La primera vez es cada vez
Durante el rodaje de REC3, el director de producci¨®n Oriol Maym¨®, con quien he rodado cinco pel¨ªculas, me recordaba el primer d¨ªa de rodaje de la primera, El segundo nombre. Oriol recuerda perfectamente mi cara al llegar al set, la iglesia de Sant Just Pastor en el centro de Barcelona. Baj¨¦ del coche, sin haber podido dormir la noche anterior y mir¨¦ alrededor, donde se empezaba a desplegar todo el dispositivo de rodaje, incapaz de cerrar la boca seg¨²n parece, disfrutando de la fren¨¦tica actividad.
Recuerdo el asombro, la excitaci¨®n, el hormigueo en el est¨®mago. Lo que no sab¨ªa es que la sensaci¨®n era id¨¦ntica a la que iba a sentir cada primer d¨ªa de rodaje; el v¨¦rtigo de pensar "dentro de seis semanas la pel¨ªcula estar¨¢ rodada", de saber que a partir de ese momento exacto todo lo que hagamos quedar¨¢ para siempre impresionado en pel¨ªcula.
Entonces solo empezaba a intuir que cada plano es un universo a explorar, una oportunidad para crear vida, para intentar generar una emoci¨®n que se registre en la pel¨ªcula y que haga sentir algo al espectador que la vea.
Pero volvamos al del principio. Con mis 27 a?os a cuestas entr¨¦ en la iglesia donde rod¨¢bamos el pr¨®logo de la pel¨ªcula, un funeral. All¨ª estaba ya Pablo Rosso, director de fotograf¨ªa para quien tambi¨¦n era su primer largometraje. Desde la entrada me pareci¨® que rezaba un rosario con la cabeza inclinada y solo al acercarme descubr¨ª el fot¨®metro en sus manos, lo que me tranquiliz¨®.
Durante aquel rodaje no pod¨ªa dejar de pensar que alguien acabar¨ªa present¨¢ndose en el set con un gran monigote de papel y un ramo de flores como en Inocente, inocente y pondr¨ªa punto final a aquella mascarada. Me abandonaba a los pensamientos m¨¢s peregrinos, como que mi amado John Huston dirigi¨® su primera pel¨ªcula a los 35 a?os; si esta no me sal¨ªa bien ten¨ªa otros ocho a?os para seguir intent¨¢ndolo, me dec¨ªa. O me concentraba mirando una foto que ten¨ªa en casa, que muestra a Ingmar Bergman en el rodaje riendo relajado junto a la c¨¢mara. "?Lo ves?", me dec¨ªa, "Ingmar tambi¨¦n disfruta". Porque algo que me inquietaba y me sigue asombrando es la felicidad absoluta que siento rodando.
La primera vez que vi la pel¨ªcula proyectada en una pantalla grande, me acerqu¨¦ a la tela hasta rozarla con mi cara. Ve¨ªa bailar los puntos, los granos min¨²sculos que desde la distancia de la platea compon¨ªan un rostro, y sent¨ª que la pel¨ªcula estaba cobrando vida. Sent¨ª las l¨¢grimas queriendo asomar a mis ojos y solo la presencia del productor y los t¨¦cnicos y sus miradas indisimuladas al reloj consiguieron que me contuviera. Sent¨ª el s¨ªndrome del doctor Frankenstein al comprobar c¨®mo todas las piezas que hab¨ªamos creado y ensamblado formaban un solo cuerpo que se mov¨ªa armoniosamente ante mi orgullosa mirada paterna. Y ese rompecabezas empieza cuando das motor del primer plano que ruedas.
En estos 10 a?os la industria del cine en nuestro pa¨ªs ha sufrido grandes reveses y, acaso sea mi impresi¨®n subjetiva, pero tengo la sensaci¨®n de que la compleja coyuntura en la que nos hallamos provoca que de los estrenos de los nuevos realizadores de hoy se espere que sean el nuevo Orfanato o el nuevo Pagafantas o el nuevo Azuloscurocasinegro; no envidio en absoluto a los directores que comienzan ahora sus carreras con esa losa sobre los hombros. Si yo hubiera sentido eso, seguramente me hubiera sentado junto a Pablo a rezar el rosario, aunque fuera con un fot¨®metro.
Pero todo eso estaba yo lejos de saberlo cuando en la puerta de la iglesia de Sant Just Pastor estaba a punto de decir acci¨®n por primera vez. Con agilidad felina, Rosso sac¨® una c¨¢mara compacta del bolsillo y pidi¨® a alguien que nos hiciera una foto. En ella estamos los dos sonrientes, ¨¦l subido a una gr¨²a y yo debajo ocultando un cigarrillo a la espalda, mirando al objetivo llenos de esperanzas y de sue?os. Exactamente igual que cuando hace dos meses rodamos el primer plano de REC3. Como la primera vez. Como cada vez.
Paco Plaza es director de t¨ªtulos como El segundo nombre, REC y REC2.
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