Merkel entierra el debate sobre los eurobonos y el papel del BCE
La canciller impone sus tesis frente a Sarkozy y Monti e insiste en reforzar la uni¨®n fiscal y monetaria mediante sanciones a los pa¨ªses incumplidores
Nicht. Eso dijo ayer la canciller Angela Merkel entre las brumas y el intenso fr¨ªo del bajo Rin. No a los eurobonos. No a los pr¨¦stamos ilimitados del Banco Central Europeo. No, siquiera, a hablar del BCE, porque el organismo "es independiente". Es decir, no se toca, ni se tocar¨¢. Y s¨ª a la uni¨®n fiscal y a los castigos a los pa¨ªses que no se acojan a la nueva disciplina. S¨ª, tambi¨¦n, a Mario Monti, nuevo primer ministro italiano, un s¨ª incondicional a su "impresionante" bater¨ªa de medidas y reformas para Italia, quiz¨¢ para tocarle un poco la moral al presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, que sali¨® cabizbajo de la trilateral de Estrasburgo.
La canciller lleg¨® tarde a su cita porque su avi¨®n se averi¨® antes de salir, pero tuvo tiempo de dar un golpe de mano que parece definitivo al directorio franco-alem¨¢n. Alemania impuso a Francia e Italia (entre los tres pa¨ªses, un 70% del PIB de la zona euro) el men¨² largo y estrecho del Bundesbank: la reforma de los tratados para reforzar la uni¨®n monetaria y fiscal, con sanciones a los pa¨ªses d¨ªscolos, ser¨¢ propuesta antes de la pr¨®xima cumbre del 9 de diciembre.
Monti ve necesario redise?ar los planes de estabilidad si la crisis se agrava
Los bonos europeos impedir¨ªan ver d¨®nde est¨¢n los problemas, seg¨²n la canciller
Nada nuevo bajo el sol, por tanto, salvo que la canciller ha dejado, de momento, sin postre a Bruselas y a Roma, que abogaban por avanzar en la creaci¨®n de eurobonos, y ha castigado sin merienda a Par¨ªs, que hasta ayer mismo reclamaba una mayor implicaci¨®n del BCE en los mercados de deuda.
Si los s¨ªmbolos cuentan, la minicumbre de Estrasburgo entre la canciller, el presidente franc¨¦s y el primer ministro italiano dej¨® algunos detalles interesantes. Il Professore no defraud¨® en su debut internacional: solo con su aplomo y su elegancia basta para que la pesadilla Berlusconi parezca un recuerdo de otra ¨¦poca.
Aunque ven¨ªa como invitado de piedra, Monti, que para eso es tambi¨¦n ministro de Econom¨ªa, domina bastante mejor que sus nuevos colegas la materia del momento, y tras invitar a ambos a Roma para seguir conversando, dej¨® caer la que quiz¨¢ sea la ¨²nica noticia buena de la cumbre: se comprometi¨® a llevar a Italia al d¨¦ficit cero en 2013, pero plante¨® la necesidad de revisar los planes de ajuste de cada Estado si la situaci¨®n sigue empeorando o Europa "cae en una recesi¨®n mayor".
Por lo dem¨¢s, la minicumbre hab¨ªa terminado en realidad antes de empezar: el El¨ªseo dio de comer a los m¨¢s de 100 periodistas acreditados salchichas con repollo, casi una forma freudiana de anunciar que Francia ha dejado de luchar por sus ideas y va a transigir con todo lo que desee la primera econom¨ªa de Europa.
Lo primero que dijo un Sarkozy visiblemente irritado, nada m¨¢s acabar la reuni¨®n a tres bandas de una hora y presentarse ante la prensa, fue lo siguiente: "El BCE no est¨¢ en el debate, y hay que dejar de hablar para bien o para mal del instituto emisor, porque es independiente".
Quedaba zanjado as¨ª el ¨²nico asunto que Francia puso sobre la mesa, lograr que Fr¨¢ncfort sea el prestamista de ¨²ltimo recurso y ayude a los pa¨ªses con deudas soberanas en dificultades. Por ejemplo, a Francia. Aunque el inquilino del El¨ªseo neg¨® que est¨¦ "cada media hora" viendo lo que pasa en los mercados, Sarkozy siente la presi¨®n sobre la triple A francesa en los talones. Y le va su reelecci¨®n en ello. Pero sus anhelos chocaron de nuevo con el muro alem¨¢n.
Para tratar de justificar el fracaso, Sarkozy afirm¨®: "Podemos ser cabezones o dar un paso atr¨¢s. Francia tiene una cultura y Alemania otra, intentamos entendernos lo mejor posible y hablo todos los d¨ªas con la se?ora Merkel. Pero ?de verdad cre¨¦is que eso significa que estamos de acuerdo en todo? ?Ojal¨¢!", se respondi¨®.
Merkel fue, como suele, directa al grano: "Para conseguir una moneda com¨²n estable y que cuente con la confianza de todo el mundo solo hay un camino, y este pasa por modificar los tratados para darnos una uni¨®n fiscal con m¨¢s integraci¨®n pol¨ªtica que permita sancionar a los pa¨ªses que no cumplen", se?al¨®.
Sobre este asunto, Monti apunt¨® con el dedo: "La p¨¦rdida de credibilidad del Pacto de Estabilidad en el pasado se debe al hecho de que Alemania y Francia en 2003 no cumplieron con los objetivos y, con la complicidad del Gobierno italiano que entonces dirig¨ªa el Ecofin, se lo pasaron por alto". "Fue un gran error", a?adi¨® Monti, y record¨® que ¨¦l, desde la Comisi¨®n, consigui¨® que se denunciase al Consejo Europeo por la violaci¨®n del Pacto.
La canciller asumi¨® la culpa de Berl¨ªn y desliz¨® que es preciso acelerar la idea de las dos velocidades: "Creemos en un euro fuerte y estable que sea apreciado como moneda en todo el mundo y vamos a hacer lo imposible por defenderlo", a?adi¨®. "Eso implica que tenemos que tener m¨¢s confianza rec¨ªproca y colaborar mucho m¨¢s estrechamente entre los pa¨ªses del euro".
Sobre los eurobonos, defendida desde Bruselas por la Comisi¨®n con cr¨ªticas directas a la propia Merkel, la canciller se mostr¨® inamovible. "Aprecio los proyectos de la Comisi¨®n sobre la disciplina fiscal, pero los eurobonos tienen un problema". Seg¨²n explic¨®, los bonos de la estabilidad, "igualar¨ªan las tasas de inter¨¦s de todos los pa¨ªses y eso nos impedir¨ªa saber d¨®nde est¨¢n los problemas". "Antes de la crisis, todas las tasas estaban en el mismo nivel y si hacemos las cosas bien el mercado las volver¨¢ a igualar", defendi¨®.
Monti, en cambio, defendi¨® que, cuando la integraci¨®n sea mayor, los eurobonos pueden ser un factor que refuerce la estabilidad. Il Professore acogi¨® con fervor la uni¨®n fiscal: "Nos dar¨¢ reglas y mecanismos seguros para estabilizar la eurozona y eso servir¨¢ para desdramatizar cosas que ahora nos parecen peligrosas. Con la uni¨®n fiscal todo es posible, sin ella, todo puede resultar peligroso".
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