La cumbre deja la soluci¨®n de la crisis de deuda en manos del BCE
El acuerdo abre la puerta a una compra masiva de bonos
Tras una larga historia de desencuentros, Europa se divorcia de Reino Unido. El nuevo novio es Mario Draghi, presidente del BCE, el ¨²nico que puede sacar a la eurozona del l¨ªo en el que se ha metido. La reuni¨®n de jefes de Estado de la UE se cerr¨® ayer en Bruselas con un paso adelante hacia la uni¨®n fiscal, un paso atr¨¢s con respecto a las relaciones con Londres -parapetado en su defensa de los intereses de la City- y la misma o parecida incertidumbre respecto a la resoluci¨®n de la crisis fiscal, pendiente de lo que decida Draghi en Fr¨¢ncfort. Gana Alemania: Berl¨ªn ha impuesto una salida de la crisis por la v¨ªa de la austeridad, con reglas fiscales en las Constituciones y disciplina germ¨¢nica que incluye sanciones para los incumplidores, cambios en los tratados y una nueva arquitectura legal e institucional. Una peque?a revoluci¨®n; una nueva Europa a la alemana, en la que se introduce la toma de decisi¨®n por mayor¨ªa cualificada para evitar la par¨¢lisis. Ese es un gran avance: la hoja de ruta est¨¢ clara, con reglas fiscales estrictas y relativamente sencillas (a falta del diablo de los detalles: d¨¦jenme a m¨ª los reglamentos).
Est¨¢ por ver si la austeridad funciona: Europa se encamina hacia una recesi¨®n
Para saber si la cita es un ¨¦xito hay que esperar a la reacci¨®n de los mercados
Eso es precisamente lo que ped¨ªa el BCE para apretar el bot¨®n nuclear, la compra masiva de deuda p¨²blica, que sigue siendo la ¨²nica soluci¨®n a la interminable crisis fiscal. Todo queda a expensas de Draghi. Y de los sospechosos habituales: para saber si la cumbre es un ¨¦xito o un fracaso habr¨¢ que esperar al dictamen de los mercados, a partir del lunes. "Se ha dado un paso adecuado para que Draghi empiece a tener la legitimidad pol¨ªtica que necesita para un bombardeo en el mercado de deuda. Si Draghi no aprieta el gatillo, la ¨²nica duda es cu¨¢ntos d¨ªas tardar¨¢n los mercados en darse cuenta de que los l¨ªderes europeos siguen desorientados", indic¨® Charles Wyplosz, del Graduate Institute.
Est¨¢ por ver si la austeridad consagrada por Bruselas funciona: Europa se encamina hacia una recesi¨®n, y algunos pa¨ªses sure?os hacia una recesi¨®n profunda. "Una purga de austeridad es necesaria, pero a corto plazo supone graves da?os colaterales. En Grecia y Portugal ha habido una fuerte reca¨ªda en la recesi¨®n, y aunque nadie lo explique eso es lo que viene en Italia y Espa?a si nadie en Bruselas y Berl¨ªn se acuerda de estimular la econom¨ªa europea", apunt¨® Santiago Carb¨®, de la Universidad de Granada.
Las conclusiones de la cumbre son dos: "Un nuevo pacto presupuestario" y "el desarrollo de herramientas de estabilizaci¨®n", seg¨²n la solemne declaraci¨®n en el habitual lenguaje impenetrable de Bruselas. Que hay que apretarse el cintur¨®n es evidente, pero la traducci¨®n al rom¨¢n paladino de las "herramientas de estabilizaci¨®n" no es sencilla: junto con las compras que deber¨ªa activar el BCE, los l¨ªderes europeos acordaron que el fondo de rescate (EFSF) se convertir¨¢ en permanente a mediados del a?o pr¨®ximo, antes de lo previsto, con una potencia de fuego de medio bill¨®n de euros. Esa cifra podr¨ªa elevarse a partir de marzo, pero es claramente insuficiente si el contagio acaba achicharrando a Italia (cuya deuda p¨²blica es de dos billones de euros) y Espa?a (650.000 millones). Adem¨¢s, los pa¨ªses de la UE dar¨¢n pr¨¦stamos bilaterales al FMI por 200.000 millones por si alg¨²n pa¨ªs necesita ayuda.
"Un nuevo comienzo". La canciller alemana, Angela Merkel, salud¨® el resultado de la cumbre con la habitual fanfarria. Los analistas son menos optimistas: la cumbre es un paso adelante, pero el incendio fiscal sigue ah¨ª. Hay miedo a una rebaja generalizada de las agencias de calificaci¨®n. La eurozona est¨¢ estancada y va camino de la recesi¨®n. Hay 23 millones de parados, y subiendo. Y es posible que la soluci¨®n alcanzada, m¨¢s austeridad, no sirva como remedio porque la enfermedad europea no son los d¨¦ficits p¨²blicos (salvo en el caso de Grecia), sino una sobredosis de deuda privada y desequilibrios comerciales. Frente a las recetas del directorio Merkozy, aplaudidas ayer por Draghi, hay quien cree que el tijeretazo que viene condena a Europa a una depresi¨®n: en eso coincide gente tan dispar como el Nobel Joseph Stiglitz y el especulador George Soros. Hay pasos adelante que llevan al precipicio. Est¨¢ por ver ad¨®nde llevan los progresos alcanzados en la madre de todas las cumbres.
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