Un parto de miedo

Quiz¨¢ el aficionado ortodoxo al cine de terror jam¨¢s estar¨¢ dispuesto a entender (y respetar) la mutaci¨®n del arquetipo vamp¨ªrico que proponen la saga de novelas de Stephenie Meyer y sus casi instant¨¢neas adaptaciones cinematogr¨¢ficas. No obstante, el secreto de su ¨¦xito no responde a razones arcanas: Crep¨²sculo parte de algo tan condenado al ¨¦xito como la domesticaci¨®n / neutralizaci¨®n de los componentes transgresores de un mito eterno para el consumo, un tanto acr¨ªtico, del mercado adolescente. Al conjunto se suma la mec¨¢nica narrativa de la ficci¨®n rosa de toda la vida, algunos gui?os est¨¦ticos al yaoi -el subg¨¦nero manga de historias de romance homo-er¨®tico para p¨²blico femenino- y la traslaci¨®n al lenguaje de la moda para grandes superficies de la est¨¦tica g¨®tica. El vampiro vegetariano es, pues, un aut¨¦ntico signo de los tiempos para esta era que parece promover conceptos tan aparentemente parad¨®jicos como el margarita sin alcohol o la pornograf¨ªa sin sexo.

Primera parte -al modo Harry Potter- de la cuarta y ¨²ltima entrega de la serie, Amanecer proporciona m¨¢s de lo mismo: una rutinaria traducci¨®n del original para unos incondicionales que la celebrar¨¢n s¨ª o s¨ª... y buenas dosis de humor involuntario para el esc¨¦ptico, que aqu¨ª podr¨¢ regodearse no solo con relamidas l¨ªneas de di¨¢logo, sino tambi¨¦n con estampas que recrean la grimosa est¨¦tica del p¨®ster rom¨¢ntico de pareja-desnuda-abraz¨¢ndose-en-el-mar-bajo-la-luz-de-la-luna. El conjunto es agresivamente est¨¢tico, pero se nutre de Grandes Momentos: la sucesi¨®n de una boda muy yaoi -pero sin amor gay-, una luna de miel de resort exclusivo, que explota a conciencia la est¨¦tica del apocalipsis de alcoba tras un polvo salvaje, y la tensa espera del brutal parto que estalla como toda una invitaci¨®n a la abstinencia.

Habr¨¢ quien se entristezca al ver algunos nombres de prestigio involucrados en tan desganado ejercicio de fastfood visual para adolescentes -Bill Condon, Carter Burwell, Guillermo Navarro-, pero este cr¨ªtico solo lamenta que los responsables de la franquicia no hayan sido lo bastante valientes como para encargarle el trabajo a Lars von Trier: su ¨¦pica del sufrimiento femenino y las conexiones Ordet del desenlace hubiesen sido, sin duda, buen material para el dan¨¦s.