EE UU tambi¨¦n cuece habas
Con la que est¨¢ cayendo en Europa, muchas veces nos olvidamos de que en otras ¨¢reas del mundo tambi¨¦n cuecen habas. Ese es el caso de Estados Unidos, que se enfrenta el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 23 de noviembre a otra encrucijada similar a la que en agosto pasado acab¨® con una rebaja de calificaci¨®n de su deuda p¨²blica por parte de Standard & Poor's. Ese d¨ªa, el subcomit¨¦ creado en agosto para plantear las pol¨ªticas de recortes del d¨¦ficit p¨²blico (seis senadores y seis congresistas, divididos a partes iguales entre dem¨®cratas y republicanos), tiene que presentar la propuesta de reducci¨®n de 1,5 billones de d¨®lares para los pr¨®ximos 10 a?os. En caso contrario, la inestabilidad est¨¢ asegurada.
Los problemas a uno y otro lado del Atl¨¢ntico se retroalimentan, y la ola llega cada vez m¨¢s fuerte
El mi¨¦rcoles 23, un grupo de expertos debe presentar un plan de recortes por 1,5 billones de d¨®lares
En los ¨²ltimos d¨ªas han empezado a saltar las alarmas ante una nueva crisis pol¨ªtica y econ¨®mica en Estados Unidos. El mi¨¦rcoles 16, el Departamento del Tesoro anunci¨® que la deuda federal hab¨ªa sobrepasado, por primera vez en su historia, los 15 billones de d¨®lares. Para que nos hagamos una idea -sin confundirnos entre billions y trillions-, la deuda total, con todos sus n¨²meros, ascend¨ªa al cierre del pasado martes a 15.033.607.225.920 d¨®lares. Una cifra de 14 d¨ªgitos, que equivale al Producto Interior Bruto de EE UU. Hay que recordar, adem¨¢s, que el techo fijado para la deuda estadounidense hasta agosto pasado era de 14,2 billones.
Coincidiendo casi con este anuncio, la primera agencia china de calificaci¨®n crediticia, Dagong Global Credit Rating, advert¨ªa la semana pasada que podr¨ªa volver a rebajar la calificaci¨®n de la deuda soberana de EE UU despu¨¦s de que en agosto lo hiciera de A+ a A, y 12 meses antes, de AA a A+. La causa que esgrimen los analistas chinos es el aparente fracaso del Congreso norteamericano para presentar sus propuestas de recorte del d¨¦ficit p¨²blico a que se comprometieron en verano.
Dagong, fue fundada en 1994 por el Gobierno chino y el Banco de China y es la ¨²nica agencia de ese pa¨ªs que analiza deuda soberana internacional. Y teniendo en cuenta que un tercio de la deuda externa de Estados Unidos est¨¢ en manos de este pa¨ªs, la opini¨®n que pueda dar Dagong es mucho m¨¢s importante que los rating que puedan poner las tres grandes estadounidenses.
El presidente de esta agencia, Guan Jianzhong, declaraba hace una semana a la cadena de televisi¨®n Al Yazira (declaraciones recogidas por el diario brit¨¢nico The Guardian), que "las medidas que pueden tomar en EE UU estos momentos no son muy efectivas, as¨ª que tienen la otra v¨ªa de depreciar el d¨®lar e imprimir m¨¢s dinero, cosa que empeorar¨¢ las cosas, porque afectar¨¢ a su cr¨¦dito y a sus posibilidades de pagar la deuda".
Estas declaraciones est¨¢n en l¨ªnea con la doctrina oficial china respecto a la pol¨ªtica fiscal estadounidense desde hace algunos meses. Altos mandatarios chinos han llegado a hablar de "adicci¨®n" estadounidense a la deuda p¨²blica, e incluso, a decir que "el Gobierno de EE UU tiene que darse cuenta de que los viejos tiempos en los que pod¨ªa endeudarse sin problema ya han pasado".
La falta de sinton¨ªa entre ambos Gobiernos qued¨® tambi¨¦n patente la semana pasada en Hawai, durante la cumbre de pa¨ªses de Asia-Pac¨ªfico, en donde volvieron a surgir las tensiones entre las dos mayores econom¨ªas del mundo. Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de China, Hu Jintao, presentaron visiones contrapuestas sobre las reglas que deben regir las relaciones econ¨®micas, financieras y comerciales internacionales.
Al margen de estas relaciones, Obama tiene serios problemas internos que debe lidiar en un a?o electoral (en noviembre de 2012 hay elecciones presidenciales en EE UU). El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de revisar a la baja las previsiones de crecimiento econ¨®mico estadounidense para 2011 (del 2,5% al 1,6%) y para 2012 (del 2,7% al 2,0%), mientras que la mayor¨ªa republicana en el Congreso tiene paralizadas cerca de 30 reformas y propuestas econ¨®micas del presidente para intentar reactivar la econom¨ªa. Adem¨¢s, el efecto contagio de la crisis de la deuda soberana de la Eurozona sobre la econom¨ªa de EE UU preocupa cada vez m¨¢s en Washington y Nueva York. El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, afirmaba hace pocos d¨ªas que "un aumento de las tensiones financieras en Europa provocar¨ªa un bloqueo del cr¨¦dito, una retirada de la financiaci¨®n a corto plazo y una ca¨ªda de las Bolsas". Estas declaraciones fueron previas al fracaso de la cumbre del G-20 en Cannes y a los ¨²ltimos terremotos financieros en Europa provocados por la "tragedia griega" y "la opereta italiana".
