Aprender de otros
En las ¨²ltimas semanas, se aprecia un reconocimiento generalizado de que el principal reto para restablecer la confianza en el sector bancario espa?ol es dar salida a los activos deteriorados, en su mayor¨ªa vinculados al sector inmobiliario. El mecanismo al que m¨¢s se ha aludido es el llamado "banco malo", una instituci¨®n o fondo creado para dar cabida a un conjunto de activos que registran significativas p¨¦rdidas de valor, con el soporte habitualmente de alguna garant¨ªa o financiaci¨®n p¨²blica.
Existen experiencias internacionales similares. Antes de la crisis, la principal referencia es la experiencia sueca de principios de la d¨¦cada de 1990 cuando se garantizaron los pr¨¦stamos deteriorados, alcanzando el 4% del PIB. Los bancos recompusieron sus balances y el cr¨¦dito y, con el tiempo, devolvieron la mayor parte de las ayudas.
Si se compran activos con fuertes descuentos, habr¨¢ fusiones El saneamiento podr¨ªa costar unos 50.000 millones al Estado en deuda
Sea cual sea la opci¨®n de saneamiento debe quedar claro su alcance y su financiaci¨®n
En medio de esta crisis, el macroprograma TARP (Troubled Asset Relief Program) en Estados Unidos actu¨® desde 2008, entre otras muchas cosas, como un gran banco malo, ofreciendo garant¨ªas de hasta 700.000 millones de d¨®lares. En menos de dos a?os, muchas entidades ya hab¨ªan devuelto la mayor parte de las ayudas.
Otra experiencia reciente, con suerte distinta, fue el National Asset Management Agency (NAMA) creado en 2009 en Irlanda. El NAMA tuvo errores de c¨¢lculo y una estrategia de garant¨ªas desafortunada, creando una confusi¨®n que precipit¨® a Irlanda hacia su rescate.
?Qu¨¦ factores inciden en el ¨¦xito de los bancos malos? Hay que evitar tres tipos de errores. El primero es implantar unas garant¨ªas p¨²blicas sin l¨ªmite en el proceso de saneamiento. El segundo error ser¨ªa una valoraci¨®n demasiado optimista de los activos deteriorados. El tercer tipo de fallo, asumiendo una correcta estimaci¨®n de las p¨¦rdidas, ser¨ªa no contar con un plan de financiaci¨®n suficientemente robusto. Evitar estos errores requiere de transparencia y audacia.
?Qu¨¦ puede hacerse en Espa?a al respecto? De partida, en mi opini¨®n, apostar por el saneamiento de activos es inevitable. En cuanto a c¨®mo hacerlo, pueden existir m¨¢s discrepancias. En primer lugar, incluso aunque se impulsen nuevas integraciones en el sector bancario, las ganancias de las mismas no pueden, por s¨ª solas, solventar el problema. Una de las opciones que parece contemplarse es que el recientemente reformado Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos asuma gran parte de las p¨¦rdidas en el largo plazo, se haga a trav¨¦s de un banco malo o no. Evidentemente, el FGD tendr¨ªa que hacer uso de la capacidad de emitir deuda para incrementar sus recursos lo que fuera preciso. Esta posibilidad tiene como supuesta ventaja que las p¨¦rdidas ser¨ªan ¨ªntegramente asumidas por el sector bancario pero presenta dudas sobre su viabilidad financiera.
Una segunda posibilidad ser¨ªa sacar ventaja del proceso de recapitalizaci¨®n, aunque esto podr¨ªa requerir una soluci¨®n de conjunto europea. Por ejemplo, que el 9% de capital m¨ªnimo regulatorio que exige ahora la Autoridad Bancaria Europea sirva, en parte, como colch¨®n para sanear activos deteriorados y, una vez realizado el saneamiento, recuperar la senda de recapitalizaci¨®n del calendario de Basilea III desde 2013 o 2014. Con esta opci¨®n se gana tiempo, se sanean gran parte de los activos en el presente y se mantiene el compromiso de solvencia a medio plazo. La ¨²nica pega es que a algunas entidades podr¨ªa no bastarles con aplicar parte del capital acumulado para sanear sus activos.
Finalmente, me atrevo a proponer una opci¨®n adicional. Valorado el deterioro de activos y las dotaciones a provisiones ya realizadas, el valor no dotado de las p¨¦rdidas potenciales ser¨ªa el fondo o banco malo, con una estructura compuesta por dos tipos de deuda. Por un lado, la parte de los activos deteriorados que se considere que a¨²n tiene valor y se puede recuperar se intercambiar¨ªa por deuda senior de la autoridad p¨²blica que financie el banco malo. Por otro lado, la parte de los activos deteriorados que se considere que no tiene un claro valor presente se convertir¨ªa en deuda junior, que se ir¨ªa amortizando parcialmente en un periodo prolongado. La financiaci¨®n estar¨ªa cubierta por alg¨²n organismo p¨²blico. Por ejemplo, el FROB si contara con recursos suficientes. O la Facilidad Europa de Estabilidad Financiera (EFSF), si finalmente se capacita -y, con ello, en parte, se rehabilita su utilidad- para comprar deuda bancaria, por ejemplo compr¨¢ndola directamente, en el caso espa?ol, al FROB. Si el EFSF no funciona como esquema de financiaci¨®n, tendr¨ªan muy probablemente que plantearse otras opciones de apoyo internacional. Las entidades recibir¨ªan, por un lado, bonos de deuda senior, a cambio del valor de mercado de los activos transferidos. Por otro lado, recibir¨ªan bonos de deuda junior por la parte del valor deteriorada con el que cada a?o se podr¨ªan ir asumiendo las p¨¦rdidas que se van materializando. A su vez, una parte de estas deudas senior y/o junior podr¨ªa ser transmisible y venderse a trav¨¦s de un veh¨ªculo estructurado entre inversores interesados en adquirir bonos con un descuento atractivo. La ventaja principal de esta estructura financiera de banco malo es que, con un plazo adecuado -entre 5 y 10 a?os, por ejemplo- el valor de los bonos junior en el momento del canje puede ser mayor que la p¨¦rdida que finalmente cubre, ya que el activo deteriorado ha podido recuperar parte de su valor. L¨®gicamente, este mecanismo solamente sirve para entidades financieras viables que puedan resistir esta estructura de p¨¦rdidas en el tiempo.
Sea cual sea la opci¨®n de saneamiento considerada, en todo caso, debe quedar muy claro tanto su alcance como su financiaci¨®n. Este es un tema crucial, que los inversores llevan esperando desde hace tiempo y que puede decidir gran parte de la confianza depositada en Espa?a en el futuro.
Santiago Carb¨® Valverde es catedr¨¢tico de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad de Granada y economista jefe del Banco Mare Nostrum.
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