Los inspectores tambi¨¦n cuestionan la eficacia de las 20 horas lectivas

Son los vigilantes de la norma, los que custodian el buen funcionamiento de colegios e institutos p¨²blicos de la Comunidad. Madrid cuenta con 160 inspectores educativos que controlan c¨®mo se desarrolla la vida docente en la regi¨®n. Y tampoco ellos est¨¢n de acuerdo con el cambio que ha aplicado el Gobierno de Aguirre para el nuevo curso, que supondr¨¢ pasar de 18 a 20 horas lectivas por profesor en secundaria. Los inspectores alertan de que este cambio mermar¨¢ la calidad de la educaci¨®n que reciben los alumnos, dificultar¨¢ el funcionamiento de los centros y supondr¨¢ un aumento del fracaso escolar, el gran caballo de batalla.

El pasado mi¨¦rcoles, la consejera de Educaci¨®n y Empleo, Luc¨ªa Figar, anunci¨® que enviar¨¢ a los inspectores a principios de curso a los institutos de la regi¨®n para que se aseguren de que los profesores est¨¢n impartiendo las asignaturas que les corresponden seg¨²n la normativa. Para empezar, replican que no es que Educaci¨®n les env¨ªe: controlar horarios y asignaturas al inicio del curso escolar est¨¢ ya entre sus tareas ordinarias.

El PSM exige la retirada de las instrucciones para Secundaria

Los inspectores alertan del riesgo de que aumente el fracaso escolar

La presidenta aviv¨® ayer el fuego de la pol¨¦mica con los docentes con un nuevo mensaje. "Conf¨ªo en los profesores", dijo al ser preguntada sobre la posibilidad de que el sector arranque el curso con una huelga el pr¨®ximo 14 de septiembre. "Sabemos que les estamos pidiendo un esfuerzo especial, pero 20 horas son en general menos de las que trabajan el resto de los madrile?os". Veinte horas de clase (frente a las 18 actuales) no son las horas de trabajo de un profesor de la ense?anza p¨²blica, que destina en total 37,5 horas semanales a su profesi¨®n, como cualquier otro funcionario. Seg¨²n los inspectores, la ampliaci¨®n de horario aplicada por el Gobierno regional es una interpretaci¨®n "torticera" de la normativa.Las instrucciones que regulan la organizaci¨®n y el funcionamiento de los institutos de secundaria, aprobadas en 1994 por el Ministerio de Educaci¨®n y reformadas en 1996, establecen que los profesores impartir¨¢n 18 horas, "pudiendo llegar excepcionalmente a 21 cuando la distribuci¨®n horaria del departamento lo exija y siempre dentro del mismo". La Comunidad interpreta que la crisis econ¨®mica justificar¨ªa esa excepci¨®n. Los inspectores, igual que los sindicatos que han llevado el cambio a los tribunales, consideran que no.

"El art¨ªculo alude a las situaciones espec¨ªficas de un centro en el que alg¨²n profesor pueda tener horas sin asignar para una materia, no a la crisis", considera Marcelino Guerrero, inspector y representante de Comisiones Obreras. "Como norma se aplica por razones organizativas en casos concretos, no para una casu¨ªstica general", a?ade Juan Jos¨¦ Reina, portavoz de Adide, la asociaci¨®n mayoritaria del sector. CC OO y UGT (que tambi¨¦n est¨¢ en contra del cambio en las instrucciones de inicio de curso, seg¨²n fuentes sindicales en la inspecci¨®n) son los dos sindicatos con representantes en el sector. Este peri¨®dico intent¨® sin ¨¦xito contactar con Anies, la otra asociaci¨®n con voz en el colectivo.

La presidenta Aguirre reiter¨® ayer que el aumento de horas lectivas y el recorte en docentes interinos no afectar¨¢n a la calidad de educaci¨®n. Los inspectores no opinan lo mismo. Ampliar el horario de clase, aseguran, significa recortar el tiempo que los docentes destinan a las reuniones de departamento, entre tutores y jefes de estudio, o las que se organizan con los grupos de orientaci¨®n para aplicar medidas concretas a los alumnos m¨¢s rezagados, adem¨¢s de poner en peligro la organizaci¨®n de las horas de guardia. "Este ajuste dificultar¨¢ el seguimiento individual de los alumnos", afirma Reina. "Con los profesores casi al m¨¢ximo de su jornada lectiva ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil mantener las reuniones semanales para analizar la evoluci¨®n de los estudiantes", a?ade Marcelino Guerrero.

M¨¢s all¨¢ de dar la lecci¨®n, los centros destinan tambi¨¦n plantilla y tiempo para actividades de refuerzo o desdobles de asignaturas, como dividir la clase de Lengua y Literatura para atender a los estudiantes m¨¢s rezagados en grupos m¨¢s peque?os. Reina advierte de que estos refuerzos "van a desaparecer y, si eso ocurre, aumentar¨¢ el fracaso escolar".

Frente a este modelo de cortar a todos por el mismo rasero, los inspectores recomiendan analizar las necesidades de cada centro y aplicar cambios en funci¨®n de cada realidad. El aumento de horas lectivas "deber¨ªa haber ido acompa?ado de otras medidas que permitieran mantener los desdobles o ajustar el trabajo del docente. Este sistema es un cors¨¦ porque los profesores ya est¨¢n al m¨¢ximo", a?ade Marcelino. Ambos sostienen que en los dos primeros a?os de la ESO, con alumnos de entre 12 y 14 a?os, es "primordial" el contacto directo con los alumnos para conocer y encauzar su rendimiento. "Estoy seguro de que los profesores habr¨ªan estado dispuestos a dar m¨¢s horas sin presentar oposici¨®n, porque algunos ya lo hacen", a?ade Guerrero. "El problema es que la medida no se ha tomado para beneficiar al alumno, sino para recortar las plantillas", concluye.

Los sindicatos estiman que el recorte de personal supondr¨¢ 3.200 docentes menos en las aulas madrile?as, a costa de la reducci¨®n de interinos. El PSM, que tambi¨¦n maneja las mismas cifras, present¨® ayer en la Asamblea de Madrid una proposici¨®n no de ley para exigir la retirada de las instrucciones.

Educaci¨®n ya avanz¨® que las nuevas medidas no son negociables y en su camino hacia adelante ayer present¨® los datos del pr¨®ximo curso. La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, destac¨® la reducci¨®n de 6.625 alumnos en la ESO. Una cifra con la que podr¨ªa parecer menos dram¨¢tico el recorte de profesores, si no fuera porque aumentan los estudiantes de bachillerato (6.448) y los de FP (6.669), a los que tambi¨¦n tendr¨¢n que dar clase las plantillas, m¨¢s o menos extensas, de los institutos.

Los datos de la Comunidad revelan tambi¨¦n una p¨¦rdida de 48.000 alumnos en la p¨²blica, frente a un aumento de 20.000 en la concertada y de unos 3.500 en la privada. As¨ª, el escenario que presentan las cifras de Educaci¨®n avalar¨ªan la estrategia de recorte de Aguirre bajo la tesis de "a menos alumnos, menos docentes".