Alatriste vuelve al barro de la trinchera
La serie de Arturo P¨¦rez-Reverte regresa seis a?os despu¨¦s con su s¨¦ptima entrega, 'El puente de los asesinos', una aventura de intrigas pol¨ªticas en la Venecia del siglo XVII
Dos frases pueden resumir el esp¨ªritu de ese soldado de infanter¨ªa viejo, descre¨ªdo y cansado llamado Diego Alatriste, que contempla el Siglo de Oro desde el barro de las trincheras y las traiciones. "Cuando a un soldado le dan de beber, o est¨¢ jodido o le van a joder" y "Viv¨ª como pude, lo que mi tiempo quiso que viviera; y ning¨²n camino es malo, excepto el que te lleva a la horca". Las dos aparecen en El puente de los asesinos, s¨¦ptimo volumen de una serie que ha vendido tres millones de libros solo en espa?ol.
El ¨²ltimo Alatriste, Corsarios de Levante, se public¨® en 2006 y desde entonces Arturo P¨¦rez-Reverte (Cartagena, 1951) se ha dedicado a otros menesteres, como sacar adelante dos novelas complejas, Un d¨ªa de c¨®lera y El asedio. Sin embargo, este oto?o el capit¨¢n y su leal compa?ero, ??igo Balboa, regresar¨¢n a las librer¨ªas el 27 de octubre de la mano de Alfaguara con una aventura te?ida de intrigas pol¨ªticas que transcurre en su mayor parte en la peligrosa Venecia del siglo XVII.
"Desconf¨ªo de los que dicen no tener enemigos: mienten o son idiotas"
"Alatriste es un territorio en el que una serie de lectores nos encontramos, nos reconocemos y nos reunimos. All¨ª voy como lector m¨¢s que como autor", explica P¨¦rez-Reverte. La conversaci¨®n tiene lugar en el Barrio de las Letras de Madrid, un espacio muy alatristiano, en el que convivieron Quevedo, G¨®ngora, Lope de Vega y Cervantes. El autor espera leyendo un ensayo sobre Tint¨ªn, un personaje que le convirti¨® en periodista y, seguramente, luego en narrador. "Soy un escritor de l¨ªnea clara", explica para definir un estilo preciso que, sin entorpecer la narraci¨®n, se detiene a menudo en unas descripciones en las que cada detalle tiene su importancia.
La serie sobre Alatriste naci¨® hace ahora 15 a?os y el primer sorprendido por el ¨¦xito fulminante que alcanz¨® desde el primer volumen fue su propio autor, que pensaba que sus ya entonces millones de fieles lectores no le iban a seguir en ese lance. "La serie empieza como un divertimento personal, como un homenaje a la literatura del Siglo de Oro combinada con los libros de capa y espada", se?ala el escritor, y a?ade: "Era tambi¨¦n un intento de explicar a la generaci¨®n de mi hija una ¨¦poca que hab¨ªa desaparecido de la literatura espa?ola, los siglos XVI y XVII, una etapa que tanto nos ha marcado para lo bueno pero sobre todo para lo malo".
Con los a?os, seguramente por la mirada cada vez m¨¢s adulta, y por lo tanto acerada, del narrador ??igo Balboa, la serie se ha ido haciendo m¨¢s c¨ªnica y tambi¨¦n m¨¢s contempor¨¢nea. La historia de un pa¨ªs que se cre¨ªa el centro del mundo sin ser consciente del desastre que acechaba a la vuelta de la esquina no parece tan lejana. "En realidad, hablo de la Espa?a de ahora, somos lo que somos por aquellos siglos de hipocres¨ªa, de religi¨®n omnipresente, de Iglesia, de confesor junto a la oreja del rey diciendo a qui¨¦n hab¨ªa que quemar y a qui¨¦n no, de guerras absurdas, en las que derrochamos todo el oro de Am¨¦rica", se?ala el novelista. "Perdimos el tren de la modernidad por esa Espa?a que nos asfixi¨®. Siempre he dicho que en Trento nos equivocamos de dios. Mientras que los pa¨ªses con futuro apostaban por un dios moderno, comerciante, luterano, un dios abierto que permit¨ªa leer libros y progresar, nosotros apostamos por un dios oscuro, t¨¦trico, de sacrist¨ªa, gru?¨®n y malhumorado que nos dej¨® en la ruina en la que todav¨ªa estamos. Ha habido cretinos, que no han le¨ªdo los libros, que dicen que Alatriste es un canto a la Espa?a imperial. Es mentira. Creo que se han escrito pocas cosas tan descarnadas sobre Espa?a como Alatriste".
