40 a?os de utop¨ªa en Christiania
El barrio libre de Copenhague celebra su aniversario solo superado en turistas por La Sirenita
El barrio de Christiania, en Copenhague, zona autogestionada, inspiraci¨®n de hippies y alternativos, celebra 40 a?os de existencia compaginando turismo con autenticidad. "Experimento social" fue el primer apelativo de Christiania. El 26 de septiembre de 1971, un grupo de ciudadanos de la ciudad tomaron una antigua base militar en desuso como acto reivindicativo. No se imaginaban que cuatro d¨¦cadas despu¨¦s -el mes pasado se celebr¨® el aniversario- ser¨ªa un icono global.Desde el momento en el que cay¨® la alambrada de la calle Prinsessegade, las 34 hect¨¢reas en el centro de la capital danesa atraen, e inspiran a alternativos y rom¨¢nticos de todo el mundo. Tanta expectaci¨®n hace que el turista corriente se acerque con exacerbada curiosidad a la zona, que ocupa el segundo puesto en el ranking de lugares m¨¢s visitados de la ciudad, solo por detr¨¢s de La Sirenita.
01 Normas en asamblea
Christiania y sus 865 vecinos celebran este a?o que viven de otra manera. "Est¨¢s entrando en la Uni¨®n Europea": al salir, una cuidada puerta de madera con este grabado separa el distrito alternativo del resto de la capital. En la ciudad libre, otro de sus apelativos, la ley funciona a su manera. Las normas, y prohibiciones, se deciden en asamblea y no coinciden con las del resto del planeta. Una de ellas no reconoce la propiedad privada. Otra permite fumar hach¨ªs.
02 Calle Camello
"Creemos que la marihuana deber¨ªa ser legal, al igual que lo son el alcohol y el tabaco, por eso permitimos su uso y su venta", cuenta uno de los tenderos de Pusher Street, la avenida m¨¢s tur¨ªstica del enclave. Una decena de puestos exhiben, en sus mostradores, bloques de diferentes variedades del alucin¨®geno. Cuando se selecciona una modalidad del muestrario, el pusher (camello, de ah¨ª el nombre de la avenida) vende un cigarrillo aderezado con la sustancia en una probeta. Se puede fumar en las calles o en el caf¨¦ (coffeshop)
Manefiskeren (el pescador de lunas). Si durante el paseo aparece el hambre, Sunshine Bakery (panader¨ªa rayo del sol), atiende 24 horas. Esa permisividad con las drogas blandas, publicitada a ritmo de leyenda urbana, ha sido uno de los argumentos para los sucesivos intentos de expulsar de la zona a sus habitantes, por lo que los vecinos vetan el acceso de c¨¢maras a la transitada calle. Pero no es lo ¨²nico llamativo del enclave.
03 La casa en forma de pl¨¢tano
De los 325 edificios que conforman el espacio, 104 son de origen militar, y algunos, centenarios. Varios constitu¨ªan el per¨ªmetro defensivo de la capital en el siglo XVII. Durante la II Guerra Mundial se instal¨® una base, y cuando acab¨® la contienda, en uno de los barracones se ajustici¨® a criminales de guerra. A finales de los sesenta, tras un decreto real por el que se prohib¨ªa la presencia de armas en la ciudad, qued¨® abandonada hasta su okupaci¨®n-protesta por la falta de zonas verdes y ¨¢reas recreativas para los ni?os. Ahora, las caballerizas se han convertido en el Grey Hall, sala de conciertos y reuniones, y el edificio de intendencia, en cine. Las construcciones m¨¢s modernas son aquellas que han sido erigidas por los lugare?os: una mezcla de roulottes, viviendas prefabricadas y rarezas como La Pir¨¢mide o Casa Banana (esta ¨²ltima fruto de la imaginaci¨®n de unos carpinteros alemanes). "En los inicios, cada persona que deseaba vivir aqu¨ª pod¨ªa construir una casa o instalarse", explica Pits, de 65 a?os, que se mud¨® a Christiania cinco a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n. "Ahora no se pueden hacer m¨¢s casas. Si se vac¨ªa alguna, cada junta de vecinos decide y lo propone a la asamblea".
04 Bandera roja con puntitos
Una tela roja salpicada con tres puntos amarillos es la bandera del seudopoblado. El Museo-Tienda, en el ¨²nico edificio con vistas al resto de Copenhague, profundiza en su historia, adem¨¢s de vender merchandising libertario. Entre sus servicios ofrece recorrer el espacio de la mano de un residente que hace de gu¨ªa. "A algunos vecinos el turismo no les gusta, pero, en general, entendemos el inter¨¦s y las expectativas que produce nuestro modo de vida", contin¨²a Pits. Muchos de los que se acercan esperan encontrar un vecindario okupa lleno de j¨®venes y mercadillos. Esa es la cara comercial, con locales como el pub Woodstock, que es casi un hippy resort, o los puestos de ropa de segunda mano. Recorrer el resto del barrio equivale a dar un paseo por un vecindario cuidado, de una gran belleza natural, con su sauna p¨²blica, sus vecinos jubilados y restaurantes. Eso s¨ª, todo autogestionado y ecofriendly (amistoso con lo ecol¨®gico). En el Morgenstedet se puede comer a ritmo de slow food (comida sin prisas) reivindicativo, ya que el establecimiento vegetariano se abastece de productores locales.
05 Esp¨ªritu de Lennon
Las calles de Christiania son peatonales. El ¨²nico autom¨®vil permitido son las bicis, y se usan para distribuir alimentos o recoger la basura (cuya tasa pagan al Ayuntamiento del mismo modo que la electricidad, el agua o los impuestos de los locales). En general, en el fristaden, como llaman los daneses al ¨¢rea, el arte est¨¢ muy presente. La creatividad era una de las marcas de los j¨®venes sesenteros y, aunque el espacio tiene gui?os punkis, el esp¨ªritu de Lennon domina con guitarras, trabajos manuales y arte. Galloppertiet (un museo con creaciones de artistas locales) es una muestra de ello.
Christiania es casi una isla, metaf¨®rica y f¨ªsicamente, atravesada por un canal cuyas orillas se llenan de gente en cuanto sale el sol. Tiene televisi¨®n y radio propias, y en cinco minutos a pedales se llega al centro de Copenhague. Quiz¨¢ por eso les quer¨ªan expropiar. Normalizar Christiania, denominaba a su plan el Gobierno conservador que acaba de perder las elecciones. "A nosotros no nos importa pagar el alquiler o comprar los terrenos, pero no vamos a irnos", asegura Pits. "El ascenso de la izquierda nos da ox¨ªgeno. Hemos aguantado 40 a?os y vamos a resistir".
? Informaci¨®n: www.christiania.org. Christiania est¨¢ a cinco minutos del centro de Copenhague, en la isla de Christianhvn. La entrada principal est¨¢ en la esquina de las calles Prinsessegade y Badmandsstraede.
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