los documentos registrados eran 81.000, informa un portavoz de Sanidad. Y es que aunque el testamento vital estaba ya previsto en la Ley General de Sanidad de 1986, es en la de autonom¨ªa del paciente de 2002 cuando se insta a que se cree un registro estatal, y la futura norma de muerte digna -si vence el tr¨¢mite parlamentario- lo consagra.
Y eso que en ning¨²n caso es obligatorio redactar este documento. La ley prev¨¦ que en su defecto sea el representante legal quien decida; si no, que sea el c¨®nyuge o persona con relaci¨®n afectiva an¨¢loga (pareja de hecho); y, por ¨²ltimo, el pariente m¨¢s cercano y, en caso de igualdad, -dos sobrinos, por ejemplo- el de mayor edad. Es decir, y esto es lo aplicable al caso de Carmen L¨®pez y su sobrina, Dolores Mart¨®n, la existencia de un testamento vital es una gu¨ªa, pero si este documento no existe hay otras maneras de saber qu¨¦ hacer. Y el inmediato pasa por hacer caso al representante legal del paciente.
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