Uno de los puntos de contacto de esta serie con el resto de la literatura de P¨¦rez-Reverte es la pasi¨®n por la documentaci¨®n, el estudio profundo de un universo que luego ser¨¢ convertido en literatura. "Una novela es un pretexto estupendo para leer", interrumpe.
"Quise con Alatriste retratar Espa?a de distintas maneras. En El oro del rey explicaba la econom¨ªa; en El sol de Breda, la guerra; en Corsarios de Levante, el Mediterr¨¢neo; en Limpieza de sangre, la religi¨®n y la Inquisici¨®n y en este he querido explicar la pol¨ªtica veneciana, que fue muy importante para Espa?a". Seguramente sea una herencia de su pasi¨®n por el cine cl¨¢sico de Hollywood -y por el cine en general-, pero hay dos elementos que recorren toda la serie: unos secundarios cuidados y reales, llenos de vida, y un malo, el peligroso palermitano Gualterio Malatesta, que est¨¢ a la altura de su oponente. Umberto Eco dec¨ªa que los superh¨¦roes lo son siempre que tengan un enemigo tan grande como ellos. Y la norma se cumple en Alatriste. "Todo h¨¦roe necesita un oponente. Alatriste es un h¨¦roe muy ambiguo: ha torturado, le ha cortado la cara a una mujer, ha matado, no es un personaje nada recomendable. Ha ca¨ªdo en ese lado de la historia, como pod¨ªa haber ca¨ªdo en otro. Esos son los h¨¦roes de verdad, yo he conocido a muchos alatristes, que pod¨ªan haber sido una cosa u otra. Es esencial dotarlo de viejos enemigos con los que, al final, pueda tener una complicidad mayor que con los amigos. A un personaje lo definen tambi¨¦n sus enemigos. Todo aquel que camina por la vida, que se arriesga, que se moja, que pelea, que ama, crea enemigos, deja cad¨¢veres en la cuneta. Vivir significa elegir y tomar partido y cuando tomas partido est¨¢s en un bando. Siempre he desconfiado de los que dicen no tener enemigos: o mienten o son idiotas".
Como no pod¨ªa ser de otra forma en una serie que relata las aventuras de un viejo soldado, la guerra es un elemento importante en Alatriste y tambi¨¦n en las ¨²ltimas novelas de P¨¦rez-Reverte, que durante una parte de su vida se dedic¨® a recorrer como reportero frentes de batalla en medio mundo. El autor ha visto los suficientes combates, y ha le¨ªdo lo bastante sobre ellos, como para saber que pueden cambiar las armas y los lugares, pero que los soldados y la muerte son siempre los mismos. "La guerra es como el alcohol: saca lo que tienes dentro", asegura. "No hay diferencias en c¨®mo se siente el sujeto.Da igual que tengas un lanzagranadas o una espada, la sensaci¨®n de tensi¨®n, de miedo, de soledad no cambia. Mi ventaja es que, al haber vivido un tiempo en esos lugares, puedo prestar a mis personajes impresiones reales... Hay novelistas que escriben desde la imaginaci¨®n, muy respetables, y otros que escribimos desde el recuerdo".
Una saga millonaria
Estas son las siete entregas de la serie de P¨¦rez-Reverte:
- El capit¨¢n Alatriste (1996)
- Limpieza de sangre (1997)
- El sol de Breda (1998)
- El oro del rey (2000)
- El caballero del jub¨®n amarillo (2003)
- Corsarios de Levante (2006)
- El puente de los asesinos (2011)
Babelia
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