La leyenda crece
Espa?a, de la mano de Navarro y Calder¨®n, revalida el t¨ªtulo con una solvencia inalcanzable para Francia - Desde que lo consiguiera Yugoslavia en 1997, nadie hab¨ªa logrado dos t¨ªtulos seguidos
La generaci¨®n de Pau Gasol, Calder¨®n, Navarro y compa?¨ªa lo resiste todo, es inoxidable, inexpugnable. Cuando ese equipo al completo parte en misi¨®n como lo hizo en el Mundial de hace cuatro a?os, en el Europeo de hace dos y en la defensa de la corona esta vez en Lituania, no existe selecci¨®n que le aguante el tir¨®n. No resisti¨® ni siquiera la pretendida mejor Francia de todos los tiempos, otro equipo cuajado de grandiosos jugadores, cinco de la NBA, uno de ellos genio y figura como Tony Parker, y otros titulares destacados en la mejor Liga como Noah, Diaw o Batum.
No le faltaron problemas ni dificultades, pero Espa?a los resolvi¨® con la contundencia de un gigante. Hizo trizas a un estupendo equipo, que hab¨ªa causado una grata impresi¨®n todo el torneo, excepto en la bufonada que perpetr¨® en la segunda fase cuando intent¨® evitar a Lituania y jug¨® a perder ante Espa?a. Francia se rearm¨® para la final, mejor preparada que nunca, consciente de que deb¨ªa superarse para ganar el primer t¨ªtulo de su historia. Y con esa idea en mente, Parker movi¨® el ¨¢rbol defensivo espa?ol con la soltura y vivacidad que le distingue. Cuando no era uno, era otro, pero empez¨® encontrando siempre alg¨²n compa?ero sin marca bajo el aro espa?ol. Y cuando no, ¨¦l mismo se encarg¨® de resolver. Los tiros de Navarro y el estupendo galope con el que Calder¨®n impuls¨® el ataque espa?ol propiciaron un intercambio de canastas sin tregua. Rudy anul¨® a Batum, pero ambos acabaron aportando tambi¨¦n en ataque. A Ricky le cost¨® engancharse al traj¨ªn, perjudicado por dos faltas muy r¨¢pidas sobre Parker y un cuerpo a cuerpo en el que recibi¨® un codazo.
La irrupci¨®n de Ibaka devast¨® al ataque franc¨¦s. Coloc¨® cinco tapones en poco m¨¢s de cuatro minutos. Justific¨® los motivos por los que fue la pasada temporada el mejor taponador de la NBA. Espa?a empez¨® a abrir brecha y a hacer mella en la resistencia psicol¨®gica de los franceses. Se fue hasta los 12 puntos de ventaja (46-34). La batuta estaba en su poder y dirigi¨® el resto de la velada con una maravillosa exhibici¨®n.
Se produjo entonces un desbarajuste del que sali¨® malparado el equipo de Sergio Scariolo. Rudy cometi¨® una falta antideportiva sobre Parker, se caldearon los ¨¢nimos, Batum meti¨® un triple, rob¨® un bal¨®n y Espa?a encaj¨® un parcial de 0-7. Fue el momento id¨®neo para que Pau Gasol regresara a la cancha e impusiera su ley. Y junto a ¨¦l, V¨ªctor Sada, el te¨®rico tercer base, que aport¨® un colch¨®n de garra e inteligencia. Fue providencial, dada la dispersi¨®n e intermitencias de Ricky Rubio a lo largo de todo el torneo y tambi¨¦n en la final.
Los franceses intentaron forzar un punto de inflexi¨®n en el inicio del tercer cuarto. Su agresividad defensiva les permiti¨® acercarse a siete puntos (56-49). Pero lo pagaron con faltas y trasladaron su idea con excesiva precipitaci¨®n en ataque. A partir de ese momento, desatado Navarro, respaldado por los Gasol, movi¨¦ndose todos siempre al comp¨¢s del mejor Calder¨®n, Espa?a condujo por autopista hacia el oro. Fue superior en todo. Parker se qued¨® m¨¢s solo que la una, mientras Navarro se iba hasta los 27 puntos.
Los t¨ªtulos se cuentan, el talento no. Las vicisitudes de un campeonato m¨¢s largo que nunca pueden confundir, torpedear incluso la estrategia. Pero la generaci¨®n de oro del baloncesto espa?ol demostr¨® una vez m¨¢s que siempre est¨¢ ah¨ª, que rara es la vez que pierde pie, que el podio es su h¨¢bitat natural, que no concibe ni le satisface otra cosa que el oro. Lo consigui¨® por segunda vez consecutiva en el Europeo, algo que nadie era capaz de lograr desde la gran Yugoslavia de 1997. Su reto, ahora, no puede ser otro que volver a medirse con la lujosa selecci¨®n de Estados Unidos en los Juegos Ol¨ªmpicos del pr¨®ximo a?o en Londres.
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