El largo viaje desde la pasarela al museo
Gucci celebra su 90? aniversario con la inauguraci¨®n de un centro cultural en un palacio florentino - Exhibir¨¢ piezas hist¨®ricas de la firma y el trabajo de artistas como Bill Viola
Resulta parad¨®jico que en la misma plaza en la que en el siglo XV se celebrara la hoguera de las vanidades, hoy se erijan 90 a?os de historia de la moda. El museo Gucci se inaugur¨® anoche en la Piazza della Signoria de Florencia, el centro del poder civil de la Toscana, en el Palazzo della Mercanzia. Un majestuoso edificio de tres plantas, repartidas en 1.715 metros cuadrados, en el que se conmemora la idea que a principios del siglo pasado se le ocurri¨® a un joven italiano, inmigrante entre Par¨ªs y Londres, Guccio Gucci: traer a Italia la elegancia y fastuosidad de los bolsos y maletas que luc¨ªan los hu¨¦spedes de los hoteles donde trabaj¨® para sobrevivir.
"Hemos abierto al p¨²blico nuestros tesoros ocultos", contaba a EL PA?S horas antes de la inauguraci¨®n Frida Giannini, dise?adora de la firma desde hace nueve a?os y responsable de la idea de encerrar entre vitrinas una disciplina ef¨ªmera, incapaz de mantenerse en un tiempo y un lugar. Los fastos de celebraci¨®n comenzaron a las siete de la tarde de ayer con la visita al museo de una nutrida delegaci¨®n de editoras de moda entre las que se encontraban Anna Wintour, responsable de la edici¨®n estadounidense de Vogue.
La colecci¨®n de arte de Fran?ois Pinault acompa?ar¨¢ a la marca en la aventura
Un vez conseguida la aprobaci¨®n de las batutas de la moda internacional, la c¨²pula de Gucci encabezada por Fran?ois Pinault, presidente del conglomerado PPR (cuyas ventas crecieron en 2010 entre el 24% y el 40% m¨¢s que el a?o anterior) del que forma parte la casa de moda, invit¨® a sus asistentes, entre los que se encontraban Carlota Casiraghi, cuya ropa de montar a caballo cuelga de una de las vitrinas de la exposici¨®n; la actriz Camilla Belle y la familia Pucci, a una cena en el Palazzo Vecchio, sede del Ayuntamiento de Florencia.
"Es nuestra manera de devolver a Florencia una joya: el archivo Gucci", explicaba Giannini. Un legado que se resguarda en el s¨®tano de este palacio desde que hace dos a?os se traslad¨® desde Mil¨¢n a Florencia por mandato de de la dise?adora. Un equipo de arquitectos, dise?adores y empleados de Gucci dirigidos por la modista comenzaron a diseccionar entonces una enorme colecci¨®n para narrar de manera cronol¨®gica la historia de esta casa. "Tenemos piezas desde principios de los a?os treinta. Tratamos de crear un di¨¢logo entre el pasado y el presente bas¨¢ndonos en nuestra filosof¨ªa Forever now", relataba.
En las salas que se reparten por la primera y segunda planta se escucha esa conversaci¨®n a la que se refiere la modista. Las primeras maletas de cebra que ide¨® Guccio Gucci hablan con las pieles, la tendencia de este oto?o. En la sala Precious, el rinc¨®n de las joyas, los tigres que brillan en los apliques de cinturones y bolsos rugen recordando que son los inspiradores de la ¨²ltima colecci¨®n que la firma present¨® hace unos d¨ªas en Mil¨¢n.
Este viaje transcurre tambi¨¦n entre vestidos, mobiliario, vajillas y complementos. Atrezos que Jackie Kennedy, Elizabeth Taylor y Audrey Hepburn -vigilantes desde las paredes del museo- transformaron en protagonistas. "No quer¨ªamos mostrar estas piezas como si se tratara de una tienda o un desfile de moda. Aunque tampoco tenemos la pretensi¨®n de convertirnos en el MoMA", aclaraba Giannini. "El museo mezcla la artesan¨ªa de sus piezas y el arte de la exposici¨®n temporal", se?alaba la creadora, a quien acompa?a muy de cerca en esta parte de la aventura la Fundaci¨®n Fran?ois Pinault, una de los mayores colecciones de arte contempor¨¢neo del mundo.
Frida Giannini es consciente de c¨®mo la moda ha encontrado en los museos el acicate necesario para quitarse la etiqueta de fr¨ªvola y ser casi aceptada como una disciplina art¨ªstica. Aun as¨ª, se aferra a su condici¨®n de dise?ado-ra y deja para Bill Viola la categor¨ªa de artista. El videocreador estadounidense estrena la sala dedicada al arte contempor¨¢neo, en la primera planta. "Mi exposici¨®n se basa en El libro de la muerte de los egipcios, es un viaje desde el nacimiento a la muerte", explicaba Viola en la cafeter¨ªa del museo. Going forth by day distribuye en diversas pantallas los ciclos de la vida. Un juego de im¨¢genes y sonidos hipn¨®ticos para que el visitante "sea consciente de la importancia de vivir", contaba Viola, imbuido en el budismo que practica desde hace a?os.
La celebraci¨®n termin¨® con un peque?o concierto de la banda de rock estadounidense Blondie. Cinco canciones para dar la bienvenida a Gucci a esta plaza donde el Renacimiento se bate en duelo y porte con el David de Miguel ?ngel y el dios Neptuno. Ahora, la moda entra en la batalla con los sue?os de 90 a?os de creaci¨®n y lujo, que se podr¨¢n visitar a partir de ma?ana, cuando el museo abre al p¨²blico.
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