El PP y su agujero catal¨¢n
Catalu?a ha sido hasta ahora el agujero negro electoral del PP en Espa?a. Lo ha sido porque sus rivales socialistas han obtenido siempre en ella grandes resultados, pero tambi¨¦n porque el espacio social, pol¨ªtico y electoral de la derecha est¨¢ cruzado y dividido por el nacionalismo, y en el reparto al PP le ha correspondido siempre la parte m¨¢s peque?a. Una rama de la derecha vota al nacionalismo catalanista, representado por CiU, y la otra vota al nacionalismo espa?olista encarnado por el PP.
La opci¨®n en alza en toda Espa?a ante la cita electoral del d¨ªa 20, el PP, tiene, por tanto, dos retos en Catalu?a. El primero es acortar significativamente las distancias con los socialistas en uno de sus feudos. Su sue?o es repetir aqu¨ª lo que a mediados de la d¨¦cada de 1990 logr¨® en Madrid y Valencia, donde hasta entonces hab¨ªa un fuerte predominio de la izquierda, encabezada por el PSOE. El segundo reto es acercarse o incluso imponerse al nacionalismo catal¨¢n, redistribuir el peso de ambas fuerzas y avanzar as¨ª en la homogeneizaci¨®n del mapa de la derecha en Espa?a, llenar su agujero negro.
Adem¨¢s de ara?ar diputados al PSC, el PP aspira el d¨ªa 20 en Catalu?a a reequilibrar su peso pol¨ªtico con CiU
La din¨¢mica pol¨ªtica, dominada por una crisis econ¨®mica que el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero no ha podido controlar, le es favorable. El ciclo electoral comenz¨® en Catalu?a con la ca¨ªda de la mayor¨ªa de izquierdas en las elecciones auton¨®micas de noviembre de 2010, continu¨® luego con otra ca¨ªda de la izquierda en las municipales de mayo de 2011 y lleva camino de cerrarse con una tercera ca¨ªda en las legislativas de pr¨®ximo d¨ªa 20. Los sondeos preelectorales no ofrecen dudas sobre la victoria de la derecha, solo las hay acerca de su magnitud. Los mismos sondeos que auguran una victoria del bloque de la derecha se?alan la existencia de una gran bolsa de votantes socialistas indecisos, superior al 20% de su electorado. De c¨®mo se distribuya depende el perfil del resultado.
Si el PSC no es el partido m¨¢s votado en estas elecciones, ser¨¢ su primera derrota en unas legislativas desde 1977 y, por esto mismo, marcar¨¢ un hito hist¨®rico, una rigurosa novedad. Por vez primera, adem¨¢s, el bloque de derechas tendr¨¢ el poder simult¨¢neamente en los tres niveles de gobierno: el estatal, el auton¨®mico y el municipal, incluyendo desde hace cinco meses el Ayuntamiento y la Diputaci¨®n de Barcelona. Un dominio in¨¦dito en la etapa democr¨¢tica, superior incluso al del periodo 1996-2003, cuando PP y CiU estaban al frente de los Gobiernos espa?ol y catal¨¢n, respectivamente. Entre 2004 y 2010, los socialistas y la izquierda gobernaron Espa?a, Catalu?a, Barcelona y tres de las cuatro diputaciones provinciales catalanas. Lo que se avecina es la inversi¨®n total de esta situaci¨®n, la vuelta de la tortilla.
Algunos sondeos, aunque no todos, apuntan a un empate entre CiU y PP e incluso a un adelantamiento del PP a CiU. La tendencia se?ala que CiU se acerca al PSC y el PP se acerca a CiU. Tal redistribuci¨®n dentro de la derecha tendr¨ªa cierto aire de restauraci¨®n de algo ya antiguo si el PP quedara el primero. Est¨¢ por ver hasta d¨®nde sube la marea conservadora, pero el auge del PP reafirmar¨¢ en cualquier caso el fin de tres d¨¦cadas de marginalidad pol¨ªtica de la derecha-derecha en Catalu?a, la que tan c¨®moda y feliz viv¨ªa durante el franquismo. La recuperaci¨®n de posiciones de poder en Catalu?a por esta rama de la derecha llega justamente cuando el centroderecha nacionalista agrupado en CiU por Jordi Pujol tras el franquismo se instala en una suerte de esquizofrenia pol¨ªtica: al tiempo que da por roto el pacto constitucional, considera agotado el sistema auton¨®mico y coquetea con el independentismo, CiU consolida su alianza pol¨ªtica con el PP en el Parlamento catal¨¢n, el Ayuntamiento y la Diputaci¨®n de Barcelona. Practica una pol¨ªtica de acuerdos con el mismo PP que niega rotundamente la plurinacionalidad del Estado, el que abomina del modelo ling¨¹¨ªstico catal¨¢n y el mismo que rechaz¨® y combati¨® el Estatuto de Autonom¨ªa de 2006 con campa?as anticatalanistas en Madrid y Andaluc¨ªa que constituyeron el punto de arranque de su recuperaci¨®n frente al PSOE. El mismo PP que acude a las elecciones con un programa de recentralizaci¨®n de competencias ahora en manos de las comunidades aut¨®nomas.
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