Claramente, EE UU y Europa est¨¢n asistiendo a un escenario en el que los problemas a uno y otro lado del Atl¨¢ntico se van retroalimentando y la ola llega cada vez m¨¢s fuerte a cada lado. Por eso, al igual que los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea tienen que seguir haciendo sus deberes de ajuste fiscal y reformas estructurales, Estados Unidos est¨¢ obligado a cumplir con los compromisos adquiridos este verano sobre equilibrio fiscal.
No se trata solamente de presentar el pr¨®ximo mi¨¦rcoles las propuestas de reducci¨®n del d¨¦ficit de los 1,5 billones de d¨®lares citados. Es algo mucho m¨¢s profundo. El Congreso de Estados Unidos deber¨ªa plantear un acuerdo a m¨¢s largo plazo que permita gobernar a la Administraci¨®n de turno con m¨¢s margen de actuaci¨®n, dentro de los l¨ªmites de ese pacto de estabilidad. Como en Europa, tambi¨¦n en EE UU es el momento de la pol¨ªtica, con may¨²sculas.
CONCLUSIONES : Avanzar hacia una Europa ¨²nica
El debate sobre una posible Europa a tres velocidades ha tenido una vida muy corta. Enseguida se ha entendido como un globo sonda y una especie de presi¨®n sobre los pa¨ªses que m¨¢s arrastran los pies para que se pongan las pilas. Los expertos de Economismo reconocen que hay varias velocidades en Europa, pero que hay que avanzar hacia una sola UE. Todo lo dem¨¢s son errores pol¨ªticos. Estas son algunas de las opiniones.
Mauro Guill¨¦n. Tenemos que desmitificar el asunto de las velocidades. La construcci¨®n de un espacio econ¨®mico y social en Europa siempre se ha producido a varias velocidades. Lo que tenemos que replantearnos es qu¨¦ beneficios aporta la moneda ¨²nica y qu¨¦ costes. Algunos pa¨ªses perif¨¦ricos a lo mejor estar¨ªan mejor fuera del euro y los pa¨ªses m¨¢s competitivos se benefician claramente de la moneda ¨²nica. Entre los dos grupos se encuentra Espa?a, que no es ni tan competitiva como Alemania, ni tan atrasada como Grecia. No podemos seguir confundiendo la realidad con los deseos. Todos queremos una Europa unida, din¨¢mica y pr¨®spera, pero la Europa a 27 es muy diversa como para tener una moneda ¨²nica fuerte y estable.
Joaqu¨ªn de la Herr¨¢n. El ruido de las declaraciones recientes sobre Europa a varias velocidades no se corresponde con la posible trascendencia pr¨¢ctica de las mismas. El problema es que cuando, casi por gen¨¦tica, se convive con diferentes velocidades, en momentos de tensi¨®n como el actual se produce la tentaci¨®n de amenazar a los peores de la clase con abandonarle a su suerte como no espabile. Las distintas velocidades pueden acomodarse y hacerse compatibles siempre que los que tienen que ir a la cabeza y tomar la iniciativa, las instituciones europeas, no sean precisamente las que suponen el peor lastre.
Santiago Carb¨®. El asunto de la Europa a tres velocidades es un marco te¨®rico de referencia, que revela una realidad econ¨®mica y una desigualdad importante entre pa¨ªses. Da la sensaci¨®n de que se est¨¢ tratando de buscar una declaraci¨®n de intenciones en la que cada pa¨ªs manifieste si est¨¢ dispuesto a ceder soberan¨ªa fiscal y afrontar reformas para una mayor cohesi¨®n y coordinaci¨®n en la eurozona. En este punto, sigue existiendo una gran resistencia pol¨ªtica para caminar en esa direcci¨®n, por lo que aumenta la probabilidad de que ese concepto difuso de Europa a varias velocidades acabe por materializarse.
Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez. Creo que ya se puede hablar abiertamente de una Europa donde el objetivo ¨²ltimo sea una soberan¨ªa ¨²nica fiscal y unidad pol¨ªtica. Cuando se habla de varias velocidades nos referimos a la posibilidad o no de aceptar este ¨²ltimo objetivo. Algunos Gobiernos no estar¨¢n dispuestos a pagar el sacrificio y otros s¨ª. La cuesti¨®n a debatir ser¨¢n las contrapartidas de aquellos pa¨ªses que pierdan soberan¨ªa: eurobonos, solidaridad financiera, credibilidad..., y los costes que deber¨¢n asumir los que se queden fuera.
Guillermo de la Dehesa. La filtraci¨®n ha sido una estratagema para meter m¨¢s presi¨®n sobre Italia y no iba en serio. Pero ha sido una mal¨ªsima idea con efectos muy negativos sobre los inversores al crear m¨¢s temor e incertidumbre. Solo podr¨ªa hacerse a trav¨¦s de una "cooperaci¨®n reforzada". En lugar de tomar, por fin, una decisi¨®n clara y tajante para recuperar la confianza de los inversores y de sus ciudadanos, los l¨ªderes pol¨ªticos siguen creando cada vez m¨¢s ruido e incertidumbre, acerc¨¢ndonos cada vez m¨¢s al abismo. La desconfianza es cada vez mayor tras dos a?os tomando decisiones equivocadas. No puede hacerse peor y con mayor coste econ¨®mico y social.
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