Guerra y paz en el Mallorca
Los Nadal abandonan el club tras el adi¨®s de Laudrup, y Serra Ferrer anuncia la llegada de Caparr¨®s como sustituto del t¨¦cnico dan¨¦s
Una tensa reuni¨®n de m¨¢s de seis horas puso ayer un aparente punto final a la crisis institucional m¨¢s grave que ha vivido el Mallorca tras su entrada en concurso de acreedores en mayo de 2010. Una semana de declaraciones cruzadas entre los miembros del Consejo de Administraci¨®n que ha acabado con la salida de la familia Nadal del accionariado del club y con la llegada de un nuevo entrenador, Joaqu¨ªn Caparr¨®s, a falta de cerrar hoy los ¨²ltimos detalles del contrato.
Los Nadal abandonan el Mallorca en un acto cargado de simbolismo, un mensaje dirigido contra el accionista mayoritario y vicepresidente deportivo, Lloren? Serra Ferrer. La familia del tenista era el principal aval de Michael Laudrup, cuya disputa con Serra Ferrer le acab¨® costando el cargo de entrenador hace una semana. El propio Serra Ferrer anunci¨® ayer la contrataci¨®n de Caparr¨®s, con quien hoy se acabar¨¢n de cerrar los ¨²ltimos flecos de la negociaci¨®n.
"Es una verg¨¹enza", se pronunci¨® Rafael Nadal sobre la salida de Laudrup
Caparr¨®s llega a la isla tras una mala experiencia en el Neuch?tel
La disconformidad de los Nadal con la gesti¨®n de Serra Ferrer se hizo patente en los ¨²ltimos d¨ªas. La primera pista la dio Miquel ?ngel Nadal, que tom¨® las riendas del equipo tras el adi¨®s de Laudrup y atribuy¨® al dan¨¦s el m¨¦rito de su debut con empate ante Osasuna. La familia, representada en el consejo por el abogado Fernando Martos, no se qued¨® ah¨ª. "Es una verg¨¹enza", dijo Rafael Nadal; "como aficionado, me habr¨ªa gustado que las cosas hubieran sido de otra manera". Su t¨ªo Toni Nadal remat¨® el mensaje: "Laudrup prestigiaba al Mallorca. La tensi¨®n es mala cuando es exagerada".
Y la tensi¨®n ha sido mucha. Los Nadal no comprenden el escaso respaldo que Serra Ferrer brind¨® al entrenador que consigui¨® la permanencia con una plantilla rebajada de jerarqu¨ªa, plagada de j¨®venes y fichajes a coste cero. De su misma opini¨®n es el director general nombrado por los administradores concursales, Pedro Terrasa, que, pese a las discrepancias, continuar¨¢ en el club. Los consejeros del entorno de Serra Ferrer le hab¨ªan desacreditado p¨²blicamente en los medios locales alentando la idea de una conspiraci¨®n para derrocar al m¨¢ximo accionista. "Mi impresi¨®n es que el brazo ejecutor de la operaci¨®n es Terrasa. Desde que lleg¨® el club es un marem¨¢gnum de dramas continuos. Hay inter¨¦s en cargarse a Serra Ferrer", dijo el consejero Gabriel Cerd¨¤. "O se va Terrasa o nos vamos nosotros", a?adi¨® su colega Miquel Coca. No ayud¨® a suavizar las tensiones el hecho de que Terrasa agradeciera p¨²blicamente la consideraci¨®n de Laudrup hacia la precaria econom¨ªa del club en el momento de negociar la rescisi¨®n de su contrato. Pero, tras la cumbre de ayer, todo parece haber quedado en mucho ruido y pocas nueces. Coca y Cerd¨¤ se disculparon por sus declaraciones, y Terrasa manifest¨® su lealtad al Consejo.
El anuncio de paz institucional no impedir¨¢ que los administradores concursales designados por el juez sigan velando por la buena gesti¨®n econ¨®mica del club: ayer ratificaron su autorizaci¨®n a Serra Ferrer para realizar operaciones con un tope del 70% del presupuesto. Una tarea que empezar¨¢ hoy mismo con la firma del contrato de Caparr¨®s.
El ext¨¦cnico del Sevilla y el Athletic llega a la isla despu¨¦s de vivir una mala experiencia en el f¨²tbol suizo. Dos meses despu¨¦s de fichar por el Neuch?tel, Caparr¨®s abandon¨® el club entre at¨®nito y ofendido por el trato que dispensaba a sus empleados el m¨¢ximo accionista de la entidad, el empresario checheno Bulat Chagaev. Tras una derrota, el propietario irrumpi¨® en el vestuario acompa?ado de sus dos guardaespaldas y se enzarz¨® en una fuerte discusi¨®n con el t¨¦cnico.
Para su regreso a la Liga ha elegido Caparr¨®s un club en v¨ªas de pacificaci¨®n, pero en el que los nervios de todo el mundo est¨¢n a flor de piel. Su reto es encaminar a un equipo desnortado y evitar que se cumpla el viejo refr¨¢n que reza que m¨¢s vale no salir del fuego para ir a caer en las brasas.
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