En Bogot¨¢ no se sale, se rumbea
'Lulada', 'busetas' y las maravillosas piezas de oro de las culturas ind¨ªgenas. La capital colombiana, a 2.600 metros de altura, es un hervidero de buenos restaurantes y locales para bailar sin parar
En una de las publicidades que promocionan Bogot¨¢ se dice que el viajero se sentir¨¢ 2.600 metros m¨¢s cerca de las estrellas. Es cierto. La altura se constata al caminar. No pasa desapercibida para el viajero, an¨®nimo entre los m¨¢s de ocho millones de personas que convierten Bogot¨¢ en una Babilonia llena de discrepancias, sorpresas y demoras. Adem¨¢s, es parad¨®jica: tiene un clima ciclot¨ªmico. Quien venga pensando que esto es el Caribe se equivoca. Si amanece con sol, coja un paraguas. Si llueve a c¨¢ntaros, salga en manga corta. Si ve el cielo permanentemente encapotado y llueve cada d¨ªa de dos a tres, sepa que ma?ana ser¨¢ igual. Aprenda tambi¨¦n esta palabra: tranc¨®n, significa atasco y los hay para todos los gustos en cualquier calle; m¨¢s o menos como las arepas, esa comida tan divina.
10.00 Imprescindible, una 'lulada'
Lo primero es formarse una composici¨®n de lugar y hacerse un mapa, aunque sea mental. Bogot¨¢ se entiende a partir de Candelaria, el barrio m¨¢s pintoresco, hist¨®rico y bohemio. La plaza de Bol¨ªvar (1) es el punto de referencia. Entre palomas y vendedores ambulantes, parece que el tiempo se haya detenido. Pese a la apariencia popular, es muy oficial: a un lado est¨¢ el Capitolio Nacional; al otro, el Palacio de Justicia; al otro, el Palacio Li¨¦vano (sede de la alcald¨ªa), y al otro, la catedral.
En Candelaria se contabilizan nueve museos. El Botero (2) (Calle 11, 4-41; martes cerrado; gratuito) es imprescindible. Exhibe la colecci¨®n que el pintor y escultor colombiano don¨® a la ciudad (tanto obras suyas como de otros artistas). Un lujazo. Atenci¨®n a la Librer¨ªa Fondo de Cultura (Calle 11, 5-60). Perderse en ella es f¨¢cil e hipnotizador. Resulta especialmente agradable sentarse a tomar un caf¨¦ en la terraza del caf¨¦ Juan Valdez. Ambos se ubican en el Centro Cultural Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez (3) (www.fce.com.co; Calle 11, 5-60), obra del arquitecto Rogelio Salmona, referencia arquitect¨®nica de la ciudad, autor, entre otros edificios, de las famosas Torres del Parque que aparecen en las postales de Bogot¨¢ detr¨¢s de la plaza de toros y de la Biblioteca P¨²blica Virgilio Barco (4) (avenida Carrera 60, 57-60), su obra m¨¢s recomendable. La casa natal de don Rufino Jos¨¦ Cuervo (5) (Calle 10, 4-69; www.caroycuervo.gov.co), ilustre fil¨®logo del XIX, no es nada tur¨ªstica y s¨ª muy interesante. Aqu¨ª estudi¨® a conciencia y tambi¨¦n instal¨®, junto a su hermano, la primera f¨¢brica de cerveza del pa¨ªs (cerveza de Cuervo). No hay que perderse una lulada (o jugo de lulos, unas frutas de sabor ¨¢cido) en Fulanitos (Calle 3, 8-61), a ser posible en la terraza. Y no est¨¢ de m¨¢s una visita al hotel de la ?pera (Calle 10, 5-72; www.hotelopera.com.co), junto al teatro Col¨®n - F, y pedir permiso para acceder a la c¨²pula o mirador. Si la carta de comida no le convence, la panor¨¢mica lo har¨¢.
13.00 34.000 objetos de oro y tumbaga
El Museo del Oro (7) (calle 5 esquina 16) merecer¨ªa un cap¨ªtulo aparte. No hay que ser indeciso a la hora de visitarlo. Posee la colecci¨®n de orfebrer¨ªa prehisp¨¢nica m¨¢s importante del mundo: 34.000 piezas de oro y tumbaga (oro y cobre) y vestigios de diferentes culturas ind¨ªgenas colombianas como calima, tolima, quimbaya... No lejos de all¨ª, si le gustan las librer¨ªas con sustancia, puede investigar en Lerner (8) (www.librerialerner.com.co). M¨¢s conveniente es visitar la Universidad de los Andes (9), en la Calle 116. No para estudiar, sino para subir hasta su terraza. Hay que apa?¨¢rselas para entrar, pero ser¨¢ recompensado por unas vistas entusiastas. Si le apetece comer est¨¢ cerca del barrio de la Macarena, reciclado y de moda. Puede echarse a perder ante la carta de ceviches de La Esquina (10) (Carrera 4 A, 26; www.cevicherialaesquina.com). Si usted es m¨¢s de carne encontrar¨¢ parrillas como La Jugueter¨ªa (11) (Calle 27, 4-03), donde comer¨¢ sinti¨¦ndose Peter Pan.
16.00 Lecci¨®n de urbanidad
La S¨¦ptima L es una carrera (avenida) omnipresente e infinita. Atraviesa toda la ciudad y vaya donde vaya acabar¨¢ circulando por ella. Para moverse se recomienda el taxi. Es barato y los hay a patadas. En todos suena salsa. Tambi¨¦n puede tomar una buseta (bus). Si se decide y ve una que le interese, levante la mano y se detendr¨¢. Maravilloso.
Los billares son otra constante al inicio de la s¨¦ptima, all¨ª podr¨¢ revivir el nebuloso ambiente del arranque de la estupenda novela de Juan Gabriel V¨¢squez El ruido de las cosas al caer. Pero entre todos esos bares hay uno que succiona: Los Billares Londres (13), (Calle 7, 21-91), absolutamente memorable. Es un espacio m¨ªtico de la noche bogotana, suele ser escogido para celebrar estrenos de cine o fiestas. A media cuadra, un sugerente secreto: el espacio cultural A seis manos (www.aseismanos.blogia.com).
18.00 Pasi¨®n por la comida
Llega la hora de mudar de barrio. Usaqu¨¦n es un cl¨¢sico. No solo por su Mercado de Pulgas (14), reducto para turistas, sino tambi¨¦n por su animado talante. Hasta 1777 fue un poblado ind¨ªgena, hoy es un hervidero comercial. En su parque Central (15) existen gran variedad de ¨¢rboles y unos se?ores que empiezan a hablar mientras acumulan gente a su alrededor. Son cuentacuentos y tienen muchos seguidores. Bogot¨¢ resulta insuperable en cuanto a tentaciones gastron¨®micas. Para todos los gustos y todos los bolsillos. Desde el corrientazo en el que probar la bandeja paisa por un euro, hasta el glamour de Astrid & Gaston (16) (Carrera 7, 67-64), pasando por las generosas hamburguesas de El Corral. Tambi¨¦n est¨¢ la cocina francesa de los hermanos Rausch (Jorge y Mark, el chef pastelero) en Criteri¨®n (Calle 69 A, 5-75) y All¨¢n (Calle 93, 11 A-31). El barrio de Usaqu¨¦n pone de manifiesto esa tendencia pasional por la cultura culinaria. Un ejemplo primordial es Abasto (17) (Calle 6, 119b 52). Recu¨¦rdelo, hay que probarlo, s¨ª o s¨ª. El concepto 'celebraci¨®n' de la comida es llevado al extremo por Andr¨¦s Carne de Res (18) (www.andrescarnederes.com). Radical, exagerado y l¨²dico. Cerca del parque de la 93 hay que ir al caf¨¦ librer¨ªa Pr¨®logo (19) (Calle 96, 11-46), una verdadera joya que transmite calma e intelectualidad.
21.00 El club de Carlos Vives
La noche de Bogot¨¢ hay que exprimirla. Para tomar fuerzas, una opci¨®n de cena entra?able es, en la animada Zona T, Casa (20) (Calle 13, 85-24) ideal para compartir platos y relamerse. Por estas calles las posibilidades de tomar una copa o seguir de rumba se van desplegando. Armando Records (21) (Calle 85, 15) est¨¢ muy de moda y es agradable, sobre todo su terraza. Si prefiere salsa, la cosa se embala. Tome nota de estas opciones: Gaira (jueves, viernes y s¨¢bados; Calle 13, 96-11, propiedad de Carlos y Guillermo Vives): el delirio le espera. Son Salom¨¦ (22) (Calle 7, 40-31): no ver¨¢ ni un turista, ?genuinamente bogotano! El Titic¨® (Calle 64, 13-35): para darlo todo. Desde la pista se sentir¨¢ 2.600 metros m¨¢s cerca de las estrellas.
? Use Lahoz es autor de la novela La estaci¨®n perdida (editorial Alfaguara).
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