Alimentos, crisis permanente
Los precios de las materias primas superan los m¨¢ximos de hace tres a?os
En 2007 y 2008, el mundo asisti¨® a una subida espectacular de los precios de las materias primas alimentarias, con incrementos entre el 50% y el 200%. Fue la crisis alimentaria m¨¢s grave de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Este incremento supuso un beneficio para los agricultores de los pa¨ªses desarrollados, un negocio para los especuladores y un grave problema para los pa¨ªses pobres ante la imposibilidad de adquirir productos b¨¢sicos para cubrir sus necesidades.
Hoy, tras dos a?os de relativa calma, pero donde los precios nunca volvieron a los niveles anteriores, las materias primas alimentarias se han instalado nuevamente en zona de crisis y han superado incluso los niveles de aquellas fechas en las producciones m¨¢s importantes, como carnes, cereales, l¨¢cteos, aceites y grasas y az¨²car. Desde la propia Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) se advierte una clara inseguridad alimentaria para los pr¨®ximos a?os y que los precios van a seguir subiendo. Eso conlleva un claro riesgo para que millones de personas aumenten la n¨®mina de los ya m¨¢s de 1.000 millones de habitantes del planeta que pasan hambre. La amenaza de que en el plazo de tres d¨¦cadas no haya producci¨®n suficiente en el mundo para alimentar a su poblaci¨®n es creciente.
FAO advierte de las dificultades para producir m¨¢s en todos los pa¨ªses
La superficie de cultivo por persona pasa de 4,3 has en 1960 a 1,5 en 2050
La primera gran crisis de los precios de las materias primas en 2007 y 2008 -al margen de la gran volatilidad en los mercados provocada por los cambios en las pol¨ªticas reguladoras- tuvo su causa principal en el desajuste entre una oferta estabilizada y una demanda al alza por el aumento del n¨²mero de nuevos habitantes con acceso a productos alimentarios en pa¨ªses como Brasil, China o India. En algunos casos, como la Uni¨®n Europea, los elevados excedentes de los a?os ochenta y noventa dieron paso a recortes en las producciones por los cambios en la regulaci¨®n de los mercados.
Esta mayor demanda de productos agrarios coincidi¨® con dos malas campa?as agr¨ªcolas por las malas condiciones climatol¨®gicas, lo que hab¨ªa mermado la oferta y dejado los stocks bajo m¨ªnimos. Al margen de los riesgos normales por las condiciones atmosf¨¦ricas, el cambio clim¨¢tico constituye ya hoy, como hace tres a?os, un nuevo riesgo para el desarrollo de las producciones agr¨ªcolas.
La crisis alimentaria tambi¨¦n respondi¨® al uso extendido de cereales y de grasas para la obtenci¨®n de bioetanol y biodi¨¦sel, sobre todo en Estados Unidos. Otra causa de que se agravara la crisis fue la decisi¨®n de algunos Gobiernos de cerrar fronteras al comercio para la exportaci¨®n, lo que origin¨® m¨¢s especulaci¨®n, el desabastecimiento y la subida de los precios con mayores p¨¦rdidas y dificultad de acceso a las mismas en los pa¨ªses m¨¢s pobres, as¨ª como un mayor coste para los desarrollados. Finalmente, otra de las causas m¨¢s importantes de la crisis fue la entrada de los fondos de inversi¨®n en los mercados de estas materias primas, donde se estimaba que m¨¢s del 30% del precio alcanzado por las mismas correspond¨ªa a inversiones puramente financieras.
Frente a los movimientos especulativos, los pa¨ªses del G-20, bajo el mandato del Gobierno franc¨¦s, propusieron hace unos meses un plan para erradicar las tensiones en el mercado mundial de los productos alimentarios. Esta estrategia contempla tanto un aumento en los niveles de producci¨®n, con m¨¢s inversiones en investigaci¨®n, como la mejora de los servicios de informaci¨®n y control de los mercados de futuros para evitar situaciones de especulaci¨®n artificial. No sale adelante la propuesta para la constituci¨®n de un stock mundial para momentos de tensi¨®n. La llegada de esta segunda crisis no ha dado tiempo al desarrollo de estas iniciativas.
Tras los graves problemas de precios en 2007 y 2008, el escenario en los dos ejercicios siguientes ha sido un incremento de las producciones en los pa¨ªses desarrollados y con capacidad de invertir para sacar partido a las elevadas cotizaciones. En paralelo, cay¨® la demanda en pa¨ªses pobres por la dificultad para comprar. Ello se reflej¨® en un recorte de precios, pero nunca hasta los niveles anteriores a 2007.
En los ¨²ltimos 12 meses se han repetido las causas que provocaron la crisis hace cuatro a?os, fundamentalmente por el aumento de la demanda en pa¨ªses emergentes o en v¨ªas de desarrollo, por el incremento de la poblaci¨®n y la ca¨ªda de los stocks. Tanto para la FAO como para otras organizaciones e instituciones, el problema ya no es que se haya producido esta nueva crisis, sino el convencimiento de que ha llegado para quedarse y que los problemas alimentarios en el mundo se van a agravar en las pr¨®ximas d¨¦cadas, especialmente por el aumento de la poblaci¨®n y las dificultades para aumentar las producciones.
Frente a los 4.000 millones de habitantes de 1975 se ha pasado a 7.000 milones en 2011 y la previsi¨®n de 8.500 en 2025. Para Oxfam, la demanda alimentaria para 2050 crecer¨¢ en un 70%. Desde C¨¢ritas se abunda en la necesidad de apoyar las inversiones en pa¨ªses pobres para aumentar su capacidad de producir. Y desde la propia FAO se ponen interrogantes a la existencia de alimentos suficientes en 2050 para la poblaci¨®n mundial si no hay cambios en las pol¨ªticas de producci¨®n.
Uno de los problemas a superar, al margen de los riesgos que supone el cambio clim¨¢tico, es la dificultad para aumentar las superficies de cultivo en el mundo. En 1960 eran 4,3 hect¨¢reas por habitante; hoy son 2,1 hect¨¢reas, y en 2050 ser¨¢n solo 1,5 hect¨¢reas. En consecuencia, es indispensable aumentar la productividad. Ese incremento no podr¨¢ ser ya muy elevado en pa¨ªses desarrollados, solo el 1% anual. Por el contrario, puede ser alto en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, m¨¢s de un 10%, pero siempre que tengan las inversiones suficientes para mejorar todas sus estructuras.
En este escenario, el panorama que se vislumbra desde la propia FAO es que entre 2015 y 2020 los precios del arroz se incrementen en un 40%, en un 27% los del trigo, un 48% los del ma¨ªz y el 36% los de las semillas oleaginosas frente a las cotizaciones registradas entre 1998 y 2003. Sin duda, la alimentaci¨®n ser¨¢ m¨¢s cara.
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