"Filmo por miedo o por venganza"
El ruido llegaba desde M¨¦xico: Las razones del coraz¨®n, de Arturo Ripstein, ol¨ªa a premio en San Sebasti¨¢n. El cineasta (Ciudad de M¨¦xico, 1943) volv¨ªa al br¨ªo de t¨ªtulos como La mujer del puerto, Principio y fin (Concha de Oro), La reina de la noche, El coronel no tiene qui¨¦n le escriba o La perdici¨®n de los hombres (segunda Concha de Oro). Todas, escritas por su esposa, Paz Alicia Garciadiego, dotada de un humor inteligente y contundente.
Las razones del coraz¨®n supone la vuelta del maestro mexicano al cine tras cinco a?os sin pel¨ªcula y su debut en un rodaje digital. Los nuevos tiempos han cambiado hasta a los hombres viejos: "He intentado que no sea as¨ª. Desde luego hay valores que se han perdido por completo con el avance de las tecnolog¨ªas. Es un mundo nuevo del que yo ya no formo parte pr¨¢cticamente. Cuando yo era chiquit¨ªn me contaban que la Tierra se iba acabar en el a?o 2.000. Y se acab¨®, efectivamente. No como uno esperaba, con cataclismos, temblores de tierra y fuego, sino como lo pronostic¨® T. S. Eliot. Ya no existen los valores que a m¨ª me hac¨ªan entender las cosas, y entre ellos una de las emociones m¨¢s profundas que era la expectativa, la paciencia. Esto desapareci¨® porque todo debe de ser inmediato y provocar una satisfacci¨®n instant¨¢nea o no vale. Intento que no me afecte, pero...".
"Valores como la paciencia se han perdido con la tecnolog¨ªa"
"La vida es blanco y negro; la realidad, colores. Son cosas diferentes"
Esa mirada ripsteiniana, con sus tiempos, sus respiros y su propia profundidad, est¨¢, seg¨²n su propietario, "completamente alejada de los modos actuales, con ruidos y montajes vertiginosos, que no dejan ver pero hacen sentir... Aunque qu¨¦ sentimientos: como si te montases en una noria, una especie de peligro inocuo. A m¨ª eso no me sirve". ?De verdad se siente expulsado de la actualidad? "Desde luego, somos ruinas del pasado, somos m¨¢s antiguos que los antiguos".
Por ah¨ª viene tal vez el enfrentamiento que ha tenido contra los nuevos cineastas mexicanos como Gonz¨¢lez I?¨¢rritu o Cuar¨®n, a los que considera "muy gringos". Uno de ellos, el guionista y director Guillermo Arriaga, forma parte del jurado. ?Eso le provoca desaz¨®n? "Uno nunca sabe lo que piensan los jurados. Cuando he formado parte de uno he sido muy restringido, porque a m¨ª me gusta lo que me gusta. Deber¨ªan formarlos con otros directores de festivales, cr¨ªticos o gente con arco m¨¢s amplio, que al menos les guste de la A a la M, porque a m¨ª solo me gusta de la B a la C. Espero que en este caso les guste porque s¨ª. Arriaga es un hombre de talento indiscutible cuya obra es completamente opuesta a lo que yo hago". ?Una tercera Concha de Oro es posible? "Bueno, aqu¨ª han sido muy generosos conmigo. Sonar¨¢ a boutade, pero es m¨¢s f¨¢cil ganar un festival que entrar en su concurso. Para lo primero luchas contra una veintena de pel¨ªculas, para lo segundo compites contra 200 o 300. Uno es un sujeto muy vulnerable en un certamen".
El blanco y negro de Ripstein, el que usa para sus mejores obras, es tambi¨¦n peculiar: "La vida es blanco y negro; la realidad, en colores. Y son dos cosas diferentes: esos tonos dan tristeza, desaz¨®n, abandono, humillaciones pero tambi¨¦n con el blanco y negro uno puede enamorarse y morir del todo y resucitar... Yo siempre he visto el cine en blanco y negro, y eso me nutre. Picasso, un d¨ªa reflexionando sobre el Guernica y sus grabados y aguafuertes, dijo una frase muy contundente viniendo de ¨¦l: 'El color debilita'. Ah¨ª queda eso". Y el drama es m¨¢s contundente en blanco y negro: "Claro, porque el melodrama y el blanco y negro pertenecen a la vida imposible, y esa, en el cine, es la ¨²nica posible". Como sus movimientos de c¨¢mara, que gracias al digital son fluidos, largos, profundos. "La sintaxis digital cambia. Es incluyente. Hay distanciamientos y atracci¨®n en el mismo plano secuencia... Hacer planos secuencias es facil¨ªsimo, y por eso los hago. La fluidez es a lo que tiende el cine con m¨¢s ambiciones que aspira a ser arte. Yo quiero lograr ese momento". Por eso sus rodajes son silenciosos, sin distracciones, "aunque divertidos entre toma y toma, porque yo solo disfruto en el proceso de hacer una pel¨ªcula en el rodaje".
La sordidez y el dolor han marcado la carrera de Ripstein como a pocos otros cineastas. "As¨ª me los quito de mi vida. Yo nunca invitar¨ªa a comer a ninguno de mis personajes. No me har¨ªa muy amigo de ellos. Los veo con todo tipo de emociones, pero de lejos. Yo termino filmando por miedo o por venganza. As¨ª me salen las pel¨ªculas".
Babelia